En el imponente salón de actos del Novotel Madrid Center, se celebró un evento inolvidable que atrajo la atención de numerosos fans: la aparición del carismático Can Yaman. Conocido por sus papeles en series como Dolunay y Viola Come Il Mare , el actor cautivó a los asistentes, quienes no pudieron evitar admirar su presencia magnética. Las calles de Madrid, por un instante, parecieron detenerse para ser testigos del revuelo generado por su llegada a la entrevista que concedió a Adolfo Rodríguez para Divinity.
Entre el público se encontraban fans de diversas partes del mundo, desde Suecia, Alemania y Grecia, hasta lugares tan lejanos como Arizona, Miami y Angola. Este ambiente multicultural se convirtió en el telón de fondo perfecto para que Can Yaman compartiera su trayectoria profesional, recordando los logros alcanzados y sugiriendo emocionantes proyectos futuros.
El actor expresó su cariño hacia España, destacando su conexión con Italia, un país que le es familiar desde sus días de estudio en un colegio italiano en Turquía. “Siento una conexión muy especial con Italia y vivir allí me ha unido a otros países, como España. Esta cercanía me abre la puerta a la posibilidad de trabajar aquí, quizás en una serie o película”, compartió con entusiasmo.

Los asistentes no perdieron la oportunidad de preguntar sobre sus próximos proyectos. Can Yaman reflexionó sobre su versatilidad como actor: “No quiero encasillarme en un solo género. Me apasiona explorar diferentes registros y demostrar que puedo adaptarme a cualquier papel. Cada proyecto representa un nuevo desafío que afronta con dedicación”. El actor mencionó cómo su experiencia en El turco le ha preparado para dar lo mejor de sí en su próximo trabajo, Sandokan .
Al abordar su evolución profesional, Can Yaman aseguró: “Él creció mucho como actor. Al ver mis trabajos anteriores, a veces pienso que los haría de manera diferente hoy. Sin embargo, estoy orgulloso de lo que logré y de las lecciones aprendidas en este camino”. La velada en el Novotel Madrid Center culminó en un ambiente festivo, lleno de vítores y aplausos. El actor firmó cientos de autógrafos y posó para numerosas fotos, siempre con una sonrisa. Sin duda, fue una noche que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.