Los grandes desembolsos siempre duelen, tanto en el mundo de la moda como en el de la belleza. Da igual que seamos plenamente conscientes de que es una inversión a largo plazo y no un gasto impulsivo: en el bolsillo nos duelen igual. Pero, como decimos, a largo plazo compensan. Y mucho.
No hablamos solamente de bolsos de piel o calzado bueno que conformen un buen fondo de armario, sino también de maquillaje y cosmética de calidad que, aunque puede ser algo más caro, acaba compensando por su acabado, duración o resultados. Una mínima que también se aplica a los gadgets de belleza.
Sin embargo es cierto que en algunos gadgets nos es más fácil gastar que en otros: mientras que una plancha de pelo por cien o doscientos euros no nos parece una barbaridad, el mero hecho de gastarnos 35 euros en un rizados de pestañas, de buenas a primeras, se nos hace complicado. Lo que no quita que de cuando en cuando hagamos excepciones.
Esto es precisamente lo que parece haberle pasado al mundo con el rizador rizador pestañas de Surratt, uno de los más famosos del mercado. Una marca japonesa entre cuyos best sellers siempre está este rizador de pestañas, que cuesta la friolera de 32,61 euros (36 dólares).
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Además de prometer unas pestañas infinitas, con una curvatura más que impresionante, desde la marca lo definen como un creador de pestañas que "abren los ojos, alargadas, bellamente abanicadas y sin ninguna rotura o pellizco".
Calibrado a mano en Japón, tiene unas almohadillas de silicona que, al rebotar, requieren de menos fueza para conseguir esas pestañas rizadas que tanto queremos. Lo ideal es, según la marca, usarlo tres veces: una en la zona derecha, otra en el centro y otra en la izquierda.
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