Hay momentos que se quedan grabados en la memoria, no por lo que se ve, sino por lo que se huele. Sevilla en primavera es uno de ellos. Basta con caminar por sus calles en abril para que el perfume del azahar te atrape sin previo aviso. La flor del naranjo, intensa pero ligera, dulce pero con un punto verde, envuelve cada rincón con una naturalidad que emociona. El aire se llena de ese aroma limpio, casi solar, que habla de tradición, luz dorada y tardes eternas. Para cualquier amante de la perfumería, capturar esa sensación en un frasco sería una fantasía, hasta ahora.
Porque no es solo azahar lo que define ese atardecer andaluz. Es también el frescor del neroli, la profundidad de la madera, la calidez del sol que se despide y deja paso a una noche vibrante. Un perfume que quiera representar este instante debe jugar con contrastes: lo luminoso y lo sombrío, lo floral y lo mineral, lo suave y lo envolvente. Solo así se consigue algo más que una fragancia bonita: se logra una experiencia emocional. Y en ese juego olfativo, hay una nueva creación francesa que ha sabido dar en el clavo.
Histoire d'Orangers Extrême de L'Artisan Parfumeur, un perfume francés con aroma andaluz
La protagonista de esta historia se llama Histoire d'Orangers Extrême, la última apuesta de L'Artisan Parfumeur. Aunque su inspiración original parte de Marruecos ("recordaba un viaje a Marruecos y un atardecer magnífico… Quise reconstruir la escena con sensaciones: la imagen del cielo, los contrastes de luz, las fragancias del viento cálido y la frescura al caer el sol", explica Marie Salamagne, perfumista), lo cierto es que a cualquier española le transporta directamente a una terraza sevillana, copa de vino en mano, mientras cae la tarde. La fragancia, una versión más intensa del Histoire d'Orangers lanzado en 2017, juega con ese claroscuro emocional que solo el sur sabe ofrecer.
Sevilla en un frasco
El azahar como nota de salida; neroli y pimienta rosa en el corazón; cedro, almizcle e incienso en la base. El resultado es complejo pero armónico. "Quería representar la dualidad entre suavidad y fuerza, entre día y noche", detalla Salamagne. Y lo ha conseguido: Histoire d'Orangers Extrême es floral sin caer en lo típico, mineral pero sensual. Un equilibrio que enamora a cualquier fragrance lover que está en busca y captura de perfumes florales nada típicos que merece la pena probar esta primavera.

El primer suspiro es una explosión de azahar, pero no como lo imaginas: no es empolvado ni empalagoso, sino fresco, casi jugoso. A medida que se asienta, aparece el neroli, más verde y elegante, seguido de la pimienta rosa que aporta un matiz especiado, brillante, inesperado. Es en el secado donde el perfume revela su verdadera personalidad: el incienso se funde con el almizcle, aportando esa sensación envolvente, casi sagrada, que recuerda al frescor de una iglesia en pleno verano. El cedro actúa como ancla, dándole estructura y profundidad.
Sin lugar a dudas, es magnífico para tardes de primavera y noches cálidas, esta fragancia pide ser llevada con vestidos largos y vaporosos, piel ligeramente bronceada y la melena al vinto. Eso sí, también se postula como la mejor fragancia para una noche inolvidable, especialmente si buscas un perfume que diga "aquí estoy" sin necesidad de avasallar con tu presencia. El precio es de 195 euros por 100 ml.
Otros perfumes en los que reina la flor de azahar
Fleur d'Oranger 27 de Le Labo

No hay amante de la perfumería que no haya olido Fleur d'Oranger 27 al menos una vez en su vida. Llevado al extremo del minimalismo chic, este perfume de Le Labo, creado por Françoise Caron, es un homenaje luminoso a la flor del naranjo. Aquí, el azahar no viene solo: le acompañan petit grain, bergamota y limón, creando una composición que huele a mañana soleada, a sábanas recién lavadas. Es uno de esos perfumes cítricos y frescos que huelen a limpio sin resultar aburridos ni previsibles. El precio es de 195 euros.
Neroli Oranger de Matière Première

Más moderno y con un punto exótico, Neroli Oranger de Matière Première juega con la luminosidad del neroli y la riqueza de la flor del naranjo tunecino, envueltas en un fondo de almizcle y ylang-ylang. A diferencia de otras propuestas, esta fragancia tiene una faceta ligeramente solar, cremosa, que la convierte en una opción sofisticada pero nada ostentosa. El precio es de 165 euros.