Hablar con las chicas de Machos Alfa es como sentarse a charlar con tu grupo de amigas. Todas tienen algo que contar y con todas terminas emocionándote. Justo antes del estreno de la tercera temporada, tuve la oportunidad de entrevistar a Raquel Guerrero, uno de los personajes con los que más empatizan las madres españolas. Y es que Esther, a pesar de vivir por y para sus hijos, no deja de luchar por su sueño: convertirse en una actriz famosa.
En los nuevos episodios de la serie de Netflix, Luz (Kira Miró) vive un intenso romance lésbico que le hace replantearse todos sus ideales. Daniela (María Hervás) se queda embarazada -la actriz nos contó en exclusiva qué tipo de madre le gustaría ser en el futuro- y Esther (Raquel Guerrero) consigue el papel de su vida: una pequeña participación en la serie de Pedro (Fernando Gil), Machos Alfa.
Hoy en Marie Claire, desvelamos todos los secretos en torno al personaje de Esther, los nuevos proyectos de la actriz y todo a lo que ha renunciado por centrarse en su gran pasión: la interpretación. "Tienen que ver la nueva temporada porque van a tener un viaje emocional tan bonito... Se van a reír y van a llorar. Yo me quedé con la sensación de gusto, es mágica y bonita", expresó sobre los nuevos episodios.

¿En qué se parecen Raquel Guerrero y Esther?
Esther le pone el alma y el corazón a todo, esa parte sentimental tiene mucho que ver conmigo. Me meto en su piel, pero es un personaje que se aleja mucho de mí. No soy madre, no tengo hijos, eso me diferencia muchísimo de ella. Pero a pesar de eso, es un personaje en el que no me cuesta meterme, pero me quita mucha energía, está siempre en tensión la pobre, harta de conciliar y de no poder conseguir sus sueños. Bueno, lo que le pasa a todas las madres
¿Es realmente Esther una "cuidapenes?
No, lo que pasa es que como mujer también dice “a mí no me tiene que defender nadie”. Ella es una todoterreno. Tiene a veces una mentalidad que me sorprende, pero es así, muy bruta, sin filtros.
Tocáis temas polémicos, como la infancia trans...
Sí. Siempre desde el respeto absoluto. No hay ningún tipo de ofensa.
¿Tienes amigos que se han apuntado a cursos de deconstrucción de la masculinidad?
Tengo un amigo que se apuntó a un curso. Me pareció muy bien porque hay que ponerles las pilas. El hombre al final también lleva con este tipo de educación toda su vida y hay que romper con estos patrones.
En los nuevos episodios, ¿ganan los sentimientos?
En esta temporada hay algo muy bonito, porque hemos avanzado un paso más en cuanto a la humanidad de los personajes, de la exposición emocional que tienen.
Trabajar con Fele Martínez en 'Machos Alfa'...
Fele no deja de meterse conmigo. Nos damos cañita, pero nos queremos muchísimo, nos lo pasamos bomba. Es superdivertido, conectamos desde el principio, ahora nos conocemos más y es una juerga constante.
Alguna "machirulada" que no superas...
Con la serie te das cuenta de que tienes también muchos tics que son machirulos, y tú misma te das cuenta y dices: "dónde vas, no hagas este comentario o no pienses esto". Por ejemplo, con el tema de la sororidad con las mujeres. Y en esta temporada hay una conexión muy especial, un bajar a tierra. Que parece que están todos en otro planeta y no, son humanos. Esta temporada te lleva por una transición emocional muy tierna.
Lo que más te ha sorprendido de esta temporada...
No me sorprende nada porque estos personajes van al límite, me espero cualquier cosa, no tienen límite. Si hay veces que dices: "madre mía, qué barbaridad lo que hemos dicho, porque son tan bizarros a veces contando la realidad, pero dices ostras..."
Nunca has renunciado a tu sueño de ser actriz...
A lo que he renunciado es a esa otra parte. He metido tantas horas en este sueño que me he olvidado de otros, como formar una familia. No hay arrepentimiento, pero a veces digo “igual tendría que haber equilibrado más la balanza”. Pero al final el sueño tira mucho, vivir de lo que te gusta... Cuesta mucho esfuerzo pero merece la pena.
Tu madre también es artista, ¿cuánto de su arte ha llegado a ti?
Mi madre es una artista plástica fabulosa, me he criado desde pequeña haciendo óleos y pintando. Llegaba a casa y siempre hemos tenido de todo. Ceras, carboncillos, marcos... Siempre me llevaba a exposiciones de pequeña y cuando llegaba a casa me ponía con tres años a reinterpretar lo que había visto. Nos ha dado esa libertad creativa y esa necesidad de crear. Mi madre todos los días se metía en su estudio a hacer sus cosas y yo soy así. Yo siempre tengo que "hacer mis cosas".
¿El Balance del 2024 de Raquel Guerrero?
Me siento muy afortunada. En Semana Santa estreno El casoplón, con Pablo Chiapella, y he rodado otra peli, Fantástico mundo de mierda, una peli muy sórdida en la que me vais a ver en otro código absolutamente diferente a lo que estáis acostumbrados.