Hay entrevistas que no lo parecen. Son más bien una conversación que fluye con naturalidad, sin prisa, sin artificio. Así sucede con Miriam Giovanelli (Roma, Italia, 1989). Actriz desde muy joven, madre de dos hijos, voz pausada y mirada que observa más de lo que dice. En esta charla, reflexiona sobre el oficio, el paso del tiempo, la maternidad, la moda como forma de arte y el humor como salvavidas. Lo hace con esa claridad que no busca impresionar, sino comprenderse. Y en ese gesto ya hay algo profundamente valiente.
Empezaste muy joven en el cine. ¿Qué te dirías a ti misma con 18 años desde la perspectiva de hoy?
Que la vida no se trata de controlar el oleaje, sino de aprender a moverse en él. Que hay momentos en que todo parece alinearse, y que esos momentos hay que paladearlos como si fueran rarezas porque lo son. Que no vale la pena quedarse a vivir en la decepción: mejor aligerarla y seguir. Que cuidar a los amigos es una forma de cuidarse a uno mismo, porque en los días malos son ellos los que te recuerdan quién eres cuando a ti se te olvida. Que hay cosas que hoy duelen y mañana dan risa, y otras que hoy mandan y mañana no importan. Que si algo se repite demasiado, quizá el problema no está fuera. Y que poner límites no es ser duro, es ser claro, y que aceptar los que nos ponen también puede ser una forma de crecer.
Tu carrera ha transitado entre el cine independiente y las series de éxito. ¿Qué buscas en un proyecto?
Lo primero es que lleguen los proyectos. Tengo una oficina que trabaja muchísimo para abrir caminos, para que me vean en registros que todavía no he explorado. Acceder a un casting ya implica una búsqueda, una estrategia, un esfuerzo. Y ahora, lo que buscamos —y lo digo en plural porque es un trabajo compartido— es salir de lo conocido. No solo desde el tipo de proyectos, sino también desde mi trabajo actoral: encontrar en cada personaje una manera nueva de mirar, de decir y de estar.
¿Cómo ha cambiado tu forma de verte con los años?
He aprendido a mirarme con más amabilidad. Hay una libertad que solo llega con el tiempo y con haberse equivocado unas cuantas veces. Y es un regalo: te permite soltar la necesidad de demostrar, de encajar o de hacer las cosas como se supone o como otros quieren. A veces eso me genera dudas o incomodidad, sí, pero también una sensación de profunda paz interna.
¿Hay algún personaje que se haya quedado contigo más de la cuenta?
Me he dado cuenta de que los personajes se me quedan más al principio, cuando estoy en la búsqueda, probando cosas, preguntándome cómo reaccionaría ella, qué diría, cómo miraría.
¿Cuál ha sido el mayor reto —y la mayor recompensa— de la maternidad?
El mayor, sin duda, ha sido tenerlos, por mis dificultades para quedarme embarazada. Convertirme en madre fue, durante un tiempo, una esperanza que dolía. Y cuando por fin llegaron, empezó otro reto: aprender a querer con una intensidad nueva, casi feroz, y al mismo tiempo, aprender a soltar el control. La mayor recompensa está siendo verles crecer. Ver cómo florecen sus personalidades, cómo toman sus primeras decisiones, cómo se alejan cada día un poquito más de mí… y cómo vuelven cuando necesitan ayuda, un consejo o simplemente un abrazo. Y ha sido en ese ir y venir donde me he dado cuenta de que ahí está la vida. Y también el amor. No solo en la maternidad, sino en cualquier relación.
¿Qué lugar ocupa la moda en tu vida?
Me interesa como proceso artístico. Me inspira, me descubre universos. Me atrae el hecho de que detrás de una colección hay una narrativa, un concepto, una investigación estética que luego se traduce en forma, textura y movimiento.
¿Eres de las que guardan prendas con historia?
La única que ha sobrevivido a mi estricta regla de quedarme solo con lo que uso es mi traje de novia, diseñado por María Escoté.
¿Qué importancia tiene el humor en tu día a día?
Toda. De hecho, creo que es el único elemento en común entre mis amistades. Son todos muy distintos entre sí pero todos tienen la capacidad de reírse de todo —especialmente de ellos mismos—. Y en eso, en saber reírse de uno mismo, está para mí la clave para crecer, querer mejor y no volverte insoportable.
¿Qué libro, película o canción ha marcado una etapa de tu vida y qué te ilusiona?
Qué difícil. Dos libros que me han obsesionado bastante porque sentí que no había leído nada parecido han sido A contrapelo de Huysmans dentro de los clásicos y Amo a Dick entre mis lecturas recientes. Me ilusiona cada libro que disfruto, ver crecer a mis hijos, compartir tiempo con mis amigos, con mi pareja, y el proyecto que empiezo a grabar ¡ya! Todo eso me sostiene y me entusiasma.








Por Magdalena Fraj
Estilismo Sandra Escriña
Fotos Soraya & Rodrigo
Créditos
Peluquería y maquillaje:
Wild Van Dijk.
Asistente de fotografía:
Marco Barrier.
Producción:
Victoria Mouriño.
Diseño y maquetación
del contenido:
David Carrión.