Este verano, la elegancia se expresa desde la discreción. Lejos del exceso y la ostentación, las tendencias más potentes del momento, como el Old Money, el Coastal Grandma o el Fisherman Aesthetic, apuestan por una moda relajada, bien construida y con carácter. En este artículo, exploramos cómo interpretar estas estéticas desde un punto de vista actual, adaptándolas al día a día con estilo, comodidad y una visión atemporal del vestir.
Old Money, el arte de la elegancia clásica
Siluetas depuradas, colores neutros y tejidos nobles. La estética Old Money no es nueva, pero vuelve con fuerza como respuesta al ruido de las modas pasajeras. Inspirado en el clasicismo europeo, este estilo exalta la elegancia que no necesita demostrar nada. Blazers estructurados, camisas blancas impecables, pantalones de pinzas y mocasines se convierten en protagonistas de un armario que apuesta por la permanencia. Más que seguir una moda, se trata de una actitud, la de vestir con naturalidad, sin estridencias y con un gusto heredado de las generaciones anteriores.
Coastal Grandma, sofisticación sin edad en clave costera
Este look, que nació casi como un meme en redes sociales, ha conquistado el corazón de quienes ven el verano como un refugio sereno. Vestidos camiseros de lino, jerséis sobre los hombros, sombreros de paja y alpargatas forman el uniforme de una mujer que vive frente al mar, aunque esté en la ciudad. Lo esencial aquí es la sensación de frescura, calma y cuidado, con prendas que fluyen, tejidos que respiran y colores que se mueven entre blancos, cremas, azules claros y verdes oliva.
La selección de verano de Massimo Dutti ofrece una excelente entrada a esta estética, con camisas de lino ligeras y atemporales, perfectas para quienes buscan comodidad sin perder el estilo.
Fisherman Aesthetic, funcionalidad con actitud
Menos conocido, pero cada vez más presente, el Fisherman Aesthetic combina la funcionalidad de las prendas de trabajo con una sensibilidad contemporánea. Camisas amplias, chalecos multiusos, gabardinas oversize y tejidos técnicos o resistentes forman el núcleo de esta propuesta, que atrae tanto a quienes disfrutan de la estética utilitaria como a los que buscan originalidad sin caer en el disfraz.
Su atractivo radica en el equilibrio. Basta una chaqueta impermeable bien cortada o una camisa gruesa con textura para activar el imaginario sin caer en clichés. El resultado es moderno, urbano y auténtico.
Quiet Luxury, vestir bien sin hacer ruido
El nuevo lujo no grita, susurra. Quiet Luxury (lujo silencioso) se aleja del logomanía y de las colecciones virales para centrarse en lo esencial: corte impecable, tejidos de calidad, diseño sobrio y atemporal. Las prendas hablan por sí mismas, no por las marcas que las firman.
En un entorno saturado de estímulos, esta forma de vestir propone un refugio visual. Un pantalón bien entallado, una camisa de algodón egipcio, un vestido de seda sin ornamentos... Aquí, la inversión se justifica en la durabilidad y la versatilidad. El resultado es una elegancia tranquila, segura de sí misma.
Cómo llevar estas tendencias sin disfrazarse
Más allá de las etiquetas estéticas, la clave está en hacer que la moda se adapte a ti, y no al revés. Para incorporar estas tendencias sin parecer que se va a una sesión de fotos, conviene seguir las siguientes recomendaciones.
- Apostar por los básicos, como camisas blancas, pantalones de lino, blazers neutros, camisetas de algodón de alta calidad.
- Introducir piezas clave con intención, como un vestido de aire Coastal Grandma, una chaqueta de estilo marinero o unas sandalias minimalistas.
- Elegir tejidos naturales, como el lino, el algodón, la seda… No solo por estilo, sino también por confort y sostenibilidad.
- Jugar con la mezcla, combinando una pieza Old Money con un toque Fisherman, o sumar un accesorio clásico a un look relajado, da frescura y evita la rigidez.
En definitiva, este verano se viste con calma, con cabeza y con alma. Porque más allá de las etiquetas, la verdadera tendencia es conocerse a una misma y vestir en consecuencia.
