La pintoresca ‘casita de playa’ que Carmen Lomana ha decidido poner a la venta

Se trata de la vivienda familiar que la socialité y sus hermanos heredaron de su madre, y que han decidido vender por 350.000 euros
La pintoresca ‘casita de playa’ que Carmen Lomana ha decidido poner a la venta

Casi toda una vida allí y muchos recuerdos que amueblan la pequeña ‘casita de playa’ donde Carmen Lomana ha pasado la mayor parte de su infancia. A principios de año, la familia Lomana volvía a reunirse para tomar una importarte decisión: vender o no la vivienda familiar a pie de playa que tanto la socialité como sus hermanos heredaron tras el fallecimiento de su madre, Josefa Gutiérrez, hace cinco años. Se trata de un pequeño chalet situado en el pueblo costero de Celorio, Asturias, de apenas 90 metros cuadrados pero con una amplia parcela de 270 metros cuadrados, con tres dormitorios y un baño. Su arquitectura y decoración cuenta con detalles marineros, jugando con tonos como el azul y el blanco en su fachada, ventanas y contraventanas, predominando la madera y haciendo juego con los aleros del tejado. Además, posee un salón-comedor con cocina independiente con acceso a una terraza con barbacoa.

La propiedad, bautizada como ‘Rocamar’, se define como una gran oportunidad para aquellos que deseen disfrutar de una vivienda ideal para veranear en primera línea de playa, a solo unos pasos de una de las mejores costas de la tranquila localidad asturiana que ha visto crecer a la famosa celeb. Aunque los años han hecho mella en su arquitectura, la pequeña casa sigue poseyendo el mismo encanto marinero que en sus orígenes, tal y como asegura Lomana, y desde el fallecimiento de su madre, ella y sus hermanos han ido turnándose hasta que su mantenimiento se ha ido complicando con el paso del tiempo. Es por ello que han decidido ponerla en venta por un valor de 350.000 euros: "Cada vez nos costaba más ponernos de acuerdo porque todos queríamos ir al mismo tiempo. Además, hay que hacer obra, porque todas las casas necesitan unos cuidados, y ya es un lío tremendo. Lo mejor es venderla, aunque nos dé mucha pena". Un venta necesaria aunque triste, ya que en ella residen los mejores recuerdos de la infancia de la socialité, quien lleva veraneando allí desde los ocho años, aunque asegura que seguirá yendo a Asturias para mantener la tradición de su familia todo el tiempo que le sea posible.

Estilo náutico

La casa que comparten Carmen y sus hermanos está a la venta por 350.000 euros. Tiene 90 metros cuadrados, tres habitaciones, un baño y una cocina con acceso a una terraza con barbacoa. La fachada encalada en blanco, con las contraventanas de madera pintada en azul marino que evocan a los famosos adosados de Santorini, azulejos de colores con un toque portugués y rodeados de naturales, la vivienda conserva ciertos toques de aire marinero que, como reza el anuncio, le da ese aspecto “de casita de playa”.

Una arquitectura casi ‘perenne’

Aunque los años han hecho mella en su arquitectura, la pequeña casa sigue poseyendo el mismo encanto marinero que en sus orígenes. Ciertas estancias, como la cocina, piden a gritos una reforma integral, donde predominan los azulejos setenteros del suelo al techo que, junto con los colores y el estado de los muebles, contrastan con los electrodomésticos modernos. No obstante, su punto fuerte reside en la salida al jardín del que dispone, perfecto para una jornada de barbacoas con amigos.

Ideal para cualquier época del año

El salón-comedor tiene un tamaño más que suficiente para una casa de esas medidas. De aspecto cuadrado, un enorme ventanal que ocupa casi una pared entera conecta la estancia con el jardín. En la esquina, se observa una chimenea para los días fríos de Asturias. Pensada para los que sueñan con unas tranquilas vacaciones a la orilla del mar, en el patio hay una ducha preparada para quitar la arena después de una jornada de playa. En definitiva, se trata de una vivienda ideal para visitar cualquier época del año en uno de los pueblos más bonitos de la costa asturiana.

Millones de recuerdos

La intención de Carmen si la casa no se vende próximamente es volver a Celorio este verano para pasar allí unos días y así despedirse de la casa en la que tantos momentos ha vivido. La mayoría buenos, como sus primeros guateques y sus primeros romances adolescentes. Millones de recuerdos en cada resquicio y estancia de la casa, donde en su interior predomina en papel pintador floral setentero y los suelos de linóleo.

Dormitorios amplios y luminosos

Los dormitorios son amplios y luminosos. Vuelven a destacar los suelos de linóleo, con las paredes empapeladas a juego con los cojines de las camas y, en todas las estancias, parece haber una enorme ventana que deja entrar el sol a raudales.

En primera línea de playa

La vivienda se encuentra en primera línea de playa y es considerada como ‘una maravilla única’ ya que, tal y como asegura Carmen Lomana: " Una casa como esa ahora mismo es impensable porque por la Ley de costas ni siquiera se podría construir".

Rocamar, tradición familiar

La familia Lomana, muy querida en la localidad, seguirá yendo para mantener la tradición. Lo harán en cuanto puedan, en cuanto se levanten las restricciones del estado de alarma, aunque lo cierto es que les hubiera gustado poder ir antes para supervisar personalmente el proceso de venta e incluso acondicionar y poner a punto la casa de cara a la transacción.

Herencia familiar

A principios de año, la familia Lomana volvía a reunirse para tomar una importarte decisión: vender o no la vivienda familiar, bautizada como ‘Rocamar’, a pie de playa que tanto la socialité como sus hermanos heredaron tras el fallecimiento de su madre, Josefa Gutiérrez, hace cinco años.

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