No hay época del año sin su aroma ideal. El otoño pide notas especiadas; el invierno, extractos concentrados que abrazan tal y como hace una manta de lana; la primavera, flores suaves; y el verano exige frescor absoluto. Para las fragrance lovers, las aguas de colonia son mucho más que capricho estacional. Aunque tradicionalmente se han asociado a formatos ligeros y sencillos, hay formulaciones tan exquisitas como cualquier parfum de alta gama. De hecho, casas centenarias como Floris (fundada nada menos que en 1730 en Londres) confían en la nobleza y la persistencia de este tipo de composiciones. En su catálogo brilla con luz propia JF, una fragancia cítrica y fresca con alma clásica y sello británico.
La concentración no determina el lujo
En el mundo de la perfumería, la diferencia entre eau de toilette, parfum o colonia reside en la proporción de aceites esenciales frente al alcohol. Sin embargo, esto no implica una jerarquía de calidad. Una agua de colonia de lujo bien construida puede tener tanto carácter como el más sofisticado extracto. Precisamente por eso, cuando las temperaturas se disparan, lo más sensato (y placentero) es dejarse seducir por estas fórmulas livianas y refinadas. JF lo demuestra sin esfuerzo: es fresca, sí, pero también profunda, elegante y duradera. Una joya de herencia aristocrática que lleva más de tres décadas seduciendo a quienes saben lo que buscan.
Un agua de colonia que lleva en lo más alto desde 1992
Floris, tres siglos de historia
Pocas firmas pueden presumir de tener una boutique perfumista abierta desde el siglo XVIII. Fundada por Juan Famenias Floris en pleno corazón de Londres, Floris continúa hoy dirigida por la octava y novena generación familiar. En su archivo figuran 76 fragancias, todas elaboradas en colaboración con perfumistas como Nicola Pozzani, Caterina Catalani, Shelagh Foyle, Penny Ellis y Leslie Gauthier. Esta casa histórica ha mantenido su independencia, su personalidad y su savoir faire. Su filosofía: reinterpretar los clásicos sin perder la esencia. Y eso se nota especialmente en sus colonias, pilares olfativos de la firma.
JF, una colonia cítrica, fresca y amaderada
Presentada en 1992, JF ha conquistado a los amantes de la perfumería con su estructura limpia pero rica, su carácter vibrante y su fiel persistencia. En su salida, una explosión cítrica lo invade todo: lima, mandarina, limón, bergamota, notas verdes y un sutil acorde herbal. En el corazón, petitgrain, ciprés y enebro aportan dimensión y cuerpo. Y en el fondo, almizcle, ámbar y madera de cedro redondean la fórmula con calidez seca y elegante. El resultado es equilibrado, brillante y perfectamente unisex. Una colonia perfecta para las amantes del lujo, sin excesos.
Sensaciones que perduran
Aunque su ligereza invita a pensar en algo efímero, JF sorprende por su estela discreta pero presente. Es versátil, de diez tanto para ir a la oficina como para una cena con amigas. Tiene ese aire contemporáneo, sofisticado y relajado que pocas fragancias logran transmitir. De hecho, en la web oficial encontramos reseñas como "uno de mis aromas de verano favoritos desde los años 90". Y no es casual: hay algo en su frescor amaderado que encaja con cualquier generación. Su precio es de 159,72 euros los 100 ml. Una compra que tiene poco de banal.
Otras aguas de colonia geniales para verano
Agua de Colonia Fresca Hierbas de Ibiza, el encanto balear
La sencillez también puede ser sinónimo de sofisticación. La Agua de Colonia Fresca Hierbas de Ibiza es prueba de ello: una fórmula solar, verde y vivaz que atrapa el espíritu del Mediterráneo sin recurrir a fórmulas artificiales. En su salida brillan la naranja, el limón y el espliego. El corazón vibra con tomillo, verbena, geranio, salvia y jazmín, mientras que en el fondo encontramos canela, azahar, vainilla y un matiz amaderado, ligeramente ahumado y animal que le aporta originalidad. Su precio es de 65 euros por 100 ml en Le Secret du Marais.
