Si hacemos un ejercicio de memoria, seguro que se nos ocurren varias parejas de famosos en las que ella es (o era) más alta que él. Y probablemente habrás pensado en Katie Holmes y Tom Cruise, un mediático matrimonio que duró seis años, con el que aprendimos qué era la Cienciología, y que fueron papás de la primera mini it girl a la que quisiste copiar los looks (recuerda que llevó sus primeros tacones a los dos años...).
Cuando Katie y Tom comenzaron a salir, no se hablaba de otra cosa: la diferencia de altura que había entre ellos. Ella era 5 cm más alta y, además, esto se acentuaba por los zapatos de tacón que siempre llevaba en apariciones públicas. Eso sí, si nos volvemos a fijar en aquellas fotos de antaño, podemos observar que Katie seguía una pauta para paliar esto lo máximo posible: a menudo posaba apoyándose en una cadera. Bien jugado.
Pero, ¿realmente importa la altura?
Si eres fan de la serie Sexo en Nueva York, te acordarás de aquel capítulo en el que la fabulosa Samantha conocía a un hombre que compraba en la sección de niños de Bloomingdale’s. Ella intentó obviar la considerable diferencia de 20 cm que había entre los dos, pero no pudo evitar su huida cuando vio la etiqueta de la chaqueta de este hombre, de la talla 16.

Ahora bien, si algo hemos aprendido y comprendido –que no es lo mismo– con los años, es que en cuestiones de pareja lo menos relevante es el físico. ¿Qué necesidad de preocuparse por cánones o reglas que nadie ha establecido? Si eres más alta que tu pareja y no te preocupa algo tan superficial como es la diferencia que hay entre los dos, haces bien, eres de las nuestras.
No, él no tiene por qué ser más alto que tu
Hollywood es un escaparate maravilloso en el que siempre llegas a la misma conclusión: los famosos son, entre otras cosas, seres humanos. Y prueba de ello es que estornudan, se caen, se rascan y se enamoran, entre otras actividades. En muchas parejas vemos que ellas son más altas que ellos, algo que nos encanta cuando observamos los trucos que tienen para compensar, como adoptar estudiadas posturas cuando les hacen fotos, inclinarse de forma cuestionablemente rara o ellos poniéndose de puntillas de refilón, qué monos.Pero, ¿qué importa lo que piense el resto de la gente? Si has encontrado a tu media naranja y eres unos centímetros más alta que él, déjate llevar y pasa del qué dirán. Si te apetece, siempre puedes recurrir a la moda para crear el efecto visual contrario. Más abajo te damos varios consejos en clave fashionista. Y oye, que los tópicos son para quien quiera creer en ellos. Aquí, mucha actitud y ¡que viva el amor!Por Silvia Lorente.