Hay aromas que no se olvidan. Están ligados a caricias suaves, a sábanas recién lavadas, a los abrazos de una abuela que olía a crema Nivea y a la brisa jabonosa tras un baño de domingo. En los últimos años, las fragrance lovers se han rendido a las fragancias que evocan justamente eso: la sensación íntima y reconfortante de una piel recién lavada, como si el perfume no estuviera ahí y, sin embargo, fuera imposible no notarlo. Esta tendencia, que huele a nostalgia y a pureza, ha devuelto al centro del escenario a composiciones que apelan a lo emocional, a lo sutil, a lo sensorial. Fragancias discretas y elegantes para no avasallar con tu presencia, pero capaces de dejar huella. En un mundo donde el "menos es más" tiene más sentido que nunca, estos perfumes se han convertido en los nuevos objetos de deseo.
¿Qué tienen de especial estos perfumes?
Lo que hace especial a estas creaciones es su aparente simplicidad. Detrás de ese "olor a limpio" hay fórmulas minuciosamente construidas, donde cada nota cumple una función precisa. Se trata de perfumes que recrean el aroma de la piel limpia, sí, pero también de tejidos recién planchados, del vapor del agua caliente o de una flor que apenas se abre. ¿El secreto? Las notas almizcladas, especialmente el almizcle blanco, son las grandes protagonistas, ya que aportan esa sensación de piel suave y acogedora. Se combinan a menudo con flores blancas (como el jazmín o el nerolí), cítricos ligeros y maderas cremosas que prolongan la calidez sin imponerse. Son perfumes que huyen del artificio, que prefieren insinuar antes que declarar.
En este tipo de composiciones, el equilibrio lo es todo. La frescura de una bergamota o una flor de azahar se entrelaza con la calidez de un sándalo lechoso o de un ámbar transparente. Se trata de fragancias "segunda piel" que se funden con el cuerpo, que no buscan protagonismo pero sí acompañar de forma íntima, como una camiseta blanca perfecta. En algunos casos son perfumes florales nada típicos que merece la pena probar esta primavera, ya que se alejan de la clásica rosa o el todopoderoso jazmín. Porque aunque sean suaves y minimalistas, no son simples. Tienen matices, desarrollos, texturas. Pese a nacer para ser discretos, logran ser memorables.
Tres perfumes poco comunes que huelen a piel limpia
Missing Person de Phlur

Una fragancia que encarna el alma de esta tendencia: Missing Person es un Floral Woody Musk con esa aura etérea que tanto fascina a las beauty lovers. Firmada por la nariz Constance Georges-Picot, esta creación lanzada en 2022 abre con un acorde limpio de almizcle, bergamota y jazmín, casi como una sábana tendida al sol. El corazón floral de nerolí, ciclamen y flor de azahar aporta luz y cierta melancolía, mientras que el fondo se apoya en el almizcle blanco, el sándalo australiano y notas amaderadas suaves. Es un perfume envolvente, íntimo, que parece no estar y sin embargo ahí está. Un diez para las que buscan perfumes cítricos y frescos que huelen a limpio, sin caer en clichés ni exageraciones. Un imprescindible para amantes de lo invisible. Precio: 114 euros en SpaceNK:
Hinoki Fantome de Boy Smells

Una fragancia más enigmática, con un punto místico, que sigue celebrando el aroma a limpio, pero desde una perspectiva más terrosa y amaderada. Hinoki Fantome abre con una salida especiada y jugosa de cardamomo y pera, que rápidamente se disuelve en un corazón seco y meditativo, dominado por el hinoki japonés y el cedro. El fondo, ahumado y profundo, se construye a partir de musgo de roble y ámbar ahumado. Esta mezcla crea un aura casi ritual, como si el perfume capturara el interior de un templo de madera húmeda. Una interpretación más introspectiva del concepto de piel limpia: elegante, reservada y con carácter. Precio: 128 euros en Niche-Beauty.
No.04 Bois de Balincourt de Maison Louis Marie

Inspirado en los bosques franceses, este perfume amaderado y suave es uno de los favoritos entre quienes buscan elegancia minimalista. No.04 Bois de Balincourt, lanzado en 2014, arranca con sándalo cremoso y cedro claro, creando desde el inicio una sensación de confort táctil, como un jersey de cashmere sobre la piel desnuda. El corazón combina vetiver, nuez moscada y canela, añadiendo profundidad sin sobrecargar. Finalmente, el fondo de ámbar y maderas secas envuelve todo en una estela ligera y persistente. Un perfume que encarna el lujo silencioso. Discreto, cálido, familiar. Precio: 98 euros en Niche-Beauty.