Viajar ligera siempre ha sido mi filosofía, pero si hay algo que nunca falta en mi neceser es un pequeño arsenal de básicos de belleza. Champú, protector solar, crema hidratante, mi perfume favorito del momento y, por supuesto, un gel de ducha que sé que no me falla. Las que tenemos la piel sensible sabemos lo complicado que es encontrar fórmulas que no resequen ni irriten. A mí me pasa que algunos productos me hacen reacción. Por eso, aunque me gusta curiosear lo que ofrecen los hoteles, siempre llevo conmigo mi comodín personal: un gel que consigue que mi piel se sienta limpia, fresca y con un aroma veraniego irresistible.
En realidad, tengo una especie de ritual: al llegar a un hotel, siempre pruebo el gel de ducha que dejan en el baño. Es un gesto tonto, pero me encanta esa primera toma de contacto con la fragancia del lugar. Eso sí, por mucho que me divierta ese experimento, jamás renuncio a mi favorito. Es el que me acompaña sin importar el destino y el que me garantiza una piel calmada, suave y con ese frescor que tanto busco después de un día de calor o playa. Lo que me enamora de él no es solo lo bien que se aplica, sino también el perfume cítrico que me recuerda a los veranos cerca del mar.
El gel de baño con perfume de verbena que siempre llevo en el neceser
Un gel perfumado para oler genial en cualquier momento
Lo mejor de este gel es su aroma. Está enriquecido con extracto orgánico de verbena de Provenza, y eso se nota desde la primera gota. El olor es fresco, chispeante, con un toque cítrico que no resulta agresivo. Tiene ese punto verde y natural que lo hace diferente, como si acabaras de estrujar unas hojas de verbena entre los dedos. Y lo más sorprendente es que el gel de baño tiene una fragancia tan duradera en la piel que cuando me ducho parece que acabo de echarme colonia.
Otra de sus virtudes es la textura. No es un gel espeso ni demasiado líquido, sino que consigue un punto intermedio que facilita que haga espuma al instante. Ese detalle me encanta porque, con muy poca cantidad, siento que mi piel queda limpia sin necesidad de repetir la aplicación. Además, no deja sensación tirante ni reseca pese a su perfume fresco, algo fundamental si tu piel es tan sensible como la mía. Lo cierto es que el formato de 70 ml (6,50 euros) me resulta perfecto para llevarlo en la maleta de mano. No ocupa nada, pesa poco y cumple con las medidas que exigen las aerolíneas.
En cuanto a su composición, es una de las cosas que más tranquilidad me da. Forma parte de la categoría de los mejores geles de ducha sin sulfatos ni parabenos aptos para todo tipo de pieles. Esto significa que, además de cuidar, respeta la barrera cutánea y no genera irritaciones. Algo básico para las que buscamos productos eficaces, pero también somos conscientes con lo que aplicamos en nuestra piel.
Otros geles de baño con un perfume increíble
Gel de ducha Higo de BeauTerra
Su fórmula es ultra rica y polivalente, ya que puede usarse en cuerpo, rostro y cabello. En mi caso prefiero reservarlo solo para el cuerpo. Su olor es profundo, con esos matices dulces y jugosos propios del higo fresco, una fragancia que recuerda al final del verano y que resulta adictiva. Lo mejor es que viene en un formato generoso de 1 litro por 8,99 euros.
