La guía definitiva del masaje facial: 6 pasos para frenar el envejecimiento

¿Sabes todo lo que puede hacer por tu belleza un buen masaje facial? Aprende a usar las manos como tu mejor arma 'antiage' y aparenta hasta diez años menos...

El paso natural de los años tiene un impacto en la piel, y algunas zonas del cuerpo son más propicias que otras a tener signos visibles de envejecimiento. Es el caso del rostro. El mantenimiento de su firmeza y luminosidad no solo depende del uso de un maquillaje y de productos hidratantes adaptados, sino también de ejercicios. Los músculos de la cara requieren ejercicio para permanecer intactos y sobre todo, conseguir un aspecto mucho más saludable. Estos son precisamente los logros del masaje facial.

Además de alisar y reafirmar, te garantiza una relajación óptima. El masaje facial permite reducir significativamente el estrés. ¿Lo ideal? Realizarlo al principio o al final del día, en silencio y preferiblemente a solas. Potenciarás sus efectos y sentirás de forma inmediata sus beneficios. Existen numerosos ejercicios y técnicas para conseguir una piel perfecta. ¿Te suena la palabra Kobido? Más que un masaje, se trata de un arte tradicional japonés extremadamente complejo que garantiza un resultado espectacular en la piel. Sus etapas básicas son la limpieza, el drenaje, el estiramiento y la iluminación. Un masaje completo dura aproximadamente una hora y tiene casi los mismos resultados que un lifting. Aunque la mayoría de estas técnicas se realizan en institutos por expertos, tenlo claro tú también puedes conseguir los mejores efectos desde casa. Basado en seis etapas básicas, el masaje facial se centra en todas las partes del rostro, desde los párpados hasta el cuello. Si no pensabas que podías trabajar tus propios labios, te sorprenderá saber que existe un ejercicio para hacer trabajar el músculo orbital de los labios. Sus resultados son sorprendentes: puedes conseguir una boca visiblemente más sensual. Otro de sus beneficios no menospreciable es su milagro sobre las arrugas. Pese a que algunas sean inevitables, es posible reducirlas y alisar la piel. Recuerda: multiplicarás los efectos de tu masaje si lo combinas con productos (aquí te dejamos una selección de las mejores cremas antiarrugas).

¿Lista para probar? Te damos los 6 pasos básicos de un masaje facial acertado. Pellizcar, alisar, palmear y presionar tu piel son los cuatro gestos básicos que te ayudan a "descumplir" años. Confía en tus manos, serán tus mejores aliadas para lucir un rostro aparentemente más joven.

1. Pellizcar para lograr una piel más densa (I)

Todo tratamiento antiedad busca como objetivo redensificar la piel, ya que así se logra un efecto tridimensional que alisa las arrugas, aumenta la tersura y reafirma la piel. ¿Y eso se consigue pellizcando? Sí, ya que cuando se realizan pellizcos repetidos en una zona, se produce una estimulación de la circulación sanguínea que transporta más oxígeno y nutrientes a los tejidos; de esta forma, se activa el tejido para que fabrique más colágeno y componentes de la matriz extracelular.

1. Pellizcar para lograr una piel más densa (II)

Así, incluyendo una pequeña sesión de pellizcos en nuestro ritual diario, retrasaremos la aparición de las arrugas. Eso sí, tienes que tener en cuenta que es importante no realizarlos durante demasiado tiempo en una misma zona, porque puede quedar alguna señal.

2. Frío para conseguir un rostro más firme (I)

El frío ayuda a evitar la inflamación por retención de líquidos y produce una acción reafirmante. ¿Un truco casero? Aplicar infusiones de té o manzanilla (ambas poseen propiedades antioxidantes) que previamente hayamos metido en la nevera o el congelador para potenciar los resultados.

2. Frío para conseguir un rostro más firme (II)

Siempre hay que aplicarlo sobre gasas impregnadas, no directamente sobre la piel, y no dejarlo actuar más de 10 minutos.

3. Alisar para levantar la cara

Las maniobras suaves y profundas, sin un desplazamiento brusco del tejido, ayudan a reafirmar y alisar el rostro. Para ellos es fundamental realizar el masaje en dirección hacia la musculatura y de forma ascendente.

4. Presiona para relajar el gesto (I)

Pero no presiones al tuntún, ya que hay una manera correcta. Debes incidir en puntos como las sienes, el lagrimal, los pómulos o la zona mandibular con presiones para conseguir que fluya el riego sanguíneo y, por lo tanto, se produzca una mayor relajación del rostro. ¿Y cómo deben ser esas presiones?

4. Presiona para relajar el gesto (II)

Ten en cuenta que es clave realizarlas en un punto localizado –sin desplazamientos– y de manera algo intensa durante cuatro segundos, soltando y volviendo a presionar. Hazlo tres o cuatro veces por zona cada día.

5. Muecas para activar la musculatura (I)

Sí, realizando una serie de ejercicios una o dos veces al día se puede tonificar toda la musculatura facial, incluido el cuello. Hazlo en tres series de diez repeticiones, pero es importante que transcurran un mínimo de cinco horas entre una vez y otra. Con el tiempo y la práctica, se atenúan las arrugas porque el músculo toma más volumen y tensa la piel. Los ejercicios son:

5. Muecas para activar la musculatura (II)

a) Músculo orbicular de los ojos, ¡arriba el párpado! - Sube las cejas al máximo. - Coloca tres dedos entre las sienes y el extremo de los ojos. - Presiona sin estirar ni desplazar la piel - Intenta juntar los dos párpados. - Cuenta cinco segundos. - Abre lentamente los ojos. - Repite cinco veces.

5. Muecas para activar la musculatura (III)

b) Músculo orbital de los labios para una boca más sensual - Introduce los pulgares bajo el labio superior, entre la mucosa y la encía. - Las uñas han de mirar hacia la encía, pero no deben apoyarse en ella. - Presiona suavemente el labio superior contra los pulgares y los pulgares contra los labios. - Realiza diez presiones.

5. Muecas para activar la musculatura (IV)

c) Músculo mental, en busca del óvalo perdido - Cierra la mano y colócala debajo de la mandíbula inferior, presionando con el puño hacia arriba. - Intenta abrir la boca con fuerza, pero sin agresividad. Y sin soltar la presión del puño. - Mantén esta presión siete segundos - Repite tres veces.

6. Masaje para afinar redondeces

En casa, todos los días, puedes trabajar la papada y mofletes de ‘pepona’. ¿Cómo? Mediante masajes ascendentes y en dirección hacia la musculatura. Es importante trabajar con los nudillos sobre zonas como el doble mentón o la mandíbula para eliminar los acúmulos de grasa o incidir con el dedo índice y corazón sobre los pómulos.

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