Atención, atención, los súbditos ingleses pueden suspirar de alivio.
Después de semanas en las que Kate Middleton se ha mostrado en público solo con vestidos nuevos, suscitando oleadas de críticas por atreverse siquiera a abandonar por unos días su tendencia a los atuendos reutilizados que tanto gustan a los fanáticos de las casas reales.
En su última aparición pública optó por un look reciclado, lo que restableció el orden en el reino y calló a todos de inmediato.
Quizás inspirada por su reciente encuentro con Roger Federer de cara al inicio de Wimbledon, la ex duquesa de Cambridge decidió lucir el vestido que ya había llevado el año pasado en la final del torneo.
Un vestido azul de lunares blancos de Alessandra Rich con marcadas influencias de los años 80.
Para su visita a Hope Street en Southampton, (una comunidad residencial que liderará un nuevo enfoque de apoyo para madres e hijos involucrados con la justicia), Kate brillaba con un maxi vestido de crepé de seda, con una parte superior con escote en V y adornado con mangas abullonadas, botones joya y un faldón a la altura de las caderas.
Una elección segura para la princesa, quien últimamente parece apreciar mucho los vestidos estampados de lunares, que también lució hace unos días durante el desfile en honor de la Orden de la Jarretera en versión blanco y negro.
Kate combinó los zapatos slingback del mismo diseñador y un bolso mini geométrico de Mulberry. Un par de pendientes de perlas completaban el look, un precioso y guiño a los pequeños lunares del vestido.
La princesa demostró así saber escuchar atentamente los estados de ánimo y las críticas, reaccionando rápidamente con un conjunto que ciertamente no puede ser casual para alguien que a través de la moda siempre comunica y envía señales muy precisas.
Un vestido que, por sus colores y estampado, seguramente le habría gustado mucho a Lady Di, y que la acerca cada vez más a heredar también el título de "Princesa del Pueblo", en todos los sentidos.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Italia. Traducción y adaptación: Alex Jiménez
