En una entrevista reciente a un medio americano la actriz Emily Blunt (Oppenheimer) se ha sincerado acerca de uno de los aspectos más incómodos de su oficio: besar a alguien que no te apetece absolutamente nada.

La actriz ha confesado en un programa de radio estadounidense lo difícil que pueden llegar a ser rodar algunas escenas románticas, especialmente cuando tienes que fingir atracción y pasión por algunos galanes que, en ocasiones, le inspiran repugnancia.

Ante la pregunta del periodista, la actriz admitió haber sentido ganas de vomitar tras besar a a algunos compañeros de reparto, aunque tuvo la delicadeza de no mencionar sus nombres, para no herir la sensibilidad de nadie.
Para suavizar las declaraciones Blunt matizó "yo no lo llamaría asco extremo, pero ha habido momentos que no he disfrutado, está claro".

Para superar el momento la actriz de Oppenheimer confesó que tiene un truco que le funciona: "mi impresión es que tengo que encontrar algo que me guste de todo el mundo. Tengo que encontrarlo, aunque solo sea una cosa".
Para la actriz ese algo puede ser una risa bonita o que es educado cuando habla con la gente "pero necesito encontrar algo que me guste de esa persona, o de esa persona cuando hace su personaje y apoyarme en eso".

Afortunadamente para Emily Blunt la experiencia de años en el oficio hace que llegar a ese tipo de concentración sea más fácil. Según cuenta ella misma "llevo haciendo esto tanto tiempo que podría tener química con una botella de agua. Sabes cómo invocarlo, pero es más fácil con quien tienes esa conexión natural".

La lista de compañeros con los que ha protagonizado escenas de amor Emily Blunt es amplia, tenemos a Matt Damon, Cillian Murphy, Colin Firth o Tom Cruise. Seguro que después de las palabras de la actriz más de uno hará apuestas sobre cuál es el compañero que le revolvía la tripas, pero siendo ella tan educada y prudente, nunca lo sabremos.