No corren buenos tiempos para el clan Pantoja. Desde que Kiko Rivera se sentara en 'Sábado Deluxe' para hablar de su deslealtad a Irene Rosales, así como el mal momento personal que atraviesa, la relación entre el dj y su madre, Isabel Pantoja, pende de un hilo. El conflicto ha llevado a su máximo apogeo después de la entrevista concedida por el hijo de la tonadillera a la revista 'Lecturas'. En ella, el marido de Irene Rosales confiesa a Mila Ximénez, enemiga íntima de la cantante de 'Marinero de luces', que no reconoce a su madre, que está devorada por la artista. "Con mi madre no se puede hablar. Le sale la prepotencia, hace que te levantes y te vayas", señala el exconcursante de 'GH DÚO' en la publicación, donde no solo cuestiona el papel de la emblemática intérprete como madre, sino también como abuela: "No existe como abuela (…) Solo ve a mis hijas cuando se las llevo".

Sin embargo, el mensaje más demoledor está directamente relacionado con el destino de la herencia de Francisco Rivera, 'Paquirri': "Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió". Kiko Rivera parece dudar de lo que realmente hizo su madre con el dinero del torero tras fallecer y está dispuesto a llegar hasta el final del complicado asunto. Tanto es así que ya ha pedido a sus abogados revisar el testamento de Paquirri porque se "huele lo peor". El diestro, que perdió la vida por una cornada recibida del toro llamado 'Avispado' en la plaza de toros de Pozoblanco, en 1984, cuando Kiko tenía solo siete meses, dejó en el testamento el 51% de la finca a su mujer y el 49% restante a su hijo. Al parecer, el marido de Irene Rosales le habría pedido a su madre tiempo atrás vender Cantora para que ambos pudieran hacer frente a las deudas que tenían con Hacienda. Sin embargo, la tonadillera se negó a deshacerse de la propiedad, por lo que Kiko no percibió la parte de herencia que le correspondía tras la muerte de su padre.
Pero, ¿cómo es la finca que ha marcado un punto de inflexión en la relación entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja? La propiedad, en la que actualmente viven la tonadillera y su madre, doña Ana, pertenece a la cantante desde hace más de 36 años. Cantora está situada entre Medina Sidonia y Vejer, en la conocida como ruta del toro, dentro del camino de los pueblos blancos del Sur, y tiene 500 hectáreas, sobre las que se levanta una casa de 2.000 metros construidos.

Pocas veces han entrado las cámaras en la finca que Isabel cerró a cal y canto con la muerte del que fuera su marido. Sin embargo, con el paso de los años, la tonadillera hizo de la propiedad su refugio y su búnker. Cocinas, huerta, bodegas, piscina, pozos, cuadras de caballos y hasta una pequeña plaza de toros. Así es Cantora, la finca que conquistó el corazón de Isabel Pantoja y que, por supuesto, no está dispuesta a ceder a Kiko.
'Nidito' de amor:
Isabel Pantoja descubrió Cantora cuando conoció a Francisco Rivera, 'Paquirri', al que dio el 'sí, quiero' en 1983, en Sevilla. Desde entonces, la finca se ha convertido en un nido de alegrías, pero también de preocupaciones, para la cantant

La finca de la 'discordia':
El torero, que perdió la vida por una cornada, en 1984, cuando Kiko tenía solo siete meses, dejó en el testamento el 51% de la finca a su mujer y el 49% restante a su hijo

En manos de los abogados:
Parece que a Kiko Rivera se le ha agotado la paciencia y ha pedido a sus abogados revisar el testamento de su padre, Francisco Rivera 'Paquirri', porque se "huele lo peor".

Mensaje demoledor:
"Yo no cedí Cantora a mi madre a sabiendas. Firmé lo que ella me pidió", ha asegurado el hijo de la tonadillera en una entrevista concedida a Mila Ximénez, enemiga de Isabel Pantoja, para la revista 'Lecturas'.

500 hectáreas:
La finca, que podría romper la relación entre madre e hijo, consta de 500 hectáreas, en las que se levanta una casa de 2.000 metros construidos. La propiedad está situada entre Medina Sidonia y Vejer, en la conocida como ruta del toro, dentro del camino de los pueblos blancos del Sur.

Cerrada a cal y canto:
Pocos han podido ver el interior de Cantora, la finca en la que actualmente residen la artista y su madre, doña Ana, y que esconde un sinfín de lujos, como cocinas, huerta, bodegas, piscina, pozos, cuadras de caballos y hasta una pequeña plaza de toros.

No cede Cantora:
Al parecer, Kiko Rivera pidió a su madre que vendiera la propiedad para que ambos pudieran hacer frente a sus problemas económicos, pero la respuesta de la tonadillera fue un rotundo 'no'. Ahora, tras la negativa, la polémica que gira en torno a la herencia de ‘Paquirri’ golpea de nuevo sus vidas, con más fuerza que nunca.
