Todas queremos una piel perfecta, sana y brillante. Pero la verdad es que algunas de nosotras no estamos muy comprometidas con la causa y queremos resultados inmediatos sin casi ningún cuidado. Y eso, es imposible.
Los productos y los tratamientos de belleza son necesarios. Y ahora más que nunca, experimentar con ellos es el pasatiempo de muchas de nosotras. Brumas faciales, fórmulas hidratantes, exfoliantes... para las beauty addicts estos productos son el pan de cada día.
Sin embargo, un cuidado impecable de la piel no puede hacer magia si no cumplimos ciertos hábitos que la ayuden a estar perfecta. De nada vale seguir una rutina facial de seis pasos si luego no te desmaquillas o no duermes lo suficiente.
Nadie es perfecto, pero una rutina de belleza acorde a tu piel es solamente la mitad de la batalla. La clave para una tez radiante se escapa de tu tocador y reside en cuidarte también por dentro para así obtener resultados inmejorables y verte bien por fuera.
Té de ortiga

El té de ortiga es una mezcla hecha con la hoja florecida de la planta natural que podemos encontrar tanto en Europa como en Asia y el norte de Africa. Mejora el acné, los eccemas y ayuda a reavivar el preoceso de curación de las manchas y las cicatrices gracias a su efecto diurético, antihístaminico y antiinflamatorio.
Su ingesta es muy sencilla: bebe de dos a tres tazas del té al día durante dos semanas y descansa una tercera. Luego repite el proceso y en un mes verás los resultados.
Eres lo que comes

La okra es una fruta originaria de África muy sencilla de introducir en tu dieta. Es rica en fibra y mantiene los problemas digestivos a raya. También contiene vitamina C que mejora la apariencia de la piel haciendo que se vea más tersa y firme. En smothies, ensalas o guisos, puedes convertirla en tu nuevo indispensable.
Dieta rica en antioxidantes
Los antioxidantes no son solo uno de los principios activos en las cremas y los tratamientos de belleza, sino que cuando se consumen en nuestra dieta, son mucho más efectivos.
Si piensas en ello como un régimen de cuidado interno para tu piel, adquirir el hábito te será mucho más fácil y seguro que ya comes muchos alimentos ricos en antioxidantes sin darte cuenta. Y es que su beneficio es increíble.
Ayudan a regenerar las células del organismo, y por consiguiente, también las de la piel. Comer frutas, verduras, nueces y sobre todo, zanahorias y brócoli te ayudará mucho.
Incorpora probióticos a tu dieta
Los probióticos son conocidos por sus propiedas para ayudar a solucionar infinidad de problemas. Sus bacterias 'buenas' mejoran la digestión, eliminan las toxinas y disminuyen las sustancias que dañan la piel, preveniendo así los signos del envejecimiento.
Olvida las duchas calientes

Puede que sean uno de tus pequeños placeres, pero los chorros de agua caliente continuados se llevan la hidratación natural de tu piel. Como solución, es mucho mejor ducharse con agua tibia durante 10-15 minutos.
Si evitas los jabones que no sean especiales para tu tipo de piel, mejor que mejor, ya que estos harán que tu piel esté más predispuesta a brotes de acné e irritaciones.
Cambia tus sábanas con más frecuencia
Según los expertos deberías de cambiar las sábanos cada dos días ya que en ellas, se acumulan miles de gérmenes que harán mella en tu piel.
Pero si estás leyendo con atención pensarás, ¿Quién tiene tiempo para eso? Pues bien, si tienes una piel grasa con tendencia acnéica deberías considerarlo. Las sábanas contienen el sudor, las células muertas y los restos de diversos productos de belleza, además de bacterias que son las causantes de los puntos negros y los granitos.
Si no puedes cambiar tus sábanas cada dos días hay una solución más sencilla. Puedes cambiar tu funda de almohada, ya que es ahí donde se acumulan más bacterias.
Duerme más

Conseguir las suficientes horas de beauty sleep es muy necesario. Dormir es vital para nuestro metabolismo e incluye entre sus propiedades el cuidado de la piel. Lo ideal sería dormir 8 horas diarias, aunque a veces, pecamos y trasnochamos, cosa que resiente nuestra piel.
La falta de sueño causa que la piel esté deshidratada y que aparezcan ojeras. Aunque el concealer o corrector es un arma que todo lo tapa, si adoptas este hábito, no te hará falta. Además, la falta de sueño también hace la piel más proclive a alergías, eccemas y acné.
No hace falta que lleves a cabo todos estos hábitos a la vez. Si los vas introduciendo poco a poco en tu vida, a lo largo del tiempo, comenzarás a notar los cambios. Y es que, el esfuerzo vale la pena. Todo sea por conseguir una piel perfecta.