Luna Fulgencio, la niña de 'Padre no hay más que uno', víctima de la cultura de la violación

La actriz de 13 años ha recibido un aluvión de repugnantes comentarios en un vídeo de TikTok en el que hablaba de su última película.
Luna Fulgencio
Luna Fulgencio - Getty Images

Luna Fulgencio lleva toda la vida interpretando a pesar de su corta edad. Con solo 13 años, ha participado en varias películas de éxito y es una de las actrices juveniles más prometedoras de los últimos años.  Famosa por su papel en  Padre no hay más que uno, la comedia dirigida por Santiago Segura en la que dio vida a Rocío, una de las hijas del protagonista, la joven intérprete se ha convertido en protagonista de una polémica que ha llegado a su vida sin comerlo ni beberlo.

Resulta que, en varios vídeos de TikTok en los que aparece Luna Fulgencio hablando de sus películas, gustos o aficiones, los usuarios se han dedicado a publicar repugnantes comentarios de carácter sexual, también en el propio perfil de la actriz. Estos mensajes, en los que se habla de mantener relaciones con la menor con o sin su consentimiento, vuelven a poner de manifiesto el concepto sociológico de la cultura de la violación,  que describe el abuso sexual y la violación como un problema social y cultural que es aceptado y normalizado debido a actitudes sociales sobre el género, el sexo y la sexualidad.

Viendo el alcance y repercusión de los comentarios, algunas cuentas que tienen estos vídeos en su poder de la actriz han decidido bloquear los comentarios, pero todavía pueden leerse propuestas e insinuaciones vergonzosas en otras publicaciones pese a que la plataforma no permite el acoso sexual.

"A la fuerza si no quiere", "ya la estrenaron seguramente", "la gente dice de darle unos añitos, pero yo creo que no hace falta", " llegó directa de la isla de Jeffrey Epstein"  o "esperaré que no sea cárcel" son solo algunos de los comentarios que ha puesto de manifiesto el tiktoker Kappah, muy molesto con la actitud de cientos de usuarios que siguen perpetuando conductas inaceptables. 

El problema es muy serio y la respuesta ante este tipo de situaciones no debe ser pasiva ni restringirse al ámbito privado. Como sociedad, es esencial que adoptemos una postura firme y decidida contra la normalización de la sexualización infantil. Esto no solo implica denunciar y visibilizar estos actos, sino también exigir la implementación de medidas legales que sancionen de manera ejemplar a quienes cometen este tipo de violencia. 

El caso de Luna Fulgencio puede servir (como tantos otros, desgraciadamente) para discutir la seguridad de los menores en las redes, pero no debe quedar en un simple incidente mediático. Es crucial que tanto las autoridades como las plataformas tecnológicas asuman sus responsabilidades. Es necesario establecer marcos legales más estrictos para proteger a los menores, promover la educación digital desde edades tempranas, y fomentar un uso responsable de las redes sociales.

No se trata solo de proteger a los menores de los peligros en internet, sino de asegurar que puedan desarrollarse en un entorno seguro, donde su valor no esté condicionado por miradas inapropiadas de adultos sin escrúpulos.

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