Cuando Javier Giner comenzó a escribir Yo, adicto, adaptación de su novela homónima, les dijo a sus compañeros guionistas "que no me respetaran, porque no se trataba de respetarme a mí mismo, sino de transformar mi vida en un lenguaje con una honestidad radical. De lo contrario, no tenía sentido contar esta historia".
Es difícil abrirse en canal para relatar tu propia historia, especialmente cuando es tan salvaje, dolorosa y amarga. Para contar su experiencia como adicto a las drogas, el alcohol y el sexo, Giner encontró la ayuda perfecta en el guionista y productor Aitor Gabilondo (Patria, Entrevías, El príncipe, etc). Junto a Jorge Gil y alba Carballal, crearon esta miniserie de solo seis episodios que Oriol Pla protagoniza de forma magistral en Disney+.
Capítulo 1: 'La adicción'
El 2 de enero de 2009, Javier Giner ingresó en una clínica de desintoxicación por voluntad propia. Lo hacía cansado, perdido y agobiado por un presente que olía a muerte y destrucción. Tras caer en el infierno de las drogas y el alcohol, Giner entró en una espiral de castigo, culpa y dolor, hacia él y hacia sus seres más queridos. Un episodio traumático le hizo cambiar el rumbo, en un intento desesperado por conocerse a sí mismo.
"Tardaré años en poder verbalizar este recuerdo, en perdonarme todo el daño que le hice a mi madre. Sus ojos llenarán mis pesadillas". Con esta frase, en el primer capítulo de Yo, adicto, Javi reconoce que no puede salir solo del círculo vicioso en el que lleva una década metido y vuelve al centro de desintoxicación que abandonó días antes tras pasar tres semanas ingresado.

Tras un breve recorrido por una infancia aparentemente feliz, con unos padres aparentemente felices y con todas las necesidades básicas cubiertas, Javi no entiende cómo ha terminado tirado en el suelo, vomitando, sangrando por la nariz, odiándose a sí mismo. Tal vez, porque todavía no es consciente de todos los traumas infantiles que ha ocultado tras la fachada de exitoso y ambicioso jefe de prensa.
Capítulo 2, 'La clínica'
"Los primeros días pedí rescates todas las noches, prefería anularme para no seguir sintiendo", dice el protagonista de Yo, adicto tras volver al centro, donde se siente un bicho raro entre otros adictos. Convencido en que es mejor que ellos, tardará meses en darse cuenta de que la adicción escoge al azar a sus víctimas, sin importar la clase social, el lugar de nacimiento o los gustos y aficiones.
Javi no se adapta a su nuevo hogar. Sus compañeros le dan asco, le provocan angustia. Entre ellos, Rui (Vicky Luengo), una adicta a la heroína que lleva más de un año sin ver a su hija Ana. Rui supondrá ese punto de inflexión tan necesario en la vida de Javi para asumir que está tan destrozado como el resto de internos.
El "mono" duele. Te tiemblan las piernas, se te cae la baba, te haces pis encima. El "mono" no es divertido y enfrentarse a él será la prueba de fuego de Javi para salir adelante. Un regalo de Rui y un final trágico harán que Javi cambie para siempre su forma de ver el mundo. "Cuando estás en un proceso así, las muertes acrecientan tus miedos y tu propia confianza en ti mismo. Es lo que ocurre cuando pasas por la clínica, pero la clínica no pasa por ti. Mentiría si dijese que te acostumbras, nunca lo haces", dice a punto de finalizar el capítulo, desolado por el suicidio de su compañera.
Romperse para avanzar
Por primera vez en la miniserie, Javi se atreve a exteriorizar sus verdaderos sentimientos con Anais, su educadora social. "Estoy muerto de miedo. Tengo miedo a todo, tengo miedo a tener miedo", dice intentando a duras penas contener el llanto.
"Huir no sirve, el miedo siempre te encuentra. Te voy a pedir que confíes en mí, te voy a decir cosas que no te van a gustar, pero siempre lo voy a hacer por tu bien. Vamos a trabajar mucho los límites, sobre todo cómo te los pones a ti mismo", responde su salvadora, confidente y futura amiga.
Capítulo 3: 'El monstruo'
"El miedo al cambio es una de las barreras psicológicas más poderosas que existen. El ser humano es capaz de acostumbrarse a lo que sea para no cambiar", dice Javi en el tercer episodio, donde, creyendo que está curado, intenta salir del centro para asistir a un evento importante en Gran Vía (Madrid). Anais le pide que reflexione, que se tome unos días para pensar si realmente quiere ir. Javi acepta y tras meditarlo mucho, toma la sabia decisión de quedarse en el centro.
La increíble actuación de Marina Salas
Conocida por su trabajo en 3 metros sobre el cielo o El barco, Marina Salas firma una de sus mejores actuaciones interpretando a Lola, una adicta al suicidio. Lo ha intentado tantas veces que ya no se fía de nadie. Tiene tanta verdad dentro que eres capaz de entenderla hablando catalán, aunque jamás lo hayas estudiado.
Su personaje también será clave en la recuperación de Javi, pues le ayudará a entender que, quienes comienzan con mal pie pueden acabar siendo grandes amigos. Que lo importante no es la meta, sino el destino. La gente que nos llevamos y no las cosas. El amor y no la ambición, el ego y la fama.
Aprender a decir "no sé"
Por fin, Javi entiende que no tiene ni idea de lo que está pasando y que no pasa nada. "Ya sabrás o no, no se acaba el mundo. Tu enfermedad está unida a haber construido durante años un ego arrogante y la adicción solo se supera con humildad. Acepta lo que hay, valora lo que tienes, no lo que te falta", le dice Anais en esta parte del capítulo. ¿Lo más triste? La respuesta de Javi: "No tengo nada, he perdido la oportunidad de ser alguien por estar aquí sentado contigo".
Con un simple mechero en la mano, Anais le hará entender que Javi "ves lo que quieres ver. Estás demasiado ocupado en querer más. Decir 'no' significa perder. Si no estás dispuesto a perder, jamás saldrás de las drogas. Para ganar algo siempre hay que perder algo".
Este episodio es sin duda, uno de los más salvajes. Javi aprenderá a base de golpes (literalmente) que sigue necesitando ayuda. Y será Lola, con trastorno límite de la personalidad, la encargada de guiarle hacia la luz.
¿El final del capítulo? Simplemente una obra de arte. Un canto a la esperanza, el autoconocimiento, la libertad y el amor a uno mismo. Con el tema Benvolgut de Manel sonando a todo trapo, Javi se deshace de todos sus complejos y decide, al fin, empezar de cero.
Capítulo 4: 'Los vínculos'
La llegada de Omar Ayuso a la ficción supone un huracán de emociones encontradas para Javi. Iker, un actor veinteañero, arrogante, fantasioso y tan adicto como él, le hará comprender que, solo puedes ayudar a quien quiere ayuda.
"Es un narcisista, un bocazas de libro. Encima es listo. Me remueve, me provoca malestar, me hace sentir idiota. Veo en él todas las cosas que desprecio de mí, la arrogancia, el ego desmedido... Me descentra, me descubro yo pensando en él cuando yo debería estar pensando en mis cosas", dice Javi, quien se vuelca con el caso de Iker como si fuera el suyo propio.
La oscura industria del cine
Javi sale del centro para acompañar a Iker al hospital. En un intento por descubrir cómo llegó al centro, Javi indaga sobre su pasado y descubre una oscura realidad. "El productor de la serie, el maric** que me puso la primera raya delante con 18 años. Me invitaba a fiestas a su casa donde tenías que dejar el móvil y la ropa en una bolsa de plástico en la entrada. Quedarte en gayumbos".
"Fiesta de los calzoncillos la llamaba. Saraos a los que vas por miedo a que te echen o que no te llamen más, pero de eso no habla nadie. El enfermo soy yo que me drogo y esa "rata" comprándose casas y poniéndole rayas a otros chavales a mi costa. Mientras a todos se nos llena la boca con la epidemia de las drogas. ¿Has oído a hablar de la epidemia del poder? ¿Has oído hablar de abusos gays? Eso al sistema no le interesa".
"Nadie tiene los huevos de admitir que la droga más fuerte, es tener la vida de otro en tus manos, de eso va el mundo", concluye Iker (Omar Ayuso) antes de escaparse de la clínica y volver a las andadas de la forma más cruel y salvaje.
Iker no vuelve al centro y Javi, aunque intenta salvarle, tampoco lo consigue. A cambio, descubre que debe priorizarse a él en lugar de a los demás. Y esto precisamente, tendrá una importancia vital en el quinto episodio.
"Todavía no sé si algún día dejaré de no saber. No sé si se puede amar desde la herida y si todas las carencias tienen solución. Todavía no sé si a veces busco fuera el cariño que podría darme a mí mismo. Quiero que me quieran, pero todavía no sé cómo. Porque todavía no sé si se me acaban ya las maneras de querer. Todavía no sé si este viaje no es más que pequeños instantes de gente perdida que dudamos continuamente", dice Javi, mientras suena de fondo Se me olvidó otra vez, de Alberto Aguilera.
"La tarea de ser nosotros"
"Todavía hay días en los que el "yo" necesita compañía. Hay tantas formas de amar como personas, el guion de una vida lo construye cada uno siendo lo más honesto posible consigo mismo y con el resto. La verdadera valentía reside en eso, en aceptar que, lo mejor que tenemos es hacerlo lo mejor que podemos. En reconocer que, aunque este es un mundo de mierda, merece la pena seguir intentándolo".
Capítulo 5: 'La familia'
Un paseo por los traumas familiares de Javi, una charla desgarradora con su padre y un grito de auxilio a una madre que no sabe cuándo dejó de ser feliz su hijo. Este capítulo es sencillamente brutal. La agonía, el sufrimiento y las ganas de escapar de Javi harán que te palpite el corazón a 2000 por hora. Tan necesario como inspirador. Tan doloroso, como maravilloso.

Aceptar que quieres a personas que te han hecho daño y que esas personas también te quieren. Nadie te enseña a querer de manera sana, ni a los demás, ni a nosotros mismos y Javi debe aprender a perdonar. A dejar de intentar ser lo que sus padres quieren que sea y a sentirse orgulloso de quién es. Porque siendo quién es ya es suficiente. Y en esta miniserie lo vas a entender a base de golpes.
No puedo contar nada más, este episodio es para verlo con atención. Para sufrirlo en silencio o gritarlo a los cuatro vientos. Estos 40 minutos te servirán de redención y alivio. Porque no tenemos la culpa del sufrimiento inconsciente que nos provocan nuestros familiares más queridos. Pero sí podemos transformar ese sufrimiento en un futuro con esperanza.
Capítulo 6: 'La familia'
La que se elige, no la de sangre. La que te encuentras en el pozo y te ayudan a trepar hasta la superficie. La recuperación, la satisfacción del "yo puedo, aunque no pueda solo". La alegría de saber que has logrado perdonar y perdonarte. "Estoy en paz con no saberlo todo", le dice Javi a Anais. "Te mereces ser feliz", responde ella, dejando claro que la confianza en uno mismo es clave para superar los miedos.
Y hasta aquí puedo leer. A pesar de los spoilers, esta serie es tan brillante que con verla una vez no basta para captar todos sus matices. Es una ficción con tantas luces como sombras. Y ahí precisamente reside su belleza. Una apuesta arriesgada y motivadora en la que todos los actores cumplen su papel a la perfección. En resumen, una de las mejores miniseries de 2024 para Disney+.