La perfumería siempre ha tenido ese fascinante poder de sorprender incluso a las más expertas. No deja de asombrarnos cómo un mismo perfume puede fusionar universos olfativos aparentemente opuestos y salir victorioso. Se trata de un juego de contrastes que requiere maestría: notas cítricas que se codean con matices animálicos, dulces envolventes que se elevan con trazos frescos, o aromas limpios que adquieren máxima sensualidad. El resultado, cuando está bien logrado, son composiciones que se convierten en clásicos inmortales.
No hay mejor ejemplo de esta magia que la mano de Jean-Claude Ellena, perfumista capaz de lo imposible. Entre sus obras maestras brilla L’Eau d’Hiver de Frederic Malle, un perfume que logra una hazaña: enamorar tanto a las amantes de lo gourmand como a las devotas del minimalismo olfativo. Esta fragancia, lanzada en 2003, ha sabido conquistar a las que disfrutan de los matices cálidos y melosos, pero también a quienes se derriten ante perfumes con olor a limpio para aportar calma y paz a nuestro tocador.
Un perfume dulce, limpio y profundamente atalcado
L’Eau d’Hiver de Frederic Malle, un juego de notas perfecto
Lo primero que se percibe al acercarse a L’Eau d’Hiver es una salida chispeante, marcada por cítricos y notas verdes. La bergamota y el limón aportan brillo, mientras que la pimienta rosa y el cálamo introducen un punto especiado, vibrante, que evita cualquier monotonía. Esa apertura fresca se suaviza con el pomelo, logrando un inicio radiante y con personalidad. El corazón de la fragancia es, sencillamente, un festín floral. Aquí aparece la verdadera magia: heliotropo, iris y violeta forman un trío profundamente atalcado, sofisticado y elegante. La miel añade dulzura, un toque cremoso que se funde con lirio de los valles, rosa y jazmín. Cada flor cumple una misión: el espino da ligereza, el azahar aporta luminosidad y el ylang-ylang imprime carácter. En conjunto, nace una sensación delicada pero con alma, de esas que diferencian los perfumes con olor dulce de los que nunca te vas a cansar.

Ya en el fondo, L’Eau d’Hiver despliega su faceta más sensual y envolvente. El almizcle blanco abraza la piel con calidez, acompañado de haba tonka y benjuí que acentúan su dulzura resinosa. El sándalo y el cedro sostienen la composición con un cuerpo refinado, mientras que el ámbar le da esa profundidad adictiva que enamora en los días fríos. Es aquí donde este perfume revela por qué resulta perfecto para otoño: reconfortante, sofisticado y con un acabado limpio que se percibe durante horas. Jean-Claude Ellena demuestra que sabe equilibrar como pocos la delicadeza con la intensidad. En Nadia, L’Eau d’Hiver tiene un precio de 310 euros por 100 ml.
Otros perfumes que mezclan un tinte dulce y limpio
Nuage de Coton de 100BON

No todo el protagonismo es para Frederic Malle, Nuage de Coton de 100BON es otro acierto. Desde el primer instante, sorprende con la frescura del enebro y el toque herbal del ajenjo, que se mezclan con la chispa de las bayas rosadas. Esa apertura crujiente prepara el terreno para un corazón donde el incienso y la mirra aportan misterio, mientras que la manteca de iris acaricia con suavidad aterciopelada. El secado es cálido y dulce gracias a la vainilla y el almizcle blanco. Su precio es de 75 euros en All Yours.