Estos son los trucos de belleza de nuestras abuelas que todavía funcionan

Eran maestras en sacarse partido con lo mínimo. Los trucos de belleza de las abuelas han sobrevivido a generaciones. Y la mayoría son tan válidos como el primer día.
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Siempre arregladas y bien peinadas. No hay más que echar un vistazo al álbum de fotos familiar para comprobarlo. Destilando glamour con lo justo y aún en días de diario, las abuelas tenían todo el mérito del mundo si nos paramos a pensar que contaban con muchos (muchísimos) menos productos de belleza de los que hoy disponemos.

Tanto, que algunos ni siquiera existían entonces. De una generación a otra, algunos de sus trucos de belleza han llegado a hacerse virales hoy. Un auténtico pliegue en la línea del paso del tiempo beauty.

Hoy sabemos más cosas (no en vano la cosmética está cada vez más ligada a la ciencia) y quizá descartemos algunos de sus trucos. Pero, sorprendentemente, la mayoría siguen valiendo. ¿Aún no los has probado?

Cinco trucos de belleza heredados de nuestras abuelas

Agua fría para el rostro

Agua bien fresquita de buena mañana para despertarse y sentir el rostro activo. Si de niñas nos parecía algo cercano a la tortura y una manía de abuela, tenemos que rendirnos a la realidad.

Lavarse el rostro con agua fría tiene varias ventajas: puede reducir la irritación y la inflamación de la piel, y es de ayuda en casos de acné y rojeces. Así lo explica Clara Lacasta, dermatóloga del Instituto Médico Ricart Madrid. Pero hay más.

"Al actuar como descongestionante, es ideal para personas que se despiertan con el rostro y los ojos hinchados. Además, el agua fría es capaz de estimular la circulación sanguínea a través de la vasoconstricción, dejando la piel del rostro más tonificada y con una apariencia más luminosa".

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Sin embargo, hay peros. Puede que esa agua tan fría, al contraer la piel, provoque que no se pueda limpiar bien de todos los residuos y maquillaje acumulados durante el día.

"Lo ideal para una buena limpieza sería usar agua tibia y un limpiador facial adecuado en un primer lavado, y realizar un último lavado del rostro con agua un poco más fría", advierte la doctora. Y nunca agua con hielo, aunque lo veas en redes sociales. Sólo conseguirás arriesgarte a que la piel se queme o irrite.

Polvos de talco multitarea

Son uno de esos productos que siempre estaban por casa y que las abuelas usaban para todo. Desde para perfumarse con un delicioso aroma empolvado después del baño al alivio de pieles irritadas, como desodorante o a modo de preparación antes de la depilación con cera.

Además, también se utilizaba aplicado sobre el cuero cabelludo (y luego sacudiendo la cabeza), exactamente igual que hoy utilizamos los sprays de champú en seco. Sin embargo, sobre esta última supuesta utilidad, la experta capital Miriam Quevedo es tajante: en este caso, mejor no seguir el ejemplo de la abuela.

"El talco puede obstruir los poros del cuero cabelludo y asfixiarlo”, advierte. Mejor optar por productos actuales basados en la ciencia, como champús en seco aplicados sobre la raíz, perfectos para absorber suciedad, impurezas, grasa, contaminación…

Champú en seco con péptido de elixir de diamante y polvos de plantas preciosas, de Miriam Quevedo

Champú en seco con péptido de elixir de diamante y polvos de plantas preciosas, de Miriam Quevedo (60 euros).

Pintalabios multiusos

Si en tiempos de las abuelas había un cosmético que no podía faltar en ninguna casa que se lo pudiera permitir, ese era un labial rojo rubí, bien mate, bien cremoso brillante (no gloss), por supuesto en barra, como esta de Charlotte Tilbury (34,00 euros). Podías no ponerte nada más. Solo peinarte y pintarte los labios. Y estabas lista. Eso aún funciona hoy para muchas mujeres.

Matte Revolution en el tono Hollywood Vixen, de Charlotte Tilbury

La barra de labios más clásica y glamurosa de todos los tiempos se convertía además en un cosmético multifunción, de esos que luego la industria creó y promocionó con técnicas marketinianas como si se hubiera descubierto América de nuevo.

A falta de colorete, un toquecito de labial en las mejillas bien extendido con los dedos y en el acto se conseguía un rubor efecto buena cara. Y lo mismo con un pequeño toque en los párpados, para una sombra en crema improvisada. Por lo hablar de que el maquillaje en general del rostro quedaba perfecto con colores engamados más o menos intensos.

Cepillado nocturno

Esa mujer en camisón de raso pasándose el cepillo por el cabello frente al espejo del tocador antes de irse a la cama no es sólo cosa del cine clásico en blanco y negro. En el pasado, las mujeres tenían la costumbre de cepillarse el cabello cada noche antes de ir a dormir. Y hacían bien.

La experta capilar Miriam Quevedo recomienda seguir su ejemplo por varios motivos: desenredar el pelo y así evitar los efectos de la fricción o minimizar los nudos; conseguir remover el cabello muerto que esté a punto de caer y así disminuir el riesgo de asfixiar el cuero cabelludo; y reducir las impurezas acumuladas durante el día.

La clave es hacerlo suavemente. "Empezar por las de puntas e ir subiendo poco a poco hasta la raíz. Si empezamos por arriba, corremos el riesgo de acumular nudos. Eso sí, hay que hacerlo con un cepillo muy suave o especial desenredante".

Cepillarse el pelo por la noche es un must en la rutina capilar.

Una vez desenredado el cabello, terminar con un cepillo suave y flexible, cepillando a nivel del cuero cabelludo, en dirección desde la línea de la frente hasta la nuca; y descender para activar el riego sanguíneo y relajar.

Vinagre para que el pelo brille

Siempre que se podía, el último enjuague tras lavar el cabello se hacía con vinagre con el argumento imbatible y defendido a ultranza por las abuelas de que este gesto da brillo al pelo. ¿Es real o bulo? Salimos de dudas con Begoña Gómez, experta en tratamiento de Yves Rocher:

"Conocido por su eficacia en la antigüedad, el vinagre capilar neutraliza la cal del agua que apaga la fibra capilar con los lavados, al tiempo que elimina los residuos de producto que se acumulan en el cabello. El brillo que proporciona al cabello es, al fin y al cabo, un efecto secundario de sus beneficios”.

Además, la experta añade “el cabello está más brillante y suave porque el vinagre elimina residuos como la cal del agua, los contaminantes del cabello o los restos de producto, permitiendo que este esté más sano, la cutícula perfectamente sellada y, de esta manera, refleje mejor la luz".

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