Viajar en coche rumbo a las montañas italianas tiene algo de ritual: ventanas bajadas, playlist bien curada, unas buenas zapatillas y, por supuesto, un perfume que acompañe. Este año he adelantado el inicio de las vacaciones de verano y voy camino a los Dolomitas cruzando lentamente el sur de Francia, entre carreteras secundarias y pueblos diminutos donde las fachadas están cubiertas de buganvillas y glicinas. Todo huele a flor, pero no a cualquier flor: aquí hay un aroma limpio, etéreo, perfectamente equilibrado entre lo silvestre y lo elegante.
La fragancia floral y empolvada que emana de cada esquina no es nueva para mí, ya que un perfume ha logrado transportarme directamente a este paisaje mucho antes de planear este road trip. No es la primera vez que pruebo un perfume con este tipo de matiz, pero no todos tienen el poder de recordar la esencia del Mediterráneo más elegante: jazmín al atardecer, luz dorada, ropa de lino. Sin lugar a dudas, hablo de Mimosa de Reminiscence, una esencia que tiene algo que la convierte en el mejor perfume floral para una noche de verano si deseas impresionar sin avasallar.
El perfume que me hace viajar al sur de Francia sin salir de casa
Con una composición empolvada, delicada y perfectamente equilibrada, Mimosa evoca la floración suave del sur francés. Su estructura combina la mimosa en su punto más luminoso con una base almizclada, cremosa y tierna. Las notas de salida (con flor del espino, hojas de violeta y absoluto de mimosa) se perciben desde el primer instante como una brisa floral dorada, mientras que el corazón, con pachulí y haba tonka, aporta profundidad sin perder la frescura. El fondo de sándalo, vainilla y almizcle es lo que le da esa duración impecable y el punto ligeramente atalcado que tanto me gusta.

No es uno de esos perfumes florales intensos ni cargantes. De hecho, su delicadeza es lo que más atrapa: tiene algo de camisón blanco recién lavado y piel acariciada por el sol. Funciona tanto de día como de noche, en ambientes cálidos o más templados, y siempre deja una estela sofisticada. Las españolas elegantes adoran los aromas frescos y con olor a limpio, y esta fragancia lo representa a la perfección. Es una opción muy especial para amantes de la perfumería que aprecian fórmulas distintas, sin estridencias, que destacan por su calidad más que por su volumen. Sin miedo al fracaso, recomendaría Mimosa a cualquier beauty lover que prefiera perfumes florales nada típicos que merece la pena probar, especialmente si le gusta ese toque almizclado, ligeramente dulce, que suaviza sin empalagar. Es una fragancia que relaja, reconforta y embellece: como un vestido de lino en un día de verano en Grasse. El precio es de 73 euros.
Otros perfumes florales que destacan por su matiz atalcado
Shabby Chic de Giardini di Toscana

Si buscas perfumes más frescos y seductores para disfrutar de un largo y cálido verano, Shabby Chic es una opción a tener en cuenta. La fragancia tiene una elegancia amable, sin artificios, que se despliega con la suavidad de una caricia. Su salida de peonía es aireada y luminosa, y se funde con un corazón de flores blancas y rosa búlgara que huele a jardín cuidado al detalle. El fondo es limpio, empolvado y envolvente, gracias a una base de almizcles, madera de cedro y javanol que le otorgan una duración notable sin perder ligereza. El precio es de 125 euros.
Mallow de Soradora

A las amantes de los perfumes gourmand con un giro atalcado, Mallow les va a encantar. Su fórmula es dulce, tierna y algo adictiva, como un postre de verano al aire libre. La combinación inicial de frambuesa, pimienta rosa y flor de azahar es golosa pero luminosa, mientras que el corazón (con azúcar de vainilla, heliotropo y violeta) crea una sensación cálida y suave. El fondo de almizcle y ámbar le da un acabado aterciopelado, sensual pero no pesado. El precio es de 200 euros.