Como las dos caras de una misma moneda, moda y belleza van sistemáticamente unidas. Y por mucho que intentemos disociarlos completamente, un look nunca es completo ni impecable si falta alguno de los dos. Forman parte de tu imagen diaria y por lo tanto de tu estilo. ¿A qué no te imaginas salir de casa sin máscara de pestañas? ¿Todos tus amigos te conocen por tus labios eternamente pintados de rojo? Reflejan tu personalidad, de ahí la importancia de que los elijas en consonancia. Combinarlos no resulta tan sencillo como mucha gente puede llegar a pensar.
A la hora de elegir qué es lo que vas a potenciar de tu look, debes tener en cuenta determinados factores que te ayudarán a evitar las meteduras de pata tanto en el ámbito del maquillaje como en el de la ropa:
- ¿Qué quieres destacar ese día? Es decir, ¿será tu ropa la que llame la atención o el maquillaje? Eso sí, mejor que no lo hagan los dos a la vez. Ambos tienen que estar presentes pero no necesariamente con la misma intensidad para evitar un efecto recargado. Depende en parte del evento o actividad que te espera. Para ir a la oficina, potencia preferiblemente el vestuario.
- Sin embargo, para salir de fiesta, un maquillaje vistoso siempre será más agradecido. Aun así, recuerda que todo es importante.
- Los únicos que siempre combinan en la ropa y en el maquillaje son los tonos claros y naturales. Tus posibilidades de equivocarte en este sentido son mínimas. Con un nude arrasarás tanto en moda como en maquillaje.
- No es recomendable elegir exactamente el mismo color de la ropa para el maquillaje, especialmente si se trata de tonos muy fuertes, a riesgo de que el conjunto pueda llegar a resultar ordinario o vulgar.
- Para no equivocarnos nunca, opta por maquillar mejillas y labios con tonos como el rosa, que destacarán sutilmente y se podrán combinar más fácilmente. Procura buscar el tono de colorete que se adapte perfectamente a tu tez.
- Es importante que, para guardar la armonía, los labios, las mejillas y las uñas combinen entre sí. Además deberán ser de la misma familia, o cálidos (rojo, rosa, naranja, fucsia...) o fríos (azul, verde, etc).
Combinaciones imparables

Es uno de los mandamientos del maquillaje: la teoría del color y los colores complementarios. Según ella, un color solo puede destacar gracias a su color complementario, es decir opuesto. Por ejemplo, el amarillo es complementario del azul. Si nuestro vestido es rosa, la sombra de ojos será el verde, y viceversa. Recuerda que no estamos en 1985 por lo que si no quieres lucir demasiado llamativa nuestra recomendación es que optes por los tonos más claros o pastel aunque algunos creadores se atrevieron en las últimas temporadas con algunas tonalidades más fuertes.
Los párpados amarillos hicieron su gran come-back. Los observamos en las pasarelas de Dior pero también en la alfombra roja, a los ojos de la estrella Margot Robbie. El vestuario violeta (que este año no nos cansamos de ver ya que el ultra-violet fue elegido tono Pantone del año) es el que mejor completará este color. Para una ocasión especial, puedes lucir un dorado.
Los vestidos de las gamas cálidas siempre quedan muy bien si coordinamos los labios del mismo color. Con ropa negra, es mejor destacar o los ojos o las mejillas con un color llamativo, pero no los dos a la vez, para evitar el efecto “payaso”. ¿Lista para probar?