Desde que soy consciente de la importancia del feminismo en nuestra sociedad tengo un sueño: despertar un día y confirmar que el aspecto físico de una mujer (tenga la edad que tenga) ha dejado de ser noticia. Hace apenas unos días lidiamos con la polémica protagonizada por Selena Gómez y su aumento de peso (que, por cierto, a quién le importa), mientras que ahora es Madonna el nombre que está en boca de todos.
La "Reina del Pop" ha logrado, desde que iniciara su carrera en 1979, que cada una de sus obras marcarse un antes y un después en el mundo de la música y la estética. Asimismo, ha sido una de las precursoras de la liberación de la mujer en la industria del entretenimiento (recordemos, por ejemplo, el impacto de "Like a Virgin" allá por 1984) y, por ende, es una de nuestras musas. En pocas palabras, Madonna es un icono feminista de pies a cabeza.
Ser una de las mujeres más famosas del mundo no debe de ser sencillo a nivel mental, cada una de tus apariciones será escrutada al detalle y los lobos no dudarán en señalar si tienes una arruga más que ayer o si tus caderas parecen un poco más anchas. Este fenómeno es sinónimo de misoginia y discriminación. El físico de las mujeres no debe estar sujeto a la opinión pública y no debe ser examinado, en especial, por la mirada masculina.
Tras esta breve explicación que sirve como alegato feminista, toca hablar del caso en particular que nos ocupa hoy. El pasado 5 de febrero vivimos la celebración de los Grammy 2023. Más allá de los numerosos galardonados, de los shows que amenizaron la velada y del hecho que Petras se convirtió en la primera mujer trans en ganar un premio y actuar en los Grammy, Madonna fue trending topic en redes sociales.
La artista apareció en escena con todo su poderío para presentar la actuación de los galardonados Sam Smith y Kim Petras. Al instante, las redes ardieron con mensajes de odio y burla hacia su imagen. De nuevo, el físico de una mujer es objeto de críticas.
Madonna ha necesitado un par de días para hablar alto y claro al respecto y lo ha hecho a través de una publicación en su Instagram. "En lugar de centrarse en lo que dije en mi discurso, que se trataba de dar gracias por la valentía de artistas como Sam y Kim, muchas personas optaron por hablar únicamente sobre fotos mías en primer plano realizadas con una cámara de lente larga por un fotógrafo de prensa que ¡distorsionar la cara de cualquiera!", afirma la musa con fuerza.
"Una vez más, estoy atrapada en el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregna el mundo en el que vivimos.
Un mundo que se niega a celebrar a las mujeres mayores de 45 años y siente la necesidad de castigarlas si siguen siendo fuertes, trabajadoras y aventureras". Amén, Madonna.
Aquí no acaba el mensaje. La estadounidense añade que "nunca me he disculpado por ninguna de las elecciones creativas que he hecho, ni por la forma en que me veo o me visto y no voy a empezar ahora" [...] "estoy feliz de ser pionera para que todas las mujeres detrás de mí puedan disfrutar de una oportunidad más fácil en los años venideros. En palabras de Beyonce: "No me romperás el alma".
Como broche de oro, Madonna Louise Ciccone ha dejado claro que no caerá en las trampas que impone la sociedad: "Espero muchos años más de comportamiento subversivo, empujando los límites, enfrentándome al patriarcado y, sobre todo, disfrutando de mi vida". ¿Qué más podemos decir al respecto? La verdad, poco. Sencillamente, dar las gracias a Madonna por estallar (con suma elegancia) ante una dinámica que aboga por el odio contra las mujeres.
