¿Son feministas los tacones de aguja? Descubre los más famosos de la historia
Inmovilizan, perjudican la silueta, deforman el pie... A menudo, los 'stiletos' se denuncian como símbolo machista, pero ¿acaso su cometido no es enaltecer a la mujer? Repasamos los modelos que han marcado un antes y un después en busca de respuesta.
Cuando en 1940 Christian Dior presentó el New Look, hizo mucho más que reinventar la moda femenina de postguerra. Además de crear la curvilínea silueta Corola, a base de ceñir la cintura y añadiendo metros y metros de tela a las faldas, estaba añadiendo un par de zapatos de tacón, altos y estrechos, a sus pies. No obstante, el modisto francés no inventó el tacón de aguja... Tengamos en cuenta que Dior era couturier, no zapatero, y en el siglo pasado, los creativos de la moda no eran tan multidisciplinares como ahora.
Marilyn Monroe decía: “No sé quién habrá inventado los tacones de aguja, pero nosotras, las mujeres, le debemos mucho”. El artífice fue Salvatore Ferragamo, allá por 1940 también. Alto y, sobre todo, tan estrecho que su contacto con el suelo se reduce a la cabeza de un clavo–, este zapato fue posible cuando la técnica del italiano lo dotó de una estructura o ‘alma’ (en italiano lo llaman ‘anima’) metálica, que le permitió crecer y crecer. Hasta entonces, no podía superar los siete centímetros porque eran de madera y cuero, tan frágiles que, si se estiraban más, se rompían.
Aquello fue una revolución: los tacones de aguja logran que el pie se vea más pequeño y más delicado, que las piernas se alarguen como por arte de magia y que la espalda permanezca erguida, con lo que resalta el pecho y hace que el trasero destaque hasta un 25 por ciento más. A menudo, se les llama también 'stilettos', como por reivindicar su origen italiano. No obstante, en esa península con forma de bota todo el mundo los llama ‘tacchi’, en español, 'tacones'. La traducción de 'stiletto' es 'estilete’' una especie de puñal con hoja estrecha y aguda.
En cualquier caso, el tacón de aguja tiene tantos entusiastas como detractores: unas los consideran una bendición, capaz de elevarte como en un pedestal, aportando tantos centímetros de altura como dosis de confianza y atención ajena; y en el otro lado, hay quien lo detesta como signo del heteropatriarcado. Coco Chanel los rechazaba por considerarlos símbolo de intolerable ociosidad… "jamás se pondría un par" dijo en alguna ocasión. Por su parte, Manolo Blahnik ha declarado que "si una mujer no siente la magia que proporcionan unos zapatos de tacón favorecedores, lo mejor es que abandone la idea de usarlos". El problema llega cuando su uso viene impuesto por el código de vestimenta de la empresa…
Según la periodista Rachele Enriquez, "los directores de cine y escritores han utilizado el zapato de tacón como símbolo de feminidad y de sensualidad; artistas y diseñadores, como una escultura, una verdadera obra de arte; sociólogos y semiólogos, como un símbolo de poder y agresividad femenina; estilistas, creadores de moda y zapateros, como instrumento comercial, hasta el punto de que actualmente sustenta gran parte del mercado del lujo" Así, mientras unas sienten que el taconazo las empodera, otras creen que las veja. ¿La respuesta a nuestra pregunta? Se alinea con el pensamiento manolista: si no vas a disfrutar al usarlos, mejor no te los pongas...
Dal Co'
En Via Vittoria, 65, a unas calles de la famosa Via dei Condotti, en Roma, se halla Dal Co'. Fundada por el zapatero Alberto Dal Co' hace más de medio siglo, sus artesanos elaboran a mano 60 pares cada temporada, que las clientas pueden customizar a su gusto. Además, fabrican tacones de aguja para firmas de lujo. En la imagen, un par de su colección de 1960.
Giorgio Armani
En la actualidad, Giorgio Armani ejerce de presidente, director general y único accionista de su empresa, Giorgio Armani S.P.A. Su portfolio incluye Armani Privé, Giorgio Armani, Emporio Armani, EA7, Armani Collezioni, Armani Jeans, Armani Junior, Armani Exchange y Casa y Belleza –en asociación con L’Oréal–. Más de la mitad de las líneas incluyen zapatos.
Louis Vuitton
Louis Vuitton fundó su compañía en 1854 como una firma de artículos de viaje y marroquinería. El primer par de zapatos de la firma fue obra de Marc Jacobs, que introdujo el prêt-à-porter en sus colecciones cuando asumió la dirección creativa a finales de los noventa.
Rene Caovilla
La fábrica de zapatos más antigua del Véneto (Italia) elabora a mano los zapatos de las mayores clientas de lujo del mundo. La Snake Sandal es su pieza más representativa, aunque posee una línea amplísima, donde también encontrarás bailarinas o sneakers.
Re Marcello
En la actualidad, fabrica para Christian Louboutin o Manolo Blahnik, pero Re Marcello lleva produciendo tacones de aguja desde los años 50, con una resistente estructura de madera y metal. Así lo demuestra este par de la colección privada de Re Marcello, de 1953-1954.
Salvatore Ferragamo
Salvatore Ferragamo lleva provocando esguinces en los tobillos femeninos desde los años 40. Sobre estas líneas, su modelo Altrovande, de 1958, expuesto en el Museo Internacional del Calzado Pietro Bertoleni.
Erco
La fábrica de zapatos Erco contribuyó, junto a Aldrovandi, Waltea, Panvi o Re Marcello, contribuyeró en los cincuenta, sesenta y setenta a reivindicar Vigévano (Italia) como la capital mundial del calzado. En la imagen, modelo de 1966, expuesto en el Museo Internacional del calzado Pietro Bertoleni.
Christian Louboutin
A Christian Louboutin nunca ha sentido pudor por elevar sus zapatos a la categoría de icono fetichista. Más bien al contrario, ha sido su claim marketiniano desde que fundó la firma.
Manolo Blahnik
Animado por Diana Vreeland, Manolo Blahnik creó su firma en 1971, en Londres. Desde el principio brilló su fantasía infinita, sus tacones vertiginosos y destacó por una culta y refinada imaginación. En los últimos tiempos, ha colaborado con Rihanna o Vetements (como en la imagen).
Jimmy Choo
Jimmy Choo comenzó a dibujar tacones de aguja cuando tenía once años... Era cuestión de tiempo que alguien lo descubriera. En 1993, la estilista de moda Tamara Mellon compró la compañía, e hizo de sus botas y sandalias las más deseadas de toda Norteamérica. Michael Kors Holding se hizo con la firma en 2017, que acaba de lanzar una deseadísima colaboración con Off-White.
Andrea Pfister
Andre Pfister (Italia, 1942), se mudó a París en 1963, y se estableció como diseñadora de alta costura de Lanvin y Jean Patou. Dos años más tarde, presentó su primera colecciónhomónima, y en 1967 abrió tienda propia en París. Al año siguiente, regresó a Italia y abrió una pequeña fábrica. Más tarde, pasó a diseñar todo tipo de accesorios y logró contar con Elizabeth Taylor o Madonna entre su clientela. ¿Su estilo? Siempre se hacaracterizado por un aire surrealista, como este par, con forma de helado de fresa y nata, de 2003/04.
Roger Vivier
Roger Vivier trabajó en EE.UU. y regresó a París en 1947, años después fue fichado por Dior y acabó estableciéndose de forma independiente. Transformó las babuchas del siglo XVIII en zapatos de salón y destacó por su destreza en la colocación y equilibrio de innovadores tacones.
Guillaume Hinfray
A finales de los noventa, el zapatero francés Guillaume Hinfray dejó el equipo de Salvatore Ferragamo para lanzar su propia línea de calzado de alta costura. El resultado fue una colección de zapatos y botas de lo más atrevida, que combinan texturas opulentas, colores inusuales, referencias a la arquitectura gótica y la moda francesa clásica.
Prada
Solo por el cartel de El Diablo viste de Prada, la firma italiana ya merece figurar en nuestra lista.
Alexander McQueen
Hechos en Italia con madera y piel de pitón, Alexander McQueen los bautizó como Armadillo por su forma y aspecto de armadura, que transforman la pierna para crear la silueta de una bailarina en puntas.