Se ha cumplido recientemente el 30º aniversario del matrimonio de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar: una boda que paralizó Sevilla, reunió a representantes de 39 casas reales y fue una auténtica celebración de la buena salud de la monarquía de la época. Más de 1.500 invitados se congregaron en la Catedral de Santa María para ver a la primogénita del Rey y la Reina de España desfilar del brazo de su padre. Sevilla era la ciudad preferida de su abuela, María de las Mercedes, y también la suya.
El novio llegó allí y entró en la iglesia del brazo de su madre, la condesa viuda de Ripalda, Concepción Sáenz de Tejada. Si aquel día fue una fiesta, la noche anterior no fue la excepción. La pareja eligió el Palacio Villamanrique de la Condesa, propiedad de unos tíos del rey Juan Carlos, para agasajar a sus invitados el día antes de la boda. Allí, la Infanta Elena mostró signos de una transformación en su estilo y de que estaba destinada a convertirse en una de las royals más elegantes y sofisticadas del continente. Para la ocasión, la Infanta Elena sorprendió a todos los presentes luciendo un vestido marrón chocolate, una de las grandes tendencias de este 2025 que está por terminar, con un atrevido escote halter y detalles cut-out en la cintura. El modelo, con un escote redondo y un motivo recortado en los laterales para realzar la silueta, incorporaba detalles rojos tanto en la zona del escote como en la chaqueta a juego con la que la Infanta salió a saludar a todos.
Esa noche estaba radiante, llevaba el cabello recogido, lucía el espectacular brazalete de oro y diamantes que le había regalado su abuela paterna y pintó sus labios de rojo, un color que nunca usaba pero que le favorecía mucho. La Infanta Elena fue noticia en la prensa europea tanto por su look pre-matrimonial como por su vestido de novia. Aquel marzo de 1995, la Infanta Elena no solo se casó por primera vez, sino que también tenía un guardarropa muy diferente al que usaba cuando era soltera: habían desaparecido las prendas más clásicas y los colores neutros para dar paso a las tendencias, los estampados más favorecedores y los tonos más vibrantes de la paleta, desde el rosa capote hasta el rojo, pasando por una amplia gama de verdes y azules, e incluso este marrón chocolate que, contra todo pronóstico, eligió para despedir su soltería.
En clave satinada
El satinado es un detalle que siempre hay que tener en cuenta antes de escoger un diseño, ya que aporta un toque de extra de sofisticación. En este caso lo hemos escogido con el cuello alto y la falda con vuelo, ideal para combinar con sandalias de tacón sensato. Precio: 164 euros.
Efecto drapeado
Para las que quieran lanzarse de lleno a este color tan favorecedor, y quieran potenciar aún más su silueta a la hora de vestir, un diseño drapeado es todo lo que necesitan. Se ajustan a la perfección, disimulando aquellas zonas conflictivas y potenciando las que queremos resaltar. Precio: 99,95 euros.
Midi y combinado
SI buscas una opción que sea mas acorde para el día a día, tranquila, que también tenemos un vestido para ti. Cuenta con la parte superior con manga larga que se ajusta al cuerpo, mientras que la falda con corte midi deja una caída cómoda y elegante. Precio: 162,50 euros.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire Italy. Traducción y adaptación: Claudia Pérez.
