Ir de compras, entrar a las tiendas, probarme lo que más me gusta y, eventualmente, pasar por caja, ha formado parte de mi forma de relacionarme con la ropa desde que tengo uso de razón.
Descubrir cómo las grandes cadenas de moda adaptaban las tendencias para mí, fue uno de mis más grandes placeres cuando estaba más pequeña. Cada fin de semana, me acercaba a cualquier marca de moda rápida y encontraba el look ideal para la fiesta de esa noche. Comprar una prenda de la nueva temporada se antojaba una posibilidad excitante que me acercaba en cierto modo al universo de la moda, que tanto me apasionaba (y me apasiona).
Sin embargo, el haberme adentrado cada vez más a este ecosistema me ha permitido darme cuenta que todo lo que vemos a simple vista como un sueño, se relaciona más a una pesadilla para muchas personas (y para el mismo planeta). Además, a esto se le sumaron mis múltiples mudanzas que me obligaban a deshacerme de cuanta prenda inútil estuviese en mi armario y a darme cuenta la situación absurda en la que estaba: tenía ropa de sobra, estaba saturada y tenía un estilo difuso.
La gota que derramó el vaso, fue una conversación que tuve con una amiga (Gracias, Nora), en la que me habló de varios de sus trucos infalibles al momento de comprar ropa de segunda mano ¡Y vaya que me funcionaron!
Estos son los trucos que me llevaron a
comprar ropa de segunda mano con mayor frecuencia
Borrar las apps de compra
La única app que tengo ahora en el móvil es la de Humana que se llama 'Love 2ndhand' (por cierto, estará en funcionamiento hasta el 1 de abril ya que están creando una plataforma nueva, así que tienes hasta el 31 de marzo para canjear tus puntos). Las de Vestiaire Collective y Vinted también sigo usándolas pero de otro modo. Ahora solo me centro en lo que necesito, no en lo que me gusta.
Pasar completamente del 'Black Friday' y de las rebajas
Lo sé. Resulta muy difícil - más no imposible, lo prometo - pasar de las rebajas de Zara, Mango o Bershka pero cada vez que me paseo por alguna web de moda rápida o alguna vitrina de estas marcas me da la sensación que miles de personas tendrán la misma prenda que yo. Somos muchos los que habitamos este planeta, y la verdad todos estamos consumiendo más o menos lo mismo, aunque nos creamos muy originales. Así que cuando descubrí que por el precio de algo nuevo podía adquirir algo usado de una calidad muy superior, o algo vivido pero único, mi estilo cambió rotundamente. Así, fui reforzando un modo diverso de apreciar y entender la moda, en el que la singularidad y la calidad se imponían sobre la novedad y la cantidad.
Armar un moodboard de inspiración
Como mencioné anteriormente, ya no voy a las tiendas sin un propósito. Hoy analizo mis looks con tiempo y antes de hacer mi próxima compra, armo un moodboard de inspiración con estilismos que me gusten y quisiera replicar. Me enfoco concretamente en una prenda y trato de combinarla con distintas piezas que ya sean parte de mi armario. Las revistas, tanto viejas como actuales, han sido mi gran aliado al momento de buscar inspiración. También Tik Tok e Instagram por supuesto. La clave está en planificar y buscar referencias para ir con algo en mente y así no hacer compras compulsivas y sin sentido.
Saber dónde buscar las piezas que te gustan
He descubierto que no todos los sitios que venden ropa de segunda mano son para mi. No tengo mucha paciencia, ni tampoco tiempo para ir a grandes almacenes y durar horas hasta dar con la prenda que estaba buscando. Por ejemplo, en vez de ir a cualquier Humana opto por los vintage que ya sé de antemano que hacen una buena selección de marcas y encuentro cosas bastante interesantes.
Probablemente todavía no tenga un estilo definido, lo sigo buscando y me sigo atreviendo con diferentes modas. Sin embargo, hoy puedo decir que tengo prendas que me encantan y que nadie más tiene. O al menos no las mismas exactamente. Creo que eso es mucho más importante que vestirte de pies a cabeza con las tendencias del momento.
