El EX30 se ha convertido en el modelo con la huella de carbono más baja de entre todos los vehículos Volvo totalmente eléctricos fabricados hasta la fecha, desde la extracción y el refinado de las materias primas hasta el final de la vida útil del vehículo. Y el uso de electricidad de origen eólico para recargar el EX30 permite reducir considerablemente la huella de carbono en comparación con el mix eléctrico global o el mix eléctrico europeo (alrededor de un 42 y un 22% respectivamente). Esto subraya la necesidad de acelerar las inversiones en infraestructura de energía renovable a escala internacional para que los vehículos eléctricos alcancen todo su potencial climático.
«La transición a vehículos eléctricos es fundamental para limitar el cambio climático, pero hace falta una mayor transparencia sobre sus desafíos para reducir aún más sus emisiones», señala Jonas Otterheim, responsable de acción climática de Volvo Cars. «Con el estudio sobre la huella de carbono del EX30 y la identificación de sus principales materiales y procesos pretendemos aportar información valiosa que sirva para orientar las decisiones hacia una mayor sostenibilidad, tanto en el seno de nuestra empresa como en el sector en su conjunto».

Los vehículos no solo se conducen. También se diseñan, se desarrollan, se fabrican y se transportan, lo que les brinda numerosas oportunidades de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar en el logro de cada uno de los objetivos de sostenibilidad del fabricante. Con el Volvo EX30 están dando también un paso fundamental hacia su objetivo de convertirse en un fabricante de vehículos totalmente eléctricos para 2030 y su objetivo de alcanzar cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040.
La proporción de materiales reciclados del EX30 es la más alta de entre todos los vehículos Volvo lanzados hasta la fecha. Alrededor de una cuarta parte del aluminio y casi una quinta parte del acero son de origen reciclado. Además, alrededor del 17% de todos los elementos de plástico del vehículo, desde los componentes interiores hasta los paragolpes exteriores, es de origen reciclado.
Asimismo, tienen previsto reducir aún más el impacto de CO2 del EX30 colaborando con proveedores a lo largo de toda la cadena de valor. Para 2025, por ejemplo, sus proveedores de baterías se están esforzando por reducir un 20% las emisiones generadas para fabricar la batería LFP y un 46% las emisiones generadas para fabricar la batería NMC. Para lograrlo, sus proveedores tienen la intención de utilizar electricidad procedente de fuentes renovables para fabricar las células, aumentar la proporción de contenido reciclado en sus materiales y reducir las emisiones de la cadena de suministro.