La etapa universitaria no solo marca el comienzo de la vida profesional, sino que también representa uno de los momentos más significativos en la construcción de relaciones interpersonales. Según una investigación de la Universidad de Kansas, los lazos de amistad que se crean en este periodo tienden a ser más profundos y duraderos que aquellos formados en otras etapas de la vida. Este fenómeno se debe, en gran parte, a la constante convivencia y a la intensidad de las experiencias compartidas, factores que fortalecen la conexión emocional entre las personas. El estudio, publicado en el ‘Journal of Social and Personal Relationships’, revela que se requieren al menos 200 horas de convivencia para que un vínculo pueda evolucionar desde una simple camaradería hasta una amistad sincera y significativa. Este hallazgo resalta la importancia del contacto frecuente y prolongado en la consolidación de relaciones auténticas.
El impacto de la convivencia en la amistad
El entorno universitario propicia encuentros continuos y situaciones que fomentan la interacción, lo que facilita el desarrollo de vínculos sólidos. Desde compartir largas horas en clases hasta colaborar en proyectos y estudiar juntos para los exámenes, los estudiantes experimentan un nivel de cercanía que difícilmente se encuentra en otros ámbitos de la vida. Estas interacciones diarias generan confianza y permiten conocer a los demás en distintos contextos, lo que fortalece el lazo de amistad.

Además, la universidad representa un espacio en el que las personas atraviesan desafíos personales y académicos de manera conjunta. Superar momentos de estrés, celebrar logros y apoyarse mutuamente en dificultades crea una base emocional que refuerza la relación. En este sentido, la amistad se convierte en un apoyo fundamental durante esta etapa de crecimiento y autodescubrimiento.
El papel de las actividades académicas y extracurriculares
Uno de los factores que favorece la formación de amistades profundas es la colaboración en actividades académicas. Trabajar en equipo en tareas, presentaciones o investigaciones fomenta la cooperación y el entendimiento mutuo. A medida que los estudiantes comparten responsabilidades y enfrentan retos juntos, se genera una sensación de compañerismo que contribuye a consolidar relaciones de confianza.
Del mismo modo, la participación en actividades extracurriculares, como clubes estudiantiles, deportes o voluntariados, incrementa la posibilidad de encontrar amigos con intereses similares. Estas experiencias no solo amplían el círculo social, sino que también fortalecen los vínculos al proporcionar momentos significativos fuera del ámbito académico.
Amistades que influyen en la salud y el bienestar
Los investigadores también destacan que las amistades construidas en la universidad no solo impactan en la vida social, sino que también tienen efectos positivos en la salud emocional y física. Contar con un círculo de apoyo reduce los niveles de estrés y ansiedad, contribuye a una mayor sensación de bienestar y fortalece la resiliencia ante las adversidades.

El psicólogo Robin Dunbar, de la Universidad de Oxford, sostiene que las relaciones interpersonales siguen una jerarquía en la que se distinguen diferentes niveles de cercanía. En este esquema, los amigos más íntimos ocupan un lugar privilegiado y desempeñan un papel crucial en el bienestar emocional, afirmando que no es posible mantener numerosas amistades cercanas al mismo tiempo, ya que estas requieren una dedicación significativa y una interacción constante.
Un lazo que se mantiene en el tiempo
A diferencia de las amistades formadas en la infancia o en el entorno laboral, los lazos creados en la universidad tienden a perdurar a lo largo de los años. Esto se debe a la profundidad de las experiencias compartidas y a la consolidación de una conexión basada en el apoyo mutuo y la confianza. Incluso cuando la vida toma rumbos diferentes y las responsabilidades aumentan, muchos de estos vínculos logran mantenerse firmes con el paso del tiempo.
La facilidad de comunicación en la era digital también ha permitido que los amigos universitarios sigan en contacto a pesar de la distancia. Las redes sociales, las videollamadas y las plataformas de mensajería instantánea han facilitado la continuidad de estas relaciones, demostrando que los lazos forjados en la universidad pueden resistir los cambios y las nuevas etapas de la vida (si eso es lo que se desea).
Por ello podemos afirmar que este tipo de amistades van más allá de una simple conexión social; representan un pilar fundamental en el desarrollo personal y emocional de los individuos. Eso sí, como en cualquier otro tipo de relación, la intención y el trabajo por mantenerlas es algo fundamental.