Sandra Barneda es ya un poco la madre de todas. Puede aparecer en cualquier momento y de la forma más sorprendente para pillarte con las manos en la masa. Es capaz de encontrar explicación a todos los males y lo mismo llega de la playa con un lookazo de infarto que se agazapa entre los setos para dar la sorpresa en las villas.
Sandra lleva mucho recorrido a sus espaldas. Una veintena de parejas han dejado su huella en República Dominicana y la presentadora se ha encargado de secar sus lágrimas, darles los mejores consejos o regañarles cuando han perdido las formas.
Sandra ya no se corta un pelo y si tiene que decirle a Álex en su cara que está siendo igual de infiel que su novia se lo dice y punto. Porque a este programa hemos venido a ser sinceros y reales. Y si no a casa, como Ruth y Niko tras su complicada y lacrimógena hoguera de confrontación.
Como madre adoptiva de participantes y tentadores, muchas veces Sandra es incapaz de contener la risa, esa que le entra a cualquier madre cuando su criatura da sus primeros pasos, se traga una cucharada de puré por primera vez o aprende a hacer pis en el orinal.
En el caso de La isla de las tentaciones, Sandra solo tiene que enseñarles a no volcar toda su rabia contra valiosos objetos del programa como tablet, focos o plantas. También les anima cuando todo su mundo se derrumba y sirve de paño de lágrimas cuando alguno ve a su gran amor haciendo el amor con otro gran amor.
En definitiva, Sandra se ha convertido en la madre de España, sin ser ella nada de eso. Y para muestra, estas diez caras que absolutamente todas las madres (yo incluída) le hemos puesto a nuestros hijos alguna vez.
"Primera excursión a la granja, qué descanso"

Sandra se despidió de Ruth y Niko como yo cuando mi vástago se va de excursión. Con esa mezcla de melancolía y felicidad que te hace soltar alguna lagrimilla, aunque la ruta del autobús no dure ni media hora. Verle partir, pero sin beso y sin flor (mi hijo no es Nino Bravo), te hace darte cuenta de lo rápido que pasa el tiempo.
Y es que en el fondo de tu corazón sabes que ese bebé que te agarraba tan fuerte la mano, pronto será un fornido hombretón que se coma el mundo por los pies. Mientras no le diga a su novia o novio "te echaba de menos dolía tu colonia"... puedes estar tranquila.
2. "Van todos mis amigos"

El momento más complicado en la vida de toda madre. Tu adolescente imberbe te ha pedido asistir a una fiesta en la que habrá de todo menos lo que sirven en las partes americanas: Ponche sin alcohol.
Él insiste en que van todos sus amigos, en que es responsable y en que debes confiar en él. Pero tú no puedes evitar recordar aquella tarde de 2012 cuando acabásteis en urgencias por culpa de la mano de un playmobil metida en su nariz.
3. "Eso a la boca no"

Si bien la convivencia con un adolescente no es sencilla, vivir con niños pequeños tampoco. He visto a mi hijo pequeño meterse en la boca palos, comida de perros, piezas de lego, hojas otoñales y si le dejas te come a ti un día.
4. "¿Y cuánto dices que llevabas saliendo con él?"

Tu hija de 15 años por fin ha decidido abrirse contigo contándote que lo ha dejado con su novio. "El Jona" llegó a su vida hace tres semanas para romperle el corazón al amor de tu vida y tú solo puedes escuchar y rezar muy fuerte para que ese descarado no vuelva a aparecer.
5. "Ese golpe ha sonado fuerte"

Dicen que los niños son de goma y es una verdad como la copa de un pino. Los niños se caen, todo el rato y se levantan como si nada. Con el primero vas a urgencias tantas veces que las enfermeras tienen tu foto en la entrada con un cartel de "peligro madre hipocondriaca". Con el segundo ya es otra historia... Si no hay sangre no hay dolor.
6. "Cómo vaya yo y lo encuentre..."

Y siempre lo encontramos. Da igual que sea la equipación de fútbol que necesita para el partido del fin de semana o el cargador de su móvil, que no sabes cómo ha acabado metido en la lavadora. La maternidad te quita tiempo y dinero, pero también te da el superpoder de encontrar cualquier cosa en cualquier momento.
7. "Y dices que la profesora te tiene manía, ¿no?"

Puede ser en primaria, en la ESO o en la facultad de Ingeniería Espacial. No importa la edad que tenga tu retoño, siempre llegará ese momento incómodo en el que te diga que una profesora le ha cogido manía y por eso lleva suspendiendo la asignatura seis trimestres. En estas ocasiones solo puedes respirar hondo y pedirle a tus hijos que estudien más y se quejen menos.
8. "Deja de llorar, solo es comida"

¿Cuántas veces hemos pronunciado la frase "si no te lo comes ahora, te lo comes en la cena"? Es difícil conseguir que tus pequeñuelos coman rico, variado y sano sin que te lancen las espinacas a la cara. Llorarán, moquearán, se quejarán, pero si cedes, la guerra estará perdida. Aquí la paciencia es un plus y la negociación un arte que solo las madres curtidas en mil batallas son capaces de poner en práctica.
9. "Mañana tengo que ir disfrazado de olivo"

Si has visto el último spot de Milanuncios sabrás de lo que hablo. En el anuncio aparece un niño pidiéndole a su madre un disfraz de olivo para el día siguiente. Ella, asustada, pregunta cómo narices se hace un disfraz de olivo en una tarde. Tan real como la vida misma.
No importa si necesita una cartulina o escuadra y cartabón, los niños son especialistas en pedirlo todo a última hora.
10. "42 años y al fin se alquiló su propio piso"

El precio del alquiler está por las nubes y cada vez son más las madres que conviven con sus hijos mucho más tiempo del esperado. Cuando por fin se atreve a dar el paso de abandonar el nido, sientes ese alivio profundo de volver a retomar la relación con tu pareja, ese desconocido al que tienes abandonado desde que tu bebé salió de ti con mucho esfuerzo y dolor.

Y de postre, un saludo a todas aquellas personas que un día os criticaron por dejarle ver "dibujitos" antes de dormir. A todas aquellas personas que se meten con vuestra forma de educar, pues ninguna somos la madre perfercta, pero todas luchamos cada día por ser una buena madre imperfecta.