En el mundo de la perfumería, cada fragancia cuenta una historia única a través de sus notas y matices. Una de las familias olfativas que ha capturado la atención en los últimos tiempos es la de los perfumes fougère. Estos perfumes, cuyo nombre se traduce del francés como "helecho", evocan la frescura y la riqueza del entorno natural, transportándonos a un paseo por el bosque con cada aplicación. Los perfumes con esencia de bosque son una mezcla armoniosa de notas aromáticas y verdes que se combinan para crear una experiencia olfativa única. Aunque tradicionalmente se han asociado con fragancias masculinas, la industria ha evolucionado para incluir creaciones sofisticadas y seductoras para mujeres que buscan una conexión más cercana con la naturaleza. Eso sí, antes de entrar en materia, debemos recordar que los perfumes no tienen género, pese a que es cierto que, históricamente, cierta notas se han relacionado con la mujer o con el hombre.
Descubriendo el encanto de los perfumes fougère
El corazón de los perfumes fougère suele estar compuesto por notas de lavanda, cumarina y musgo de roble, que se entrelazan para ofrecer una fragancia fresca y terrosa. Esta combinación no solo proporciona un aroma distintivo, sino que también ofrece una sensación de limpieza y frescura que es altamente valorada. Como ocurre en todas las familias olfativas, existen distintos grados de intensidad y profundidad.
Características distintivas de las fragancias fougère
La complejidad de los perfumes fougère reside en su capacidad para equilibrar notas frescas y aromáticas con acordes más cálidos y terrosos. La cumarina, un componente clave, aporta un toque dulce que recuerda al heno recién cortado, mientras que la lavanda añade un matiz floral que suaviza la composición general. Además de estos elementos, este tipo de fragancias suelen incluir notas de madera como el pino, el cedro y el abeto, que refuerzan su carácter natural. La inclusión de ingredientes como el enebro y la salvia también es común, aportando un toque picante y herbáceo que enriquece la experiencia olfativa. Al final, el paso más importante para dar con un perfume fougère que nos guste es dedicar tiempo a probar varias fragancias en nuestra propia piel. Quién sabe, quizá el aroma que defendía nuestro abuelo hace 50 años se convierte ahora en nuestro favorito.
Si quieres experimentar sobre seguro, puedes tener en cuenta los siguientes consejos. Las notas fougère pueden suavizarse y adquirir un aire más refinado o delicado al combinarse con acordes florales y cítricos ligeros. La lavanda, por ejemplo, armoniza maravillosamente con la rosa o el jazmín, aportando una elegancia etérea al corazón del perfume. La bergamota, ya presente en la estructura fougère, se realza con toques de mandarina o neroli, aportando un frescor luminoso y suave. Para redondear la fragancia sin perder su carácter, el musgo de roble puede atenuarse o reemplazarse parcialmente con almizcles blancos, aportando una base cremosa y menos terrosa. Estas combinaciones transforman el fougère clásico en una versión más ligera y accesible, manteniendo su estructura herbal y fresca, pero con un acabado más sutil.
Tres perfumes fougère que se salen de lo habitual
Absolue Hot As Rose de Lancôme es una rosa fuera de lo común. Lejos de la dulzura habitual, esta creación de Alberto Morillas y Alexandra Monet es una rosa silvestre, con carácter, envuelta en matices verdes y aromáticos. Desde el primer instante, la fragancia revela un contraste estimulante entre el frescor vibrante del romero y el tomillo, y la jugosidad sutil de los capullos de grosellero. El buchú, una nota poco frecuente, aporta un guiño herbal que recuerda al sol en la piel tras un paseo por el campo y el ciprés estructura el conjunto con elegancia. Una opción perfecta para la beauty lover que busca una rosa luminosa, moderna y sin artificios. Precio: 149 euros.
The Code of Emotion de Francesca Bianchi es pura dualidad. Por un lado, la salida de bergamota y pimienta rosa aporta una frescura chispeante, casi eufórica. Por otro, el corazón tropical, con frutas jugosas, lavanda y geranio, construye un acorde emocionalmente complejo, entre lo solar y lo íntimo. Esta fragancia no se parece a nada: juega con la nostalgia, pero también con el atrevimiento. En el fondo, la calidez del sándalo y el vetiver se mezcla con la profundidad del musgo de roble y el cedro, generando una estela envolvente. Ideal para la fragrance lover que busca una firma olfativa sensual, personal y con un toque de misterio. Un perfume que parece contar una historia distinta cada vez que se lleva puesto. Precio: 118 euros.
E for Women Green Fougère With Aromatic Lavender de Clive Christian es un paseo por un jardín oculto. Abre con una lavanda pura, casi aterciopelada, que se mezcla con la frescura húmeda del helecho, evocando la sensación de la piel al contacto con hojas mojadas. En el corazón, el narciso introduce una faceta floral ligeramente agreste, mientras que la rosa suaviza con delicadeza. Pero es en el fondo donde la fragancia cobra dimensión: notas verdes persistentes envuelven todo con una elegancia orgánica, serena. No es un perfume común, sino una composición sofisticada, refinada y sin pretensiones. Perfecto para la amante de la perfumería que valora los aromas con estructura, textura y alma botánica. Precio: 400 euros en Jovoy Paris.
