¿Funciona realmente la alimentación intuitiva para no subir de peso? Una nutricionista resuelve todas las dudas

Si estás harta de hacer dietas estrictas con las que no ves resultado, puede que hayas pensando en probar esta corriente alimenticia y, antes de que lo hagas, debes saber bien en qué consiste.
Alimentación intuitiva
Alimentación intuitiva

Si siempre has querido bajar de peso o has controlado toda tu alimentación para, al menos, no engordar, es muy probable que hayas probado infinidad de dietas con más o menos resultado. Y es que en un momento social en el que la premisa es cuidarse, restringir comidas de forma excesiva no debería ser una alternativa a tener en cuenta. Quizá por eso surgiese la alimentación intuitiva. Aunque no es una corriente nueva, esta forma de alimentarse en la que se hace caso al propio cuerpo ha resurgido como la espuma gracias a muchas celebrities, quienes han confesado que comen (con moderación) lo que les apetece cuando les apetece). Pero ¿es realmente efectiva si uno busca no subir de peso? Para resolver todas las dudas sobre esta forma de hacer dieta, preguntamos a la experta Carolina Rico.

Plato de comida- Pexels

Si solo has oído hablar de la alimentación intuitiva, pero no sabes muy bien en qué consiste, antes de ponerla en práctica debes saber cuáles son los principios que la rigen, porque aunque lo positivo de esta forma de comer es que en lugar de seguir reglas estrictas o contar calorías, la alimentación intuitiva invita a escuchar a nuestro cuerpo, a confiar en nuestros instintos y a disfrutar de la comida sin culpa. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

"Este enfoque que se basa en el principio de que nuestro organismo sabe lo que necesita y en qué cantidad, reconociendo y respetando sus señales de hambre y saciedad. Fue desarrollado en 1995 en su libro Intuitive Eating por las dietistas Evelyn Tribole y Elyse Resch y se basa en 10 principios fundamentales", explica Carolina Rico, dietista y experta en wellness.

Principios de la alimentación intuitiva:

  1. Rechazar la mentalidad de dieta, abandonar la idea de que se necesita seguir un plan estricto para controlar el peso.
  2. Honrar el hambre, comer cuando el cuerpo lo necesita, sin esperar a tener hambre extrema.
  3. Hacer las paces con la comida, dejar de ver los alimentos como 'buenos o malos'.
  4. Desafiar al 'policía de la comida', cuestionar creencias limitantes sobre lo que se 'debe o no se debe' comer.
  5. Sentir la saciedad, aprender a reconocer cuándo el cuerpo está satisfecho y detenerse en ese punto.
  6. Descubrir la satisfacción en la comida, elegir alimentos que realmente se disfruten, sin culpa.
  7. Gestionar las emociones sin recurrir a la comida, identificar si se está comiendo por ansiedad, estrés o aburrimiento y buscar otras formas de afrontarlo.
  8. Respetar el cuerpo, aceptar la propia constitución corporal sin buscar un peso 'ideal' impuesto por la cultura de la dieta.
  9. Moverse por placer, realizar actividad física por bienestar, no solo para quemar calorías.
  10. Honrar la salud con una nutrición amable, elegir alimentos que nutran el cuerpo sin extremismos.
Comida alimentación intuitiva-
Comida alimentación intuitiva- Pixabay

¿Funciona o no para bajar de peso?

Ahora que ya sabes en qué consiste y, probablemente, hayas quedado convencida porque esta corriente no contempla las restricciones de comida estrictas, seguro que te estás preguntando si de verdad funciona para bajar de peso o, al menos, no engordar. ¿La respuesta? "En cuanto a su efectividad para la pérdida de peso o el mantenimiento del mismo, la respuesta no es tan simple. La alimentación intuitiva no es una dieta, sino una forma de relacionarse con la comida de manera más saludable y equilibrada. Algunos estudios han demostrado que las personas que adoptan este método pueden mantener su peso a largo plazo, reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados y mejorar su bienestar emocional en relación con la comida. Sin embargo, no es un método rápido para bajar de peso, ya que su objetivo principal no es el déficit calórico, sino la conexión con las necesidades reales del cuerpo", explica Carolina Rico.

Dado que, tal y como afirma Rico, "la alimentación intuitiva no tiene como objetivo el control del peso, sino la reconexión con el hambre y la saciedad, puede llevar a muchas personas a una pérdida de peso progresiva y natural, sobre todo si antes seguían dietas muy restrictivas que llevaban a atracones posteriores. Por otro lado, si la persona tiene hábitos desordenados, como saltarse comidas y luego compensar con grandes ingestas, puede notar un ajuste de peso hacia arriba hasta que su cuerpo se regule. Lo importante es que este método ayuda a estabilizar el peso corporal sin la presión de la restricción. Lo que sí está demostrado es que las personas que practican la alimentación intuitiva tienen menor riesgo de trastornos de la alimentación, menor ansiedad relacionada con la comida y un mejor bienestar emocional y físico a largo plazo".

Para quién es efectiva:

  • Para quienes han pasado años siguiendo dietas muy restrictivas o tienen una relación complicada con la comida puede ser difícil confiar en sus señales internas al principio. En estos casos, un acompañamiento profesional (dietista o nutricionista) puede ser clave para evitar caer en patrones caóticos o ansiedad por 'comer sin reglas'.
  • Personas con ciertas condiciones médicas, como diabetes o problemas digestivos, pueden necesitar ajustar la alimentación intuitiva a sus necesidades específicas, combinándola con ciertas pautas médicas sin que esto se convierta en una dieta estricta.
Comida alimentación intuitiva
Comida alimentación intuitiva

Consejos para empezar con la alimentación intuitiva

  1. Olvidar las calorías y las reglas externas: En lugar de contar calorías, escuchar qué alimentos realmente te apetecen y en qué cantidad.
  2. Identificar el hambre real: Antes de comer, preguntarse si el hambre es física o emocional.
  3. Hacer pausas al comer: A mitad del plato, detenerse unos segundos y evaluar si realmente se sigue teniendo hambre.
  4. Evitar comer con distracciones: Comer sin pantallas ni prisas ayuda a percibir mejor la saciedad.
  5. Permitir todos los alimentos: Nada está prohibido, pero es clave notar cómo nos hacen sentir ciertos alimentos después de comerlos.
  6. No esperar al hambre extrema: Comer a tiempo evita los atracones por ansiedad.
  7. Conectar con la sensación de satisfacción: No comer solo por obligación, sino buscando disfrute y bienestar.
  8. Aprender a gestionar las emociones sin comida: Encontrar estrategias para manejar el estrés o la tristeza sin recurrir a la comida como vía de escape.

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