“Hola, sé que esto es raro, pero soy tú dentro de unos años. ¿Sorprendida, verdad? No sé muy bien cómo ha pasado, pero por alguna especie de agujero temporal y fenómeno extraño, tengo la posibilidad de escribirte y quiero hacerlo para decirte algo muy claro: muévete, porque si no lo haces, lo vas a lamentar. Sé que es muy placentero tirarte en el sofá con ese libro que tanto te gusta (por cierto, no acaba como esperas…) o viendo pelis, pero tienes que hacer más ejercicio, porque, a la larga, te está pasando factura…y te lo digo yo, que soy tú… Te cuento un poco: ¿recuerdas cuando decidiste apuntarte al gimnasio y fuiste solo el primer mes? ¿y cuando desechaste la idea de apuntarte a nadar porque decías que ya sabías y que era un rollo lo de tener que depilarte y eso? Bueno, pues eso que hiciste lo vuelves a hacer y, con el paso de los años, cada vez te apetece menos hacer deporte, lo vas dejando, pones excusas, que por cierto, lo haces bien, porque llegas a convencerte a ti misma, pero no te voy a aburrir con ejemplos… el caso es que vas cogiendo la actitud de pasar y te vas haciendo cada vez más sedentaria. ¿Y cómo te ves? Yo te lo digo: tengo problemas en las articulaciones y dolores de huesos, que, a juicio de los médicos, se deben a haber hecho poco ejercicio y llevar una vida sedentaria. Cualquier actividad me resulta cansada y me cuesta cogerle el ritmo a los niños (sí, sí, en plural, cambiaste de idea…), salen con su padre a montar en bici y a jugar a la pelota, pero yo, la verdad, me canso muy pronto. Además, ahora estoy intentando encontrar un deporte como hobby, pero me cuesta y ahora comprendo que es porque nunca lo he tenido, si me hubiera acostumbrado antes, ahora no me costaría tanto trabajo. Tengo sobrepeso, porque nunca hemos hecho ejercicio y hemos descuidado bastante la alimentación. Esto nos ha provocado colesterol y tener que llevar ahora una dieta muy estricta… un lío vamos…y lo podrías haber evitado. No quiero hacer sangre, solo tirarte de las orejas y decirte que te pongas las pilas, que estás a tiempo… espero que este extraño suceso que me permite escribirte sirva para cambiar tu futuro para mejor. Cuídate y sigue tus intuiciones, no eliges del todo mal. Un abrazo”.
Carta de tu “yo” futuro a tu “yo” presente: ¡muévete!
“Hola, sé que esto es raro, pero soy tú dentro de unos años. ¿Sorprendida, verdad?
