Algo tan cotidiano en España como ir a la peluquería puede convertirse en una auténtica curiosidad cultural para quienes llegan desde otros países. Es lo que le ha pasado a Merce Molina, una joven chilena que vive en Barcelona y que no sale de su asombro con una práctica muy común aquí: el secado del cabello se cobra por separado. "Como chilena viviendo en Barcelona, hay dos cosas que no entiendo: ¿pueden creer que te cobran por secarte el pelo cuando vas a la peluquería? Sí, el secado se paga aparte en todas… Yo siempre termino saliendo con el pelo mojado", explicaba en un vídeo que compartía en su cuenta de Tiktok.
Lo que para muchas españolas es lo más normal del mundo, puede convertirse en un auténtico shock para quienes llegan desde otros países. En lugares como Chile, Argentina o Estados Unidos, el secado del cabello está incluido en el servicio completo de peluquería, sin coste adicional. Pero en España, es habitual que los salones desglosen sus precios, permitiendo a las clientas pagar solo por los servicios que realmente necesitan.
Aunque para las españolas esto es algo práctico y hasta ventajoso, para quienes vienen de fuera resulta curioso e inesperado. ¿Te imaginas ir a la peluquería y salir con el pelo mojado para ahorrar unos euros? Esta práctica, tan cotidiana aquí, genera toda clase de reacciones entre los extranjeros, desde sorpresa hasta debate. Es el caso de Merce, que como muchos otros, se quedó sorprendida al descubrir que el secado no está incluido en el precio estándar de un corte o tratamiento para tu melena.
Esta práctica, que puede resultar extraña para quienes llegan de otros países, tiene una explicación sencilla: ofrecer un servicio más flexible. Al hacer que el secado sea opcional, los salones permiten ajustar el precio final según lo que cada cliente realmente necesite, haciendo que los servicios básicos sean más económicos. Este modelo es especialmente útil para personas que prefieren secarse el pelo en casa, ya sea por ahorrar tiempo, reducir gastos, o porque optan por secar el pelo sin necesidad de utilizar ni secador ni calor, una elección común en los meses más cálidos del año. Además, esta modalidad permite a las peluquerías ofrecer precios más competitivos y atraer a una mayor variedad de clientes.
Sin embargo, para quienes vienen de países donde el secado está incluido como parte del servicio estándar, puede resultar sorprendente o incluso injusto tener que pagar un extra por este detalle o salir del salón con el cabello mojado.

Esta experiencia de Merce es solo un ejemplo de los pequeños choques culturales que experimentan quienes llegan de otros países. España, con su rica y variada cultura, tiene muchas costumbres que pueden parecer curiosas o incluso incomprensibles a primera vista para quienes no están familiarizados con ellas. Por ejemplo, los horarios de las comidas son algo que llama la atención de la mayoría de los extranjeros: almorzar a las dos de la tarde o cenar a las diez de la noche es completamente normal para los españoles, pero desconcierta a quienes están acostumbrados a comer y cenar mucho más temprano. Otra costumbre que suele generar comentarios es la "siesta". El hecho de que muchas tiendas y negocios cierren después del almuerzo para que la gente pueda descansar resulta fascinante, y a veces hasta frustrante, para quienes llegan de países donde todo permanece abierto de manera continua.