Isabel II y Felipe de Edimburgo: 72 años de un amor a prueba de bombas

Un 20 de noviembre de 1947 toda la atención mundial convergió entre las paredes de la abadía de Westminster, en Londres. La reina Isabel II de Inglaterra y Felipe de Edimburgo se dieron el sí quiero en una ceremonia que 72 años después se sigue recordando. Siete décadas juntos en los que han demostrado una solidez férrea y sin fisuras; han sobrevivido a toda clase de escándalos, rumores de infidelidades y demás. A sus 93 y 98 años -respectivamente- la Reina y el consorte continúan liderando el Reino Unido desde el trono.

Era una mañana gris y desapacible en la ciudad del Támesis. La boda real daba lustre a la Inglaterra de la posguerra. Se conocieron en 1939, cuando ella tenía 13 años y todavía era Lilibet, él. Felipe tenía 6 más y era un atractivo y atlético cadete de la Real Academia Naval de Darmouth. Isabel II se enamoró de inmediato, si bien su futuro marido tardaría un poco más o al menos no lo mostró con tanta efusividad.

Los inicios de su relación sentimental no fueron ni mucho menos fáciles. Phillip tuvo que renunciar a su nacionalidad, a los apellidos de su padre y a su carrera militar. Todo era menester hacerlo si es que quería ejercer como consorte. En un primer momento no tuvo la aceptación de Jorge VI, el padre de la Reina, que desconfiaba de su sangre ya que era príncipe griego. Además, el anterior Rey no soportaba esa “risa ruidosa y bulliciosa de Felipe y sus modales francos y marineros”.

Quien les conoce dicen que confirman la teoría de los polos opuestos. Ella era una mujer sosegada y con un sentido del deber rígido, algo que se palpa hoy en día en la monarquía británica. Era consciente del trascendental papel que iba a ocupar como Reina, un privilegio que le tocaba a su hermano, quien por amor decidió renunciar a sus derechos dinásticos. Por su parte, Felipe de Edimburgo era un hombre con un carácter explosivo aunque se ha ido calmando con el tiempo. Nunca ha sido un problema, ambos se han complementado bien. Isabel II se ríe mucho con su marido aunque bien es cierto que a veces la desespera y le pide que se calle.

Este 72 aniversario de bodas llega en un momento convulso para la Familia Real Británica ya que Isabel II no da abasto para apagar tantos incendios relacionados con sus seres queridos: el accidente que propició Felipe de Edimburgo a comienzos de año por el que se le retiró el carné de conducir, las fuertes críticas al estilo de vida de Harry y Meghan Markle o el escándalo sexual de su hijo el príncipe Andrés son solo algunos de los conflictos abiertos en la Corona, que no los únicos.