He probado una máscara de pestañas sólida y se ha convertido en un básico en mi neceser
Una alternativa más sostenible a los rímmels tradicionales.
Si hay una cosa que encanta a cualquier beauty lover es probar productos nuevos, sean de belleza o maquillaje. Hablamos tanto de probar nuevas gamas, con olores, texturas o colores nuevos, como de probar nuevos formatos completamente diferentes.
En estos últimos años hay un formato, el de la cosmética y productos de belleza sólidos, que está revolucionando el mercado. Con marcas que incluyen desde champús sólidos hasta perfumes sólidos, esta nueva tendencia apuesta por lo eco y la sostenibilidad.
Todos estos productos de cosmética sólida los tenemos ya más que integrados en nuestro día a día, pero seguramente nunca te hubieses planteado que existen máscaras de pestañas sólidas. Es un concepto nuevo que busca explorar la sostenibilidad del maquillaje más allá de los límites a los que estamos acostumbrados.

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Máscaras de pestañas sólidas: qué son y cómo se utilizan
El resultado es igual al que conseguiríamos con nuestra máscara de pestañas habitual, alargando y dando volumen a nuestra mirada al máximo, pero con la diferencia de que la base es sólida. El modo de aplicación, así como el formato, es completamente diferente.
Mientras que con las máscaras de pestañas habituales estamos acostumbradas a un tubo con el rímmel, el formato sólido se presenta en un pequeña bloque con un agujero para meter el cepillo. Hay dos formas de aplicar el producto, o bien con los dedos directamente sobre los ojos o con un cepillo normal, como los que utilizamos en los rímmels tradicionales.

Cortesía de Lush.
Sea de una forma u otra, es necesario mojar el cepillo o el dedo antes (preferiblemente en agua caliente), para que coja mejor el pigmento y el resultado sea más intenso. Una de las tiendas donde encontramos este tipo de máscaras de pestañas es Lush (14 euros), donde tienen hasta cuatro colores diferentes: rojo, azul, marrón y negro.
Máscara de pestañas sólida: mi experiencia
Precisamente fue la máscara de pestañas de Lush la que yo probé (¿cómo no iba a hacerlo siendo un producto tan peculiar? Caí al instante al querer probarla) y el resultado fue muy bueno. Al principio es cierto que se hace algo complicado de utilizar porque es muy diferente a cualquier otra máscara de pestañas que hayas utilizado.

Taylor Lashae.
Pero una vez te acostumbras lo cierto es que es bastante automático. Lo que más me gusta es que lo sostenible que es, un dato importante teniendo en cuenta que el 95% de los envases de belleza se tiran después de un solo uso y sólo el 14% de este plástico llega a un centro de reciclaje.
También otro punto muy a mi favor, según lo veo, son los ingredientes naturales que tiene la máscara de pestañas: cera de candelilla (que aporta brillo y ayuda a proteger las pestañas), cacao (que ayuda a nutrir las pestañas) o ricino (que favorece el crecimiento).