El calor invita a aligerar al máximo nuestro neceser, desde la textura de las cremas hasta el aroma de los perfumes. En verano, las fragancias intensas y opulentas ceden el paso a composiciones livianas, transparentes y chispeantes, que acompañan sin invadir. Las eau de toilette, eau de cologne o aguas frescas ganan protagonismo por su ligereza y versatilidad. Su concentración en aceites esenciales es menor que en otras composiciones (entre un 3% y un 10%) y, aunque su duración en piel es más efímera, se convierten en la opción favorita para las que quieren oler bien sin dejar una estela pesada tras de sí.
Las aguas frescas son esa escapada sensorial que puedes reaplicar sin culpa (porque suelen ser más económicas que un perfume) ni saturación (ya que no empalagan). En mi maleta de verano siempre hay una. Si eres una fragrance lover, te alegrará saber que Caudalie tiene una que, sencillamente, huele a un jardín de verano embotellado.
El agua fresca que encaja en cualquier maleta
Un perfume para días de vacaciones
No todas las vacaciones admiten perfumes intensos y con gran proyección. Playa, piscina, paseos al atardecer, siestas eternas... El verano tiene su propio ritmo, y también sus códigos olfativos. Aquí, las aguas frescas son las aliadas perfectas. Una eau de cologne o un agua perfumada se puede llevar incluso en el neceser de playa y reaplicar después de una ducha rápida. Eso sí, si quieres prolongar su efecto, aplica un body lotion con aroma neutro, vaporiza la fragancia en las zonas más cálidas del cuerpo (cuello, pliegue de codo, escote) y rocía también la ropa y el cabello (siempre con moderación). Los perfumes frescos de verano que una editora de belleza tiene fichados comparten una virtud: acompañan sin abrumar.
Eau des Vignes, un paseo por un jardín veraniego
Cuando me topé con Eau des Vignes de Caudalie, supe que era de esas que se quedaban conmigo toda la temporada. Es una fragancia fresca y aromática que evoca el frescor de un jardín entre viñedos justo después de la lluvia. Su salida de bergamota es radiante, luminosa. El corazón floral, con iris suave y empolvado, se despliega con elegancia. Y en el fondo, el almizcle blanco acaricia la piel sin pesadez, con un toque sensual pero sutil. Me encanta usarla a media tarde, justo después de la ducha, cuando el sol empieza a bajar revoluciones. Su precio también es muy interesante: 27,50 euros por 50 ml.

La fórmula contiene un 89% de ingredientes de origen natural, es vegana y no lleva colorantes artificiales. Además, su creador es el maestro perfumista Alberto Morillas, quien imaginó esta composición como un homenaje olfativo a los jardines de verano en el corazón de los viñedos. Una joya que merece estar en el radar eestival de toda amante de la perfumería.
Otras aguas frescas que destacan por su fresco perfume
Eau Fraîche Verbena de Yves Rocher

Si te seduce la idea de una fragancia ligera con alma botánica, hay otra que merece ser mencionada: Eau Fraîche Verbena de Yves Rocher. Su aroma cítrico, chispeante y vegetal recuerda a una tarde de picnic con limonada fría. Las notas de verbena verde, hojas frescas y un punto especiado invitan al bienestar inmediato. Su precio es otro plus: 14,95 euros que rinden muchísimo.