En el mundo de la perfumería, pocas fragancias logran trascender su tiempo para convertirse en iconos contemporáneos. En este siglo, varias de ellas han dejado una huella imborrable, consolidándose como clásicos que no solo permanecen relevantes, sino que también inspiran nuevas generaciones. Este fenómeno, sin embargo, no implica que estas esencias permanezcan estáticas. Por el contrario, los perfumes que han alcanzado el estatus de míticos encuentran maneras de reinventarse, reinterpretando sus orígenes para mantenerse frescos, emocionantes y profundamente conectados con el presente. Es el caso de La vie est belle de Lancôme, una fragancia que debutó en 2012.
Desde entonces se ha convertido en mucho más que un perfume: es un símbolo de feminidad, alegría y autenticidad. Sin embargo, el camino de un ícono no termina con su primera interpretación. Al igual que la felicidad evoluciona, también lo hace su aroma, adaptándose a nuevas sensibilidades y desafíos estéticos. En esta transformación, Lancôme presenta La Vie Est Belle L’Elixir, una reimaginación del icónico aroma que redefine el concepto de la felicidad desde una perspectiva más atrevida y audaz. En menos de cinco meses, su más novedosa fragancia ya ha conquistado el olfato de muchas mujeres y ha sido premiada en los Prix du Parfum 2024 de Marie Claire. Y promete seguir siendo un éxito esta Navidad por las siguientes razones.
Una nueva era de felicidad

Como anticipábamos, La Vie Est Belle L’Elixir redefine el concepto de felicidad para las mujeres modernas. A diferencia de su predecesora, que celebraba la alegría como un ideal universal, esta invita a encontrar la felicidad dentro de uno mismo. Lancôme lanza un mensaje poderoso con este aroma: la verdadera felicidad no proviene de la validación externa, sino de la capacidad de seguir tus propias normas y priorizar tus deseos. Esta perspectiva ha conectado profundamente con mujeres de todas las edades que buscan autenticidad y un mensaje de empoderamiento. La fragancia encarna esta actitud audaz con una composición que celebra el amor propio y la singularidad.
Un aroma que no pasa desapercibido

El éxito de cualquier perfume radica en su capacidad de ofrecer un aroma que deje huella y, desde luego, L’Elixir lo logra. Es de esas fragancias que conocidas y anónimas siempre preguntan: "¿qué perfume llevas?". Su aroma combina lo mejor de lo clásico y lo contemporáneo en una creación floral aterciopelada.
Diseñada por los reconocidos perfumistas Antoine Maisondieu y Christophe Raynaud, esta fragancia destaca por la presencia de notas de violeta amaderada, un ingrediente clásico que ha sido reinterpretado para darle un carácter moderno. También por la manteca de cacao, que añade calidez y una textura envolvente.
Y, por último, destaca el licor de frambuesa, que aporta un toque inesperado de sensualidad y frescura. Juntas, estas notas crean una composición que conecta profundamente con la mujer contemporánea, fusionando la tradición de la alta perfumería con elementos atrevidos y novedosos que hacen de L’Elixir un aroma que no pasa desapercibido.
Un frasco convertido en símbolo

El diseño del frasco de L’Elixir también es un factor clave en su éxito, y su reciente premio al mejor diseño en los Prix du Parfum 2024 de Marie Claire lo corrobora. Creado por la artesana Suzanne Dalton, el frasco presenta una "sonrisa de cristal" grabada que simboliza la felicidad y la confianza. Su equilibrio entre curvas suaves y líneas definidas refleja la tensión entre intensidad y alegría que define la fragancia. Este frasco se convierte así en un objeto de deseo, encapsulando visualmente el mensaje de amor propio de la fragancia. Además, su disponibilidad en formatos recargables refuerza el compromiso de Lancôme con la sostenibilidad, un valor que resuena fuertemente con los consumidores modernos.
La musa de las sonrisas

Como era de esperar, la musa detrás de esta nueva fragancia no es otra que Julia Roberts, pues la actriz ya es imagen de esta línea de perfumes de Lancôme desde hace años. Este mujer todoterreno captura a la perfección el mensaje de empoderamiento y amor propio que define esta fragancia. En una campaña dirigida por el cineasta Damien Chazelle, Roberts encarna la esencia de L’Elixir en un escenario tan icónico como París, con sus románticas azoteas y vistas infinitas. Con cada imagen o vídeo, la actriz irradia la confianza y autenticidad que simbolizan esta nueva era de La Vie Est Belle, consolidándose -de nuevo- como la imagen perfecta de esta fragancia.
Fiel al legado de La vie est belle

Pero, ante todo, L’Elixir destaca porque se construye sobre el legado de la La Vie Est Belle original, lanzada en 2012. Aquella fragancia, además de por ser el símbolo de la felicidad, destacó por reinventar el iris en la alta perfumería y establecerse como un emblema de feminidad y alegría. Ahora, esta nueva reinvención lleva ese legado un paso más allá, combinando su herencia con una audaz reinterpretación de la violeta. Este equilibrio entre lo familiar y lo nuevo es parte de lo que hace que L’Elixir sea tan atractivo. Representa una evolución que respeta el pasado mientras se adapta al presente.
Regala felicidad esta Navidad

Estas fiestas son el momento perfecto para descubrir el nuevo La vie est belle L’Elixir y regalar(te) una sonrisa de cristal con el pack que ha lanzado la firma. Ya sea con la novedad de L’Elixir o con la icónica fragancia de la misma familia, La Vie Est Belle Eau de Parfum, encontrarás el regalo ideal para celebrar la magia de la temporada. Además, la fragancia clásica está disponible en una elegante edición limitada navideña: el Cofre La vie est belle 100 ml, diseñado especialmente para convertirse en el regalo más especial de esta Navidad.
Inspirada por el claim de campaña, “La noche más mágica, el regalo más especial,” la firma francesa invita a celebrar estas fiestas con una fragancia que simboliza felicidad, amor propio y el lujo de un detalle inolvidable. Porque su aroma adictivo, diseño sofisticado y mensaje poderoso le han asegurado en estos pocos meses un lugar ya privilegiado en mundo de la perfumería. Lancôme demuestra que incluso una fragancia joven puede convertirse rápidamente en un icono cuando captura la esencia de su tiempo.