Caperucita Roja ha vuelto. O, mejor dicho, nunca se ha ido. La Semana de la Moda de Copenhague ha marcado el calendario de la moda durante un total de 4 días. 27 desfiles y 8 presentaciones en el programa definieron los actos de una de las celebraciones de la moda que ha pasado de ser "emergente" a un titán de la industria. Como era de esperar, la sostenibilidad fue uno de los ejes centrales. Además, firmas como Cmmn Swdn o Bonnetje pusieron el nivel muy alto, mientras que marcas danesas como Ganni tienen la mirada fija en el mercado internacional. Una vez finalizada esta semana de la moda, toca observar las imágenes de street style con mimo. De hecho, las danesas son precursoras de grandes tendencias como el quiet luxury. Por esto, al comprobar que muchas de las danesas más cool defienden el mismo accesorio en el pelo, lo hemos tenido claro: se viene moda (y de las gordas).
El accesorio de pelo que recuperan las danesas es puro estilo
El elemento clave en el street style de la Semana de la Moda de Copenhague
Sí, querida, las danesas adoran los pañuelos en la cabeza, la tendencia que ya llevaron las divas de Hollywood. A poder ser, modo Caperucita Roja. En pocas palabras, anudados al cuello y cubriendo la zona superior de la cabeza. Eso sí, algunas prefieren colocarlo modo pirata, anudado en la zona posterior de la cabeza. Quizá, esta explicación se queda un poco floja versus las imágenes que muestran el amor de las danesas por los clásicos pañuelos que llevaban (y llevan) nuestras abuelas.
Más allá de su función práctica (proteger del viento nórdico o controlar el cabello en días caóticos), el pañuelo añade un toque de personalidad a cualquier look. Dependiendo de cómo se lleve, puede evocar desde un aire bohemio hasta una vibra más sofisticada. Se pueden elegir modelos en seda para un acabado elegante o en algodón para un efecto más boho. Además, los estampados juegan un papel clave: los clásicos cuadros y las flores vintage son apuestas seguras, mientras que los diseños geométricos aportan modernidad y los monocolor nunca fallan. Es un complemento que permite experimentar sin grandes riesgos, dando vida incluso a los outfits más sencillos. Y lo mejor es que, con un solo gesto, transforma el peinado sin necesidad de grandes habilidades estilísticas ni mucha maña (como si ocurre con otros accesorios de pelo).

¿Cómo colocan el pañuelo en la cabeza?
Colocar un pañuelo en la cabeza no tiene ciencia, pero sí truco. Si buscamos un look casual, podemos doblarlo en forma de triángulo y anudarlo bajo la barbilla, al estilo retro. Para un aire más moderno, lo envolvemos como una banda ancha sobre la frente y atamos los extremos en la nuca, dejando el cabello suelto. Si preferimos un toque más chic, podemos enrollarlo como un turbante, escondiendo bien las puntas. La clave está en ajustarlo lo suficiente para que se mantenga en su sitio sin apretar demasiado. Si hay viento, un par de horquillas estratégicas evitarán que salga volando. Lo interesante del pañuelo es su versatilidad: se adapta a cualquier ocasión y nos permite jugar con el estilo sin esfuerzo. Es el típico detalle que cambia por completo un outfit, demostrando que los accesorios no son solo un añadido, sino la clave para darle carácter a nuestros outfits.

Otro punto a favor de los pañuelos es que podemos jugar con ellos independientemente del largo del pelo. Para las que tenemos el pelo corto, anudar el pañuelo tipo diadema es una opción sencilla y efectiva. Podemos dejar los extremos en la parte superior para un toque pin-up o atarlos en la nuca. Con media melena, queda genial como bandana, cubriendo la parte superior de la cabeza y dejando algunos mechones sueltos para enmarcar el rostro. En el caso de las melenas largas, el pañuelo ofrece aún más posibilidades: envuelto alrededor de un moño bajo aporta sofisticación, mientras que atado a una coleta alta le da un aire fresco y dinámico. También queda precioso trenzado con el cabello, creando un estilo bohemio y soft. En pocas palabras, como defienden las danesas, los pañuelos están para jugar con ellos y convertirlos en el epicentro de nuestros estilismos los 365 días del año.

