Ya nos sorprendía con la portada de su nuevo disco, donde se la comparó con la incombustible Beyoncé. Una imagen mucho más transgesora a la que nos tenía acostumbrados. Un cambio de look orquestado por su estilista y amigo Alberto Dugarte que tampoco se quiso perderse el concierto de la tonadillera. El nuevo estilismo unido al tipazo que le dejó su paso por ‘Supervivientes’ han dado como resultado una Pantoja renovada y mucho más moderna.
Ayer subía al escenario después de más de dos años y lo hizo con un vestidazo blanco con tonos dorados de Alonso Cozar, bordados geométricos en hilo de plata muy ceñido, ensalzando su nueva figura. Sobre el vestido, una capa con imponentes mangas abullonadas y un escote con transparencias muy a juego con su cambio de imagen. Se cambió una sola vez a lo largo del espectáculo. Colgó el vestido blanco y lo sustituyó por un esmoquin azul de lentejuelas con el que cantó ‘El señorito’.
Una coleta sujetaba su larga melena y nos dejaba ver el maquillaje a lo Kardashian elegido para la ocasión por Alberto Dugarte. Ojos ahumados y un sutil tono de labios que sentaban de maravilla a la tonadillera. “Ultimando detalles para el GRAN DÍA... ENAMÓRATE con mi @isabel_pantoja_martin gracias por confiar en mí y mi equipo @albertodugarteinstitute. Que bien lo pasamos juntos!!! Te quiero!”
Sin duda, la ausencia de la bata de cola es un símbolo clarísimo del cambio que busca la cantante en esta nueva etapa. Con casi 64 años de edad, la artista aguantó tres horas sobre el escenario sin decepcionar a los incondicionales pantojistas. Los pequeños problemas técnicos en una noche que la artista calificó como “embrujada”, no impidieron que diera todo para su público que entonaba con fervor todo el repertorio.
Isabel dejó claro en varias ocasiones que el concierto iba dedicado a su madre Doña Ana, que se encuentra muy delicada de salud y no ha podido asistir al evento. Pero durante el espectáculo quiso recordar también a sus cuatro nietos, a los que dedicó con mucho cariño la canción ‘Hasta que se apague el sol’.
Transgresora
Más de 11.000 personas no quisieron perderse la reaparición de la tonadillera.
Sin bata de cola
Con capa pero sin bata de cola, a juego con su cambio de imagen.
"Embrujada"
La tonadillera calificó la noche de "embrujada" por los problemas de sonido que tuvieron durante el espectáculo.
Con una sonrisa
Así salía del WiZink Center al terminar el concierto.
