Estas canciones no hablan de beber en exceso, sino de cómo el consumo de alcohol nos afecta física y emocionalmente, hasta el punto de llevarnos a hacer cosas que no haríamos - o nos lo pensaríamos dos veces, por lo menos - estando sobrios.
El aumento de endorfinas que nos lleva a experimentar un estado de (falso) bienestar en un primer momento, puede derivar más adelante, y si no dejamos de beber a tiempo, en comportamientos deshinibidos e impulsivos cuyo desenlace es difícil de prever. Esto, por supuesto, ha sido recogido y ampliamente documentado en innumerables hits musicales en los que una celebración regada por sus cócteles favoritos acabó fuera de control, o de cómo ahogar las penas en alcohol en ocasiones parece la mejor solución para superar un desengaño amoroso. Afortunadamente, todos llegan a la conclusión de que no lo es, menos mal, porque - ¡atención spoiler! - la segunda parte de esta rutina es una preciosa resaca que se suma a los problemas previos sin resolver por estar invirtiendo un tiempo maravilloso en la barra de un bar.
Esta es nuestra propuesta de playlist para cuando nos apetece brindar con amigos, pero sin olvidar que hay que hacerlo con precaución. De Rihanna a Beyoncé, pasando por Amy Winehouse, estos son algunos de los 'temazos' que surgieron de momentos en los que a ellas también se les fue de las manos.
Rihanna reivindica que hay que brindar más como sinónimo de que hay que celebrar más, aunque lo cierto es que una cosa no tiene que estar 100% ligada a la otra. Ella brinda en el escenario con su público y muestra en el videoclip cómo todo empieza a ser un poco borroso. En esta ocasión la acompaña Avril Lavigne, quien acaba lanzándose a una piscina subida a un monopatín.
"They tried to make me go to rehab / But I said: no, no, no" fue el estribillo más coreado de 2006 y la canción que lanzó a la fama a la cantante y compositora británica. Más adelante descubrimos que, tristemente, la historia que contaba en Rehab era bastante autobiográfica.
Queen Bey nos cuenta cómo se ha pasado la noche de juerga y bebiendo con su pareja, y ahora no se acuerda de nada. Bueno, de una cosa sí: de que pasaron toda la noche bailando en un club.
Si una noche entera bebiendo tequila y sus consecuencias pudieran trasladarse a una canción, sería precisamente este éxito de The Champs. Su ritmo desquiciado y su divertida melodía representan todos los altibajos de la experiencia. Eso sí, lo que se siente al día siguiente ha quedado totalmente excluido en este gran éxito de 1958.
Una declaración de amor alta y clara para cuando aún parece demasiado pronto para pronunciar 'Te quiero', pero tienes la necesidad de decir algo rápidamente porque el tiempo apremia, y a lo mejor te quedas 'a dos velas' por no decidirte a dar el primer paso. Esta sensación de 'quiero hacerlo, pero no puedo estando sobrio', lleva al protagonista de la canción a intentar superar la vergüenza tomándose unas copas primero. Mala idea.
Beber para dejar de pensar en un desengaño, en una relación que se ha terminado, en el amor que parece haberse perdido para siempre. Una canción compuesta por Enrique Urquijo que ha terminado alcanzando la categoría de himno desesperado y que han versionado otros grupos como Fito y Fitipaldis.
Uno de los grupos británicos encargados de escribir y componer la banda sonora de la década de los años 90, también le puso letra y música a ese momento del día / semana / mes / año en el que solo te apetece tomarte una copa y mirar a la pared.
Podríamos tomarnos un chupito cada vez que Drake diga 'a shot for me', pero no lo vamos a hacer. Él sí se lo recomienda a sus ex parejas, como método para paliar el dolor que les produce haberle perdido, ya que se imagina lo mal que lo estarán pasando porque es consciente de que es muy buen partido y le han dejado escapar. Drake no tiene abuela.
Los pasos de baile de Bruno Mars en el videoclip nos recuerdan a esos momentos en los que bailamos como si nadie estuviera mirando. Lo de tener un coro que repite constantemente 'champán de fresa con hielo' también es muy top.
Miley Cyrus le canta al vino como mejor sustituto de un amante que ha decidido marcharse, en esta versión de 2012 del éxito de Nina Simone.