La primavera es la época del año en la que más personas empiezan una dieta. Se acerca el verano, y el cambio de armario nos lleva a plantearnos la necesidad de quitarnos esos kilos de más. Nos asaltan las dudas, copiamos la dieta de una amiga, o seguimos ese ‘tratamiento milagro’ que es tendencia. Al final, llegamos otra vez a la playa y nada ha cambiado: seguimos con los mismos kilos un año más.
Nos quedan 8 semanas… ¿me da tiempo a adelgazar antes de este verano? “La respuesta es ‘sí’”, afirma el Dr. Gontrand López Nava, Director de la Unidad de Endoscopia Bariátrica del Hospital HM Sanchinarro de Madrid. “Depende de los kilos que necesitemos perder, pero hoy disponemos de técnicas que nos ayudan a perder peso sin sufrir hambre, actuando dentro del estómago para regular su vaciamiento y disminuir el apetito”.
“Hoy contamos con varias técnicas englobadas, dentro del concepto de ‘Endoscopia Bariátrica´, con las que actuando dentro del estómago a través de la boca, facilitan enormemente el cumplimiento de un programa saludable de pérdida de peso”, explica el doctor.
Porque adelgazar implica eso: modificar el estilo de vida: eliminar hábitos tóxicos (limita el consumo de tabaco y alcohol), practicar ejercicio con regularidad y aprender a comer. “El gran enemigo del éxito en la pérdida de peso es el hambre y con las técnicas endoscópicas incidimos en la disminución de la sensación de hambre, sin la necesidad de cortar y sin cicatrices, que te van a permitir adelgazar, pasando un verano normal”, apunta el doctor, que recuerda también que son tratamientos reversibles.
“El secreto no está en la dieta, está en cumplirla y para eso necesitamos una técnica que actúe sobre el estómago, que es el órgano que emite la señal de hambre, que es la que nos impide seguir una dieta”.
De manera que sí. Podemos llegar a las vacaciones -y a las temidas Navidades-habiendo perdido esos kilos de más ¿y después? “No hay después”, afirma el especialista en Digestivo y Endoscopia. “Perder peso es un aprendizaje que necesita de, al menos, un año en el que no pasemos hambre y estemos receptivos a la educación que nos facilitan expertos nutricionistas y psicólogos, que nos ayudan a gestionar la ansiedad que pueda llegar a producirse y a afrontar las diferentes situaciones que se irán presentando: vacaciones, encuentros familiares, euforia, ansiedad… Y esto lo podemos decir, porque llevamos más de 20 veranos acompañando a pacientes que ya lo han conseguido”.
¿Y en las vacaciones?
En las vacaciones “aprenderemos a disfrutarlas, igual que hemos hecho otros años, pero siendo capaces de seguir los consejos nutricionales que te van a llevar a seguir perdiendo peso. Adaptar nuestro nuevo estilo de vida al verano es un muy buen aprendizaje para mantener estos hábitos adquiridos cuando llegue la Navidad y el próximo verano”, explica el Dr. López-Nava. Y no hay nada rígido e inflexible. “El secreto es que puedes ir a una boda o salir a cenar con los amigos, siguiendo tu programa de adelgazamiento, desde el más discreto anonimato, porque no te vas a encontrar mal… Si no quieres contarlo, nadie tiene por qué saberlo. El gran aliado en estos tratamientos es que el hambre y la ansiedad por comer disminuyen”.
El objetivo que se consigue es la reeducación del hábito alimentario. Un año es el tiempo necesario para reaprender a comer y, aunque parezca un mito, es real. “Nosotros lo vemos en la consulta. Cuando la paciente pierde peso, se ve bien. Y una cosa lleva a la otra: como se ve bien, se motiva a seguir una vida más saludable: hace ejercicio -sola o con amigas-, adquiere hábitos alimenticios, regula los horarios de las comidas… Es el pez que se muerde la cola, acabas entrando en la rueda”, explica el doctor. “Pero no es posible hacerlo solo. Necesitas la triple ayuda que supone la endoscopia, el psicólogo y el nutricionista”.
Y hacer dieta “no tiene por qué ser aburrido. El secreto está en ayudar al paciente a cumplir una dieta correcta y variada, adaptada a sus preferencias y a sus gustos, y sin pasar hambre porque, si no, no la va a seguir”.
De hecho, “el 100% de los pacientes que pasan por nuestra consulta han intentado hacer más de una dieta. Y no lo han conseguido: o no consiguen la constancia, o recuperan el peso en el tan temido ‘efecto rebote’”, explica. El secreto está en “inactivar ese estímulo del apetito, actuando sobre el estómago, pero accediendo desde la boca, que es un orificio natural y, en función del paciente, o bien optamos por un dispositivo intragástrico, o bien se actúa sobre el vaciamiento del estómago y sobre la señal de apetito que emite entre comidas”.
Al final, el paciente tiene que estar decidido y comprometido con la pérdida de peso, pero en la era de la inmediatez, necesitan técnicas rápidas, seguras y que aporten aprendizaje de nuevos hábitos saludables. “Es la técnica del anonimato, que te da los superpoderes que necesitas para cumplir una dieta”, y se sonríe.
Con estas técnicas, en las que ha sido pionero mundial, ha tratado con éxito a una gran cantidad de pacientes nacionales e internacionales y ha formado a otros profesores por todo el mundo, siendo profesor de la Sociedad Americana de Endoscopia. Desde la Clínica Mayo, en Estados Unidos, a Australia, lo que le ha convertido en un referente internacional, con un buen número de publicaciones científicas internacionales, en revistas de alto impact factor como Endoscopy, Obesity Surgery o Gastrointestinal Endoscopy, siendo el primer especialista del mundo en recoger en una publicación científica los resultados de la pérdida de peso a los seis meses de evolución, con APOLLO, POSE y la técnica robótica Endozip, cuya principal indicación es obesidad asociada a diabetes tipo II o síndrome metabólico.