El Príncipe Harry siempre ha sido ‘el niño bonito’ de Inglaterra al que se le ha perdonado todo. Sus noches locas, sus polémicos disfraces, sus reacciones irreverentes. Pero el hijo pequeño del Príncipe Carlos y Lady Di es uno de los miembros más queridos de la Casa real británica, a pesar de que su decisión de abandonar su status de ‘royal’ no haya sido bien recibido por toda la opinión pública. Harry cumple 36 años y lo hace comenzando una nueva vida junto a su mujer y su hijo. Este es el primer cumpleaños que celebra el Príncipe en Los Ángeles y lo hace días después de conocerse el fichaje del matrimonio por Netflix, donde al parecer ejercerán de productores creando contenido para el público infantil. Su llegada a Estados Unidos no ha podido empezar mejor ya que es allí donde han encontrado la tranquilidad que buscaban lejos de los focos y la independencia económica que les brinda precisamente este trabajo. Pero es en la tierra de su mujer donde están disfrutando al máximo de su vida en familia lejos de los protocolos que exige formar parte de la Corona.

Desde que Meghan llegó a su vida, todo dio un giro radical. Poco queda ya del niño revoltoso y espontáneo que recibió numerosos ‘tirones de orejas’ por parte de su abuela siempre que aparecía en los tabloides y no precisamente por una buena causa. Y aunque es evidente su madurez, Harry ha dejado claro en estos últimos años que tiene claras cuáles son sus prioridades y ser feliz es una de ellas, cueste lo que cueste. Y esa felicidad está junto a su mujer y su hijo lejos, tanto física como emocionalmente, de su Inglaterra natal.

Son muchos los cambios que han llegado a su vida en los últimos tiempos y hoy Harry sopla las velas distanciado de su hermano Guillermo y de la familia de este, con el resto de la Familia Real en shock tras su drástica decisión, y ahora además con este proyecto laboral que no ha hecho más que darles la estabilidad económica y, sobre todo, la independencia, que estaban buscando tras perder su asignación. Aunque son muchas las instantáneas del hijo pequeño de Lady Di que nunca volverán, lo cierto es que el legado de su madre sigue intacto en él y, a pesar de residir en Los Ángeles, las causas sociales seguirán teniendo un hueco importante en su agenda.
Un tándem perfecto
Aunque Guillermo y Harry han formado sus respectivas familias, las imágenes del Príncipe Carlos disfrutando del tiempo libre con sus hijos son algo que difícilmente volverá a repetirse, al menos, mientras que Harry siga distanciado de su padre y su hermano.

Renuncia a las tradiciones de los Windsor
La caza, una de las aficiones favoritas de los Windsor, ya no forma parte de la vida de Harry. Atrás han quedado ya las imágenes de un pequeño príncipe portando una escopeta cazando junto a su padre y sus tíos. Después de numerosas peticiones de su mujer, Harry aparcaba definitivamente esta actividad sucumbiendo así a los deseos de su mujer, una amante de los animales declarada.

Una cabellera envidiable
Los problemas de alopecia de los hombres de la Familia Real británica no son un secreto. Y aunque la pérdida de cabello de Harry aún no es tan alarmante como la de su hermano, lo cierto es que la caída del pelo también le ha tocado al príncipe. Así es la genética.

Adiós a sus noches locas
Han sido muchas las instantáneas de Harry abandonando, algo perjudicado, los clubes más selectos de Londres. Unas imágenes que no volverán a repetirse, aunque el príncipe y su mujer se codeen con lo más granado del séptimo arte en las fiestas más glamourosas de Hollywood.

Portada en los tabloides ingleses
A pesar de las polémicas que han rodeado al príncipe en su etapa más rebelde, aún se recuerda su fotografía disfrazado de soldado del ejército nazi en la portada de los periódicos ingleses y de medio mundo. Sin duda, algo que no volverá a repetirse.

Bromas pesadas
Su espontaneidad y la irreverencia de la que ha hecho gala en más de una ocasión, le llevaron a gastar bromas pesadas incluso a sus amigos que, debido a la condición 'royal' de Harry, tuvieron que aguantar estoicamente.

Ataques de ira
Tiene personalidad y carácter, y estas cualidades añadidas a una deficiente inteligencia emocional le han hecho protagonizar algún que otro ataque de ira. Afortunadamente la madurez y la calma que le transmite su familia garantizan que estas imágenes de Harry fuera de sí no volverán a verse jamás.

Nadando en hielo
Harry no solo ha cambiado los regios protocolos por la libertad y la independencia económica. Su mudanza a Los Ángeles le ha hecho dejar en Londres abrigos y bufandas y pasarse a los looks más veraniegos. De nadar en el hielo a bañarse al buen tiempo los 365 días del año.

Un príncipe deportista
Caza, vida militar, Harry ha ido dejando atrás actividades que le gustaban y el rugby es una de ellas. Deporte arraigado en Inglaterra, su mudanza a Estados Unidos le descubrirá su deporte nacional, el beisbol, que a buen seguro terminará practicando o al menos disfrutando, junto a su pequeño Archie.

Solidario sí, pero sin Guillermo
Volcado en las causas sociales, igual que su madre, Harry continúa con el legado de Lady Di. Y aunque ha compartido en alguna ocasión viajes solidarios con su hermano Guillermo, el distanciamiento entre ambos parece ser que hará que esto no vuelva a repetirse, al menos, por un tiempo.
