El olor de la siesta se esconde en este perfume español amaderado, aromático y un tanto empolvado

Qué complicado es captar la esencia de algo tan nuestro como la siesta y qué bien lo hace Ramón Monegal en este perfume.
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Si hablamos de la cultura de este país, pocas cosas unen tanto como la siesta. De hecho, la cabezada de después de comer no entiende de edades, religiones, clases sociales o ideologías políticas. Los españoles tan solo queremos disfrutar de las bondades de dejarnos llevar al mundo de los sueños justo después de levantarnos de la mesa. Para la mayoría, es una realidad que solo tiene lugar en el fin de semana, pero mejor eso que nada. Cuando hablamos de la siesta, es fácil imaginar un sofá cómodo, una manta mullida, ¿pero qué hay del aroma que se percibe en el ambiente? Es muy probable que a cada uno le venga un olor a la mente. Ramón Monegal ha hecho su propia propuesta y catalogarla como interesante es quedarse corta.

Dentro de su Spanish Collection, el perfumista catalán elabora una radiografía del dolce far niente llevado a orillas del Mediterráneo. A esas siestas de verano cerca del mar, sin prisas. Ese "no molestar", segun Monegal, es fresco, pero tiene carácter. Este perfume, que como no podía ser de otro modo se llama Siesta, nos transporta, al instante, a ese momento tan concreto de felicidad.

Así es Siesta de Ramón Monegal

El perfume que captura ese momento de paz

La salida de Siesta combina miel y limón, una mezcla luminosa que equilibra dulzura y frescor sin resultar empalagosa. Por su lado, el cedro aporta estructura y el jazmín introduce un matiz floral que suaviza el conjunto. En cuanto se posa sobre la piel, la composición revela una faceta más profunda, ya qu el iris despliega su textura aterciopelada, mientras que el vetiver y el cuero aportan una firmeza sobria que contrasta con la dulzura inicial. Es un inicio amable que se transforma lentamente en algo más íntimo y sofisticado, con esa dualidad que solo las fragancias bien construidas saben mantener.

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Siesta de Ramón Monegal

En el fondo, la mezcla de tonka, vainilla y almizcle deja una estela envolvente, suave pero persistente, que recuerda a la calidez de una habitación bien perfumada. El magnetismo de este perfume reside en la manera en que evoluciona, como el proceso de quedarse dormida si apenas darle cuenta. Es uno de esos perfumes amaderados (y duraderos) con los que perderás el sentido de lo rico que huelen. El precio de los 50 ml es de 190 euros.

Otros perfumes amaderados y empolvados

Santal 33 de Le Labo

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Santal 33 de Le Labo

Santal 33 es una de esas fragancias que evocan libertad y territorio abierto. Su composición mezcla cardamomo chispeante con iris y violeta, un acorde que se siente seco, elegante y un tanto polvoroso. El sándalo australiano y el cedro introducen una calidez ahumada que recuerda a una hoguera bajo el cielo nocturno. Al fondo, notas de cuero y almizcle añaden un matiz íntimo, envolvente. El precio es de 209 euros por 50 ml.

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