Karl Otto Lagerfeld
El hombre que dictaba la moda ha mantenido su vida privada fuera del foco mediático, inspirando hasta el final el misterio detrás de sus impenetrables gafas negras.
Su impecable imagen, prueba de un afán de sofisticación perfecta, mantuvo el misterio hasta el final. Tras sus inmensas gafas negras, el diseñador alemán hacia y deshacía la moda, inspirando el respeto en cualquier circunstancia.
Se dice que nació en 1933, pero nadie ha visto su partida de nacimiento. Fue el único hijo de Christian y Elizabeth Lagerfeld, aunque tenía varios hermanastros de anteriores matrimonios de sus padres. Su madre, de origen alemán, tuvo una gran influencia sobre el carácter del diseñador. Le inculcó la importancia de la cultura, el culto a la belleza y su escepticismo. Jamás fue a un desfile de Lagerfeld, ni aprobó su profesión.
Su primera toma de contacto con el mundo de la moda comenzó como ayudante de Balmain y Jean Patou. Pronto comenzó a colaborar con varias marcas hasta establecer en los años sesenta, una sólida relación con la firma Chloé. En 1986 asumió la dirección creativa de Chanel, compañía que volvió a colocar en lo más alto de la moda.
Insatisfecho con las imágenes que le proponían para los dossieres de prensa de Chanel, decidió encargarse el mismo de la campaña y comenzó su andadura como fotógrafo. Los libros son sus mejores amigos, suele tener unos 20 empezados en su mesilla de noche. Su residencia particular cuenta con una biblioteca de más de 200.000 ejemplares.
Curiosamente Karl Lagerfeld afirmaba no haber pisado nunca una escuela pero domina 3 idiomas y adoraba las lenguas muertas. Un absoluto autodidacta.
El diseñador no apareció en el último desfile de Alta Costura de París, presagiando lo peor. Ha fallecido a los 85 años.