Los que me conocen (y, por lo tanto, hayan olido mi estela en una cena, evento o café) saben que los perfumes no son para mí solo una afición: son una forma de vida. Llevo un tiempo dedicada profesionalmente al universo olfativo, explorando lanzamientos, analizando composiciones y, sobre todo, seleccionando cuidadosamente qué fragancia merece formar parte de mi rotación diaria. Mi nariz está entrenada, pese a que aun queda mucho camino por recorrer, pero también mi intuición emocional cada vez goza de mejor salud. Porque un perfume no solo se huele, se siente, se recuerda y se transforma con nuestra propia esencia.
A pesar de que siento debilidad por los aromas intensos, envolventes, especiados, no discrimino las esencias que se alejan de estas características. En mi colección hay de todo: desde cítricos nada típicos para las que adoran las fragancias frescas, limpias y elegantes hasta perfumes de autor que poco tienen de convencionales. Hoy, quiero compartir mis favoritos del momento: cinco perfumes que me tienen completamente enamorada esta temporada y que recomiendo a todas mis amigas.
Perfumes que han dejado huella en mi colección (y que son los que más llevo esta temporada)
Santorini de Toni Cabal

Un viaje directo a una isla bañada por el sol, sin necesidad de salir de casa. Santorini de Toni Cabal es una fragancia que captura la luminosidad mediterránea con una precisión deliciosa. Sus notas de salida, bergamota italiana, brotes de casís y acordes verdes, despliegan una frescura muy bien calibrada, sin caer en clichés previsibles. En el corazón, la flor de naranjo y el jazmín aportan feminidad y luz, mientras que el petitgrain equilibra con un matiz ligeramente herbal. El fondo, con cedro, vetiver de Haití y ámbar, da estructura sin robarle ligereza. Bajo mi punto de vista, es un diez para llevar durante el día a día, incluso para una reunión importante en la oficina. Es uno de esos perfumes frescos de verano que una editora de belleza tiene fichados. El precio es de 175 euros.
Buongiorno de Acqua di Parma

Si lo que buscas es vitalidad en estado líquido, Buongiorno es tu perfume. Esta creación reciente de Acqua di Parma es una oda al despertar perfecto: su salida es una explosión de cítricos con albahaca, menta y limón que no grita, sino que susurra frescura. La lavanda salvaje y la hoja de mandarina en el corazón equilibran el juego entre lo aromático y lo verde, mientras el fondo de cedro, ámbar y almizcle blanco aporta una estructura suave, envolvente, sin perder transparencia. Para mí, es un perfume de día, perfecto para beauty lovers que aprecian la ligereza con carácter. Y sí, entra de lleno en esa categoría de perfumes cítricos nada típicos para las que adoran las fragancias frescas, limpias y elegantes. El precio es de 230 euros.
Coffea de Jil Sander

Ahora, cambio la energía al completo: Coffea es oscuro, intrigante, cálido. Lo firma Paul Guerlain y es una de esas composiciones que se sienten de autor de principio a fin. La raíz de lirio en la salida aporta una textura casi empolvada, muy elegante, que se ve invadida lentamente por el corazón adictivo de café y aldehídos. El bálsamo del Perú en el fondo es pura sensualidad resinosa, con ese punto ligeramente ahumado que se queda pegado a la piel como terciopelo. Lo reservo para las tardes y las noches, las citas especiales, encuentros donde quiero que se mi presencia se note, sin necesidad de optar por perfumes mega intensos y penetrantes. Es uno de esos aromas que son sinónimo de lujo y poder, minimalismo con alto impacto. El precio es de 230 euros.
Marinis de Santa Eulalia

Marinis es como caminar descalza por una playa mientras una brisa salina acaricia tu pelo. Esta fragancia de Santa Eulalia es especial para mí porque me transporta a mi ciudad natal, donde el mar está muy presente. Abre con hinojo, notas marinas y un limón vivaz que activa los sentidos sin saturar. En el corazón, la flor de azahar y el heliotropo (que huele a anís) se entrelazan con un laurel inesperado, que le da estructura y carácter. El fondo de almizcle blanco y cedro es sutil, pero suficiente para anclar la fragancia a la piel sin desaparecer demasiado rápido. El precio es de 180 euros.
La Playa de Carner Barcelona

No podía cerrar esta lista sin hablar de La Playa, el último lanzamiento de Carner que me tiene obsesionada. Es solar, cremosa y hedonista, como una siesta en una tumbona frente al mar. La salida, con naranja, limón e ylang-ylang, es vibrante y tropical sin ser empalagosa. El corazón mezcla pistacho, leche de coco y un cardamomo muy bien integrado, que aporta una nota especiada inesperada. El fondo, con vainilla, tonka y almizcle, se funde en la piel como una segunda capa de confort. Este verano, lo reservaré para escapadas cerca del mar, fines de semana y tardes de terraceo con amigas. El precio es de 115 euros.