La palabra blommers es un término inglés utilizado para denominar los pantalones bombachos femeninos de cualquier longitud. Toman el nombre de Amelia Bloomer y la aparición de estos pantalones tubo lugar en Norteamérica donde, desde mediados del siglo XIX, se luchaba por el uso de ropajes saludables y cómodos que, sin divergir de los estilos aceptados, liberaran el cuerpo. En 1951 la activista Libby Miller había confeccionado un atuendo de viaje basado en las prendas que usaban las mujeres en los sanatorios suizos mientras se recuperaban de los efectos dañinos del corsé. El nuevo traje consistía en unos pantalones bombachos, estilo turco, sobre los que se llevaba un vestido corto y suelto que llegaba hasta las rodillas.Amelia Bloomer, que nunca negó la autoría de Miller, los lanzó a la fama desde su revista The Lily en mayo de ese mismo año, proponiendo a “todas la mujeres con sentido común” adoptar un “vestido racional”. La revista vendía también patrones para que cualquiera pudiera realizarlos.

Así vestidas, y amparadas por una posición social que las protegía, las bloomeristas acudieron a una convención feminista en Londres y, a pesar de contar con el apoyo de un gran sector de la opinión médica, no se libraron de burlas y caricaturas insultantes. Poco a poco, las feministas americanas abandonaron la idea por considerarla poco atractiva, aunque en la década de 1890, Amelia Bloomer pudo ver cómo se extendía por Europa el uso de sus bloomers como uniforme ideal para practicar el ciclismo y los baños de mar.Posteriormente Paul Poiret retomó la idea del pantalón a la turca enmarcándolo en su estilo orientalista y en su interés por la liberación del cuerpo femenino.