Hablar de Carlos Falcó es hacerlo de un marqués con mayúsculas. La nobleza corre por sus venas desde que vino a este mundo un 3 de febrero de 1937 en el icónico Palacio de Dueñas de Sevilla. Sus padres pertenecían a una estirpe aristocrática: Manuel Falcó y Escandón, era duque de Montellano y grande de España al servicio del rey Alfonso XIII; mientras tanto, su madre, Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, era marquesa de Mirabel y dama de la Reina Victoria Eugenia.
Desde bien joven supo lo que era ser protagonista en las revistas del corazón. En los años 60 ocupaba varios titulares por sus andanzas junto a su hermano Fernando –marqués de Cubas- en la alta sociedad. Su atractivo era incuestionable y emparejarle con algunas de las divas de la época era una tentación muy apetitosa. Se les llegó a relacionar con la mítica Ava Gardner y con la emperatriz Soraya. No es poca cosa.
Pese a haberse educado en una familia noble, Carlos Falcó siempre demostró una gran querencia al campo. Su abuelo, Joaquín Fernández de Córdova, le instruyó en el arte de varear el olivo para sacar el aceite de la aceituna. Un oficio que le encandiló hasta el punto de decirle a sus padres que su sueño era estudiar ingeniera agrónoma, algo que no veían con muy buenos ojos en un principio. Pero Carlos, astuto y perspicaz como pocos, les dio su palabra de que sí lo hacían haría mejorar el vino y el aceite que producía la familia.
Y así fue. Se aventuró en una docencia en la universidad de Lovaina (Bélgica) para luego complementar sus estudios en otro prestigioso centro de California. En España, su abuelo había dejado todo preparado para que Carlos Falcó continuara el negocio familiar y le dejó en herencia la Quinta de Casas Vacas, en Toledo. Lo siguiente fue la evolución y crecimiento de este joven ingeniero agrónomo hasta convertirse en uno de los bodegueros más poderosos de nuestro país. El mejor vino de la capital La Mancha lleva la firma de Carlos Falcó.
Respecto a su vida sentimental hay mucho que contar. Su fama de seductor le avalaba para acabar casado con cuatro mujeres y ser padre de cinco hijos (Manolo, Xandra, Duarte, Tamara Falcó y Aldara) con diferentes esposas. Pero sin lugar a dudas, su matrimonio más conocido tuvo lugar con Isabel Preysler, la reina de corazones, junto a quien tuvo a la mediática Tamara Falcó.
Su vida
El campo fue su catapulta al éxito. Estudió ingeniería agrónoma hasta convertirse en uno de los más prestigiosos bodegueros españoles.

Una curiosidad
Pocos saben que Carlos Falcó formaba parte del círculo de amigos del rey Juan Carlos y que estudió en Las Jarillas, el mismo colegio que el emérito.

La primera mujer en enamorar a Carlos Falcó
Todavía estaba estudiando en Estados Unidos y solo tenía 26 años, pero Falcó se casó con Jeannine Girod, hija de unos millonarios joyeros suizos. Se dieron el sí quiero en la madrileña iglesia de de San Fermín de los Navarros. Tuvieron dos hijos: Manuel y Xandra. El primero es el heredero directo del marquesado de Griñón.

Xandra
La hija pequeña de su matrimonio con Jeannine Girod. Xandra maneja con solvencia los negocios familiares de Falcó.

El gran amor de su vida
La reina de corazones, Isabel Preysler. Se conocieron en la proyección privada de la película Fiebre de sábado noche cuando ella todavía estaba junto a Julio Iglesias. Se enamoraron perdidamente y contrajeron matrimonio el 23 de marzo de 1980 en Malpica (Toledo). Un año después vendría al mundo Tamara Falcó.

Fátima de la Cierva
Tras Isabel Preysler llegó a su vida Fátima de la Cierva. Se casaron en el consulado español de Bayona en 1993 y estuvieron juntos veinte años. De su relación nacieron Duarte y Aldara.

Duarte
Duarte es hermano de Xandra y es uno de los hijos que tuvo con Fátima de la Cierva. La otra fue Aldara.

La viuda
Esther Doña ha sido la última mujer del marqués de Griñón. Su relación ha estado marcada por la polémica desde el principio ya que es 42 años menor que Carlos. La malagueña renunció a su carrera de modelo para irse a vivir junto a él.

Nueva Condesa de Griñon
Tras el fallecimiento de Carlos Falcó, su hija Tamara heredó por derecho el título de Condesa de Griñon. Tras una serie de trámites y formalidades administrativas, la it-girl del momento tendrá el título de su difunto padre.

Siempre recordado
Carlos Falcó fue una persona muy carismática; sus matrimonios son el claro reflejo de ello. A sus 83 años, el empresario desbordaba vitalidad. Por este motivo, su muerte, a causa del coronavirus, golpea con dureza.
