Joyas sanadoras y piedras energéticas

Tras décadas de abandono, el alma vuelve a ser protagonista de debates. Quienes se despegaron de las religiones tradicionales, miran ahora hacia la nueva espiritualidad.
Nuevas espiritualidades

El vacío existencial y el desencanto que desde hace décadas vive Occidente parecen haber tocado fondo. Corrientes humanistas alternativas a las religiones tradicionales cobran fuerza y una nueva espiritualidad, más fluida y diversa, se abre camino. Tras décadas de nihilismo volvemos a mirarnos dentro. Estamos ante un movimiento que supera el New Age de los años 70 y que cala transversalmente en generaciones tan distintas como los baby boomers o los Gen Z.

EL HOMBRE (Y LA MUJER) EN BUSCA DEL SENTIDO

Que el ser humano es algo más que carne y huesos es un axioma unánimemente compartido desde tiempos ancestrales.

Independientemente del credo que profesemos, todas las religiones e incluso ateos y agnósticos coinciden en reconocer que somos seres trascendentales. A través de mitos, profetas, iluminados y deidades hemos buscado respuestas que calmaran las sospechas sobre la insoportable levedad de nuestro ser. Indicios, en definitiva, del sentido de nuestro paso por este mundo.

El capitalismo salvaje, el individualismo, la inmediatez y una aparente falta de valores han provocado una importante crisis espiritual que, hasta ahora, era íntima y silenciosa. Hay quien habla ya de una toma de conciencia planetaria. Puede ser el momento en el que superemos la era de los turboconsumidores narcisistas. Esa especie que el filósofo y sociólogo Gilles Lipovetsky definía como "individuos a los que la depresión, la soledad y la falta de trascendencia les lleva a un consumismo voraz para llenar un vacío interno con un montón de productos que prometen la felicidad, sin llegar a darla".

Espiritualidad 3.0

TRAS LA FE PERDIDA

Como contrapunto a una sociedad nihilista, estresada e insatisfecha, surge una contracultura que promueve la vuelta a la espiritualidad, aunque eso no implica que busquemos las respuestas en los mismos sitios que nuestros abuelos. Una encuesta del Pew Research Center (un think tank norteamericano especializado en temas de calado social) revelaba que más del 40% de los estadounidenses se clasifica como espirituales, pero no religiosos. El porcentaje aumenta si hablamos de los millennials. Una generación que, a pesar de proclamarse ajena a cualquier afiliación a las religiones convencionales, bucea sin complejos en la espiritualidad.

En este sentido, el pensador y teólogo Martin Palmer, asesor religioso de la ONU, hacía unas interesantes declaraciones tras su aplaudida intervención en el simposio internacional del Global Wellness Institute. "No veo mucho futuro para las grandes estructuras de fe monolíticas.

Las narraciones de las religiones tradicionales, ya sea la historia bíblica, la hindú o la islámica, han dejado de proporcionar un contexto en el que vivir a la gran mayoría de las personas. Además, muchas de ellas han tenido experiencias religiosas vinculadas con el castigo o la alienación. Subsistirán aquellas historias perennes que nos hablan de vivir una vida de amor, compasión y generosidad".

RELIGIÓN Y ESTILO DE VIDA

Ante la espantada de fieles, el marketing religioso se ha puesto en marcha. Es hora de reconquistar y quizá haya que cambiar el púlpito por la sala de pilates o el altar por las webcams. Si Dios está en todos lados, también debe estarlo su mensaje. Hay cada vez más comunidades religiosas que combinan rituales espirituales con la actividad física. Quizá el caso más llamativo sea el del rabino Jaymee Alpert, de la congregación Beth David, en California. Ha desarrollado una práctica que aúna entrenamiento de fuerza y un servicio de adoración judía tradicional. En unas declaraciones recientes explica así su poco ortodoxa propuesta: "El objetivo es ayudar a las personas a reconectar partes que, generalmente, se perciben separadas. O estamos en el gimnasio o vamos a la sinagoga. Pero hay una conexión que podemos y debemos hacer".

Hay, también, congregaciones cristinas como SoulCore y Faithful Workouts que promueven el deporte y los ejercicios espirituales. Los primeros combinan el movimiento funcional con oraciones del rosario y hoy cuentan con más de un centenar de parroquias en Estados Unidos. La fundadora de FW, Michelle Spadafora, comenta: "La mayoría de mis clientes son mujeres y están cansadas de separar estilo de vida y fe. Aquí pueden integrarlo todo". También hay opciones para quien su religión impone férreas normas de conducta. En Singapur encontramos el gimnasio Nawal Haddad, solo para mujeres cuyas rutinas de entrenamiento son compatibles con el hijab. En Jerusalén, los hombres judíos tienen un gimnasio Kosher exclusivo para ellos, donde se siguen sus estrictos códigos.

Piedras energéticas

LUJO ESPIRITUAL, SER O NO SER

La industria de la excelencia salió fortalecida de la crisis de 2008. En los últimos años, su facturación global no hacía más que crecer, alcanzando los 1,2 billones de euros el año pasado. 2020 llegaba con unas previsiones de crecimiento del 5%, pero, en marzo, un inesperado enemigo truncó todas las expectativas. Si los 2000 fueron la década del bling-bling y luego la del lujo experiencial, ahora llega el turno del espiritual. Según pronostica WGSN, la empresa de análisis de tendencias más relevante del mundo, "la espiritualidad será el nuevo lujo y deberá proporcionar serenidad ante las presiones de la vida cotidiana".

Si a eso le sumamos que los millennials buscan conexiones más significativas con las marcas que compran y que priorizan las experiencias sobre los bienes materiales, esta senda parece un camino iniciático. Ya hay quienes han empezado a recorrerlo, como la gurú de estilo de vida Ruby Warrington, quien ha abierto el espacio The Numinous. Su eslogan ("moda, cultura y pensamiento cósmico moderno") refleja un concepto que dará mucho que hablar. Otro ejemplo de este tipo de new age del lujo lo encontramos en Celestine Eleven, una tienda conceptual de Londres en la que podrás encontrar desde joyería y moda hasta productos parafarmacéuticos y una selección de libros para nutrir mente y espíritu.

Piedras energéticas

Pero toda tendencia necesita de evangelizadores que le den alas. Y esta ya cuenta con su propio predicador: el todopoderoso Kanye West quien, desde hace tiempo, oficia un Servicio Dominical junto a un coro góspel. Tras sermones de diferentes participantes se cantan temas del catálogo de West y clásicos del repertorio musical cristiano. Sus feligreses son una nutrida e influyente comunidad de cristianos no confesionales. Entre ellos se encuentran, además del clan Kardashian al completo, librepensadores como Jean Touitou, figuras mediáticas como Kid Cudi, A$AP Rocky o Katy Perry y gurús de la moda como Simon Jacquemus. West declaraba recientemente sobre esta desconocida faceta suya lo siguiente: "Hago esto porque difundir el Espíritu Santo es mi trabajo como cristiano". Si esta es la iglesia del futuro, habrá que actualizar el antiguo dicho por este otro: "El hábito de Yeezy sí hace al monje".

UN NUEVO HUMANISMO

Quizá las religiones mayoritarias deberían aprender del concepto budista de la impermanencia y entender que, como todo en la vida, su hegemonía también es pasajera. No alentemos guerras santas y evitemos matarnos en nombre de Dios. Seamos libres para creer o no creer, pero reconectemos con nuestro espíritu, con esa esencia que nos hace trascender. Solo así nuestra existencia será plena.

Cuarzo rosa

Un nuevo humanismo, proclamado hasta por el Papa Francisco, parece abrirse camino. De ahí que cada vez oigamos con más insistencia hablar de reconectar con la naturaleza, de respetar nuestro entorno, de salvaguardar los derechos humanos y de lograr la efectiva igualdad entre hombres y mujeres. Una línea de pensamiento que filósofos y sociólogos promueven en los cinco continentes. 

Martin Palmer va más allá, integrando el componente espiritual en un discurso mucho más crítico de lo que estamos acostumbrados: "Hemos tratado de vivir por y para el cristianismo, o por los imperios romano y chino, o por el capitalismo y el marxismo, o por el fascismo. Con la idea de que, si todos creyeran lo que nosotros, podríamos salvar al mundo. El futuro de la fe y de la espiritualidad pasa por nuevas propuestas plurales e incluyentes, porque el ser humano es diverso y en esa diversidad radica su fuerza y su riqueza. La fe, en definitiva, es la práctica diaria de humildad". Amén.

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