Los 60 nos trajeron la minifalda de Mary Quant, que popularizó la revista Vogue, así como otros conceptos en la que fue una explosión de creatividad que dejó a muchos pensando: "¿Lo habré visto todo ya?". Después llegó la moda de los 70 y las mujeres se enfundaron sus pantalones para decirle al mundo que ellas podían ponerse lo que les diera la gana.
Desde las combinaciones más locas a lo casual y sofisticado, que transformó la informalidad de los 60. También fue una década prolífica que se ha ido revisando años después, y ahora no es el momento de olvidarnos de ella.
Los 60 siguieron resonando de fondo
Diez años dan para mucho y nadie cree que alguien se acostara el 31 de diciembre de 1969 para levantarse el 1 de enero del 70 totalmente transformado. Los 60 colearon unos años más en la moda de entonces para que pudiéramos seguir viendo minifaldas, mezcla de campanas y pitillo o estampados excéntricos.
Las extravagancias no se irían apagando con los años, y la década nos dejó abalorios extragrantes en pechos masculinos descubiertos, cuellos de camisa muy anchos sobre la chaqueta o bandas en la cabeza al más puro estilo sporty.
Fueron tomando protagonismo los pantalones, decíamos, cuantos más ajustados mejor, al menos en la parte que no se abría para mostrar un prominente campana (cuando la había, que tampoco era siempre).
Poco a poco los colores se fueron apagando. De aquellos colores vivos y tonos flúor se pasó a los marrones, anaranjados, blancos, negros y grises. Más tenues, sí, pero atendiendo a cómo se quedaron entre nosotros y llegaron hasta nuestros días, también más exitosos.
Ellas leían a Simone de Beauvoir, empezaban a desapegarse de los roles de género y ponían el germen para la conquista de prendas reservadas a ellos, como el traje pantalón. Ellos se apretaban los pantalones y le ponían terciopelo a las camisas, pero también pasaban al chándal y la ropa deportiva cuando querían.
La moda de los años 70 hoy
Hay muchas referencias a los 70 en la moda de hoy, como el talle alto en pantalones anchos o ajustados. Parecía que habíamos quedado hartos de las campanas al inicio de los 2000, pero también se han recuperado (más discretas, eso sí).
Quizás lo más valioso que nos dejó la época fue la pérdida de protagonismo de la falda y el vestido frente al pantalón e incluso el traje, que hoy tan elegantemente podemos llevar en tonos neutros con o sin campana.
Por supuesto, lo del vestido no fue un destierro absoluto (no lo hubiéramos perdonado) y vemos la influencia de la época en los de tipo túnica, largos y elegantes, y en los camiseros.
Sus extravagancias nos llegan en la mezcla de colores que, en épocas más sobrias, parecían imposibles. Los cuadros también nos hacen volver la vista atrás.
La moda de los 70 rompió en cuanto pudo con los 60 y comenzó a explorar nuevos horizontes, aunque en esa transición hubo tiempo para extravagancias que hoy nos sacan una sonrisa al ver fotos de nuestros padres y abuelos. ¡Larga vida a estas tendencias!