Al principio te parecerá una verdadera locura pensar que estas tres mujeres tan diferentes entre sí, comparten algo más allá de su nacionalidad o género. Una primera dama, una cantante y una actriz, pueden tener más en común de lo que creerías.
Jill Biden, Doctora en Liderazgo Educativo y primera dama de Estados Unidos, nació en Nueva Jersey, se graduó en la Escuela Secundaria Upper Moreland en 1969 y luego de la Universidad de Delaware con una licenciatura en inglés en 1975. Ese mismo año conoció al entonces senador Joe Biden. Se casaron en la Capilla de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York en 1977 y se convirtió en la madre de sus dos hijos, Beau y Hunter. Su hija, Ashley, nació en 1981. El resto es historia.

Los casos de Viola Davis y Cardi B, fueron un tanto diferentes. Davis nació en 1965 en St. Matthews, un pequeño pueblo de Carolina del Sur. Se mudó junto a su familia a Central Falls, una ciudad del estado de Rhode Island, cuando solo contaba con dos meses de vida. Allí se graduó con honores en la universidad, en la especialidad de teatro, y consiguió después hacerse con una plaza en la prestigiosa escuela Juilliard, un lugar en el que se han formado otras estrellas como Adam Driver, Oscar Isaac, Robin Williams o Jessica Chastain y en la que terminó sus estudios ya en 1993. A partir de ahí, comenzó una prolífica carrera en televisión, teatro y cine.
Mientras que Cardi B (Belcalis Marlenis Almanzar, como realmente se llama la artista) la rapera de origen dominicano, nació el 11 de octubre de 1992 en el Bronx de Nueva York, un barrio donde se concentra gran parte de la población latina y negra de la ciudad. Su padre es de República Dominicana y su madre de Trinidad y Tobago. En la pasada edición de los Grammy, Cardi B llegó vestida con un vestido vintage del diseñador francés Thierry Mugler, pero su vida no siempre fue así de glamurosa. Cuando era adolescente estuvo vinculada con los Bloods, una de las pandillas más peligrosas de Nueva York y a la que la policía relaciona con diversos casos de asesinatos y tráfico de drogas.

La vida de estas tres mujeres parecen estar divididas por las grandes diferencias que conforman sus historias. Sin embargo, hay un elemento que resalta que entre ellas existe una gran similitud que las une: su afición por las artes.
Hace unos días la primera dama de Estados Unidos dijo en su cuenta de Twitter que las artes son algo “poderoso” que pueden unir a las personas “a través del tiempo y el espacio, a través de los idiomas y de las fronteras”, ya que muestran que las diferencias son algo que se debe apreciar.
“La poesía y la música nos unen, mostrándonos que nuestras diferencias son preciosas y nuestras similitudes infinitas”, añade.
Poetry and music bring us together, showing us that our differences are precious and our similarities infinite.
— Jill Biden (@FLOTUS) January 11, 2023
Thank you, @BeatrizGMuller, for sharing your love of literature with me and helping spark a joy of learning in so many. pic.twitter.com/4trI6V6Evg
Y las dos celebridades, Viola Davis y Cardi B, son el claro ejemplo de mujeres que se convirtieron en artistas porque lo dieron todo por adentrarse a este mundo y ocupar un lugar importante dentro de él. Precisamente ellas, que vienen de lugares poco privilegiados, de familias humildes y muchos obstáculos, lucharon desde sus inicios para estar donde están hoy en día y lograr sus sueños. Apostaron todo por carreras inestables, de grandes competencia y sacrificios. Sus historias son el reflejo de trabajo duro y superación que las han llevado a la cima.
Después de todo las tres persiguen una sola cosa a través de su trabajo; crear algo, presentarlo al mundo y despertar una reacción en quien lo escuche y vea.